Mientras Optimus Prime (voz de Peter Cullen) deambula por la inmensidad del espacio en busca de sus creadores, la raza humana instaura una nueva cacería de brujas contra los alienígenas “invasores”; todos los autobots y decepticons son capturados por una fuerza militar que opera a nivel global. En este escenario, Cade Yeager (Mark Wahlberg) continúa trabajando de manera clandestina reparando a los transformers que llegan al planeta. Sin embargo, un día es contactado por Sir Edmund Burton (Anthony Hopkins) para que viaje a Inglaterra con la intención de revelarle un antiguo secreto en el que un antiguo y enigmático báculo perteneciente a los caballeros del Rey Arturo explica los vínculos entre Cybertron y la Tierra. Cuando el malvado Megatron (voz de Frank Welker) se entera de ello, organiza a su peligroso equipo para recuperar la poderosa arma.
Transformers: El último caballero (Transformers: The Last Knight, 2017) comienza con una secuencia colosal ambientada en el año 400 d.C., durante una de las batallas libradas por el rey Arturo y los valientes caballeros de la mesa redonda, en la que se explica que el vínculo entre los transformers y los humanos está más arraigado de lo que se había visto en las anteriores cuatro entregas de la saga. ¿Por qué este secreto nunca se había mencionado en los capítulos anteriores? Resulta imposible dar una explicación sensata a este cuestionamiento. Y es precisamente así, con el sinsentido y la incongruencia como estandartes, que Michael Bay vuelve a escribir casi toda la mitología de esta saga sin respetar algunos de los sucesos que previamente se habían planteado, demostrando, una vez más, su poca capacidad para darle coherencia narrativa a la franquicia. Pero esto parece no importarle al director, quien únicamente tiene la intención de hacer una película por el simple y puro disfrute del público consumidor que ha contribuido a la construcción de esta colosal máquina de dinero. Transformers: El último caballero es una especie de desenfrenada “orgía” visual compuesta por explosiones, peleas y persecuciones en veloces automóviles, en las que las actuaciones de los humanos se reducen a lo mínimo. Bay ofrece un producto hecho para los que simplemente desean ser cautivados por los interminables espectáculos pirotécnicos y los sonidos incesantes de las máquinas que no emocionan, pero sí perturban y molestan.
Fecha de estreno en México: 20 de julio, 2017.