Maddie Whittier (Amandla Stenberg), una joven de 18 años de edad, padece el síndrome de inmunodeficiencia combinada severa –SCID, también conocido como síndrome del “niño burbuja”–. Esto significa que su sistema inmunológico no es lo suficientemente fuerte para luchar contra los virus más débiles. Como resultado, Maddie ha estado confinada a su casa toda su vida, aislada de todo el mundo y únicamente interactuando con un círculo de personas que se limita a tres: su madre y su médica (Anika Noni Rose), su enfermera Carla (Ana de la Reguera) y la hija adolescente de Carla, Rosa (Danubio Hermosillo). Para pasar el tiempo, Maddie lee novelas y escribe breves reseñas en línea, se reúne con un grupo de apoyo SCID en línea, y toma una clase de arquitectura para construir modelos de edificios. Sin embargo, cuando Maddie conoce a su nuevo vecino, un adolescente llamado Olly (Nick Robinson), ella comienza a darse cuenta de que la vida que ha estado viviendo atrapada en su casa es sólo una parte de lo que el mundo puede ofrecer. A través de su creciente relación con Olly, que se hace difícil debido a su enfermedad, Maddie descubre y aprende los placeres, las alegrías y los peligros que se encuentran a las afueras de su burbuja.
Basado en la novela homónima de Nicola Yoon y dirigido por la cineasta estadounidense, Stella Meghie (Jean of the Joneses, 2016), Todo, todo (Everything, Everything, 2017) es un típico drama adolescente de romance que exacerba la cursilería de todos y cada uno de los puntos básicos de este tipo de tramas: el amor a primera vista, el tierno primer beso, la relación de amistad que amenaza la estabilidad familiar, los anhelos juveniles, la rebeldía contra los padres, entre otros. La relación de Maddie y Olly está condenada desde el principio debido a la enfermedad de la joven –tal como sucede en The Fault in Our Stars (2014) o en Me Before You (2016)–, sin embargo el mérito del guionista J. Mill Goodloe (The Age of Adaline, 2015) radica en que nunca mira con ojos de lástima o condescendencia a su protagonista. La secuencia de apertura –en la que Maddie explica cómo su enfermedad la ha forzado a un tipo específico de vida– recurre a elementos de la animación para ilustrar lo que el SCID significa para el sistema inmunológico. A partir de ahí, la película se centra más en los deseos y los pasos que ejecuta Maddie en su intención por cumplirlos. Lamentablemente su valentía y audacia surgen una vez que conoce al chico guapo, ¿acaso sólo con él la joven frágil podría superarse? Por otra parte, en el aspecto visual, la directora confecciona una serie de escenas que suceden dentro de la imaginación de la joven; sets coloridos y armónicos que le dan a los actores el espacio suficiente para desplazarse y construir la relación. Aunque se trata de un romance incipiente –a veces un tanto empalagoso–, tanto Stenberg como Robinson son capaces de depositar el humor, la vulnerabilidad, el fatalismo y la torpeza que requiere una representación verosímil del amor adolescente.
Fecha de estreno en México: 23 de junio, 2017.
Consulta horarios en: Cinépolis, Cinemex