Lara Croft (Alicia Vikander) es una intrépida joven que trabaja como mensajera ciclista en la ciudad de Londres y después asiste a sus clases de artes marciales mixtas. Ella está atrasada en varios pagos y atraviesa una serie de dificultades económicas, pero prefiere continuar su vida negando la muerte de su padre, Richard (Dominic West). Sin embargo, el día que ella finalmente accede a firmar los papeles de su herencia, descubre valiosa información sobre la desaparición de Richard. Siguiendo las pistas, ella se asocia con el capitán de un barco, Lu Ren (Daniel Wu), con la intención de llegar a la isla de Yamatai, que está controlada por el brutal Matthias Vogel (Walton Goggins), quien está desesperado por encontrar a Himiko, una tumba perteneciente a una antigua reina de los demonios poseedora de una fuerza sobrenatural capaz de destruir el mundo.
Tomb Raider, la popular serie de videojuegos, construye su premisa básica en torno a una mujer estilo Indiana Jones que, como valiente aventurera, busca artefactos antiguos. En 2013, los videojuegos fueron reiniciados para darle a la heroína, Lara Croft, un poco más de historia de fondo y un origen más rudo, y el reinicio de la franquicia de películas intenta seguir su ejemplo. Desafortunadamente, el director Roar Uthaug (Bolgen, 2015) le imprime un tono exageradamente serio que olvida las alegrías y emociones que conllevan la aventura y la exploración de territorios desconocidos. Pero también ofrece la oportunidad de conocer a Lara como ser humano, antes de su faceta como temeraria heroína: sus ideales, temores, culpas y anhelos. Vikander tiene la capacidad de transmitir emociones asociadas a la empatía con sus breves expresiones faciales, por ejemplo, cuando llega a la isla y descubre las brutales acciones que ejecuta Vogel. La actriz sueca oscila entre la vulnerabilidad y la fortaleza; es valiente y temerosa, impertinente y decidida, encaja hábilmente con el personaje que debe ganar confianza y superar su propio dolor para continuar su camino. A pesar de mostrar una heroína renovada, acorde a estos tiempos, Tomb Raider recurre al catálogo de tropos predecibles del cine de acción. Una vez que llega a la isla, Lara se mantiene todo el tiempo ocupada: se lanza en paracaídas desde lo alto de una cascada, participa en combates mano a mano con un hombre cuatro veces más grande que ella, escala un acantilado mientras sangra profusamente; esquiva armas automáticas, mientras ella sólo ataca con un arco y una flecha. Tan pronto como finaliza un escenario imposible, llega otro para probar hasta qué punto la audiencia puede suspender su incredulidad. No ayuda mucho que la acción generada por computadora sea tan obvia que, en varias secuencias, el filme puede llegar a ser visto como su fuente de inspiración, el videojuego.
Fecha de estreno en México: 16 de marzo, 2018.