Lucas Romeo (Bruno Bichir) es un exitoso escritor de novelas y está a punto de casarse con Sandy (Alejandra Sandoval), una colombiana millonaria. A pesar de su compromiso él no puede evitar sus constantes deslices amorosos, resultado de su adicción al sexo. Tras una infidelidad su novia lo condiciona y ambos toman terapia de pareja. El diagnóstico indica que el aislamiento temporal puede ser la cura para su enfermedad. Lucas acepta y se traslada al bosque, en Tlaxcala, para que pueda sanar y de paso terminar su nuevo libro. Pero el aislamiento fracasa, ya que se topa con una dificultad que impedirá su “recuperación”: una panda de mujeres ansiosas de un galán de cascos ligeros.

Todas mías de Joaquín Bissner es una comedia que explora un arquetipo: el compulsivo sexual. La película intenta emular al típico pícaro mexicano (Mauricio Garcés) dentro de una estructura narrativa de sketch, que presenta una cachondería sin fuerza y desde un libreto sin ninguna aspiración cómica o dramática más allá de lo evidente. Muestra a un Bruno Bichir desvalido y seductor solo por accidente. Todo lo que una mujer no busca en una relación fugaz: un hombre que puede ser sometido.

 VSM (@SofiaSanmarin)

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