Después de meses sin obtener respuesta sobre el asesinato de su hija, Mildred Hayes (Francis McDormand) desafía a las autoridades señalando su incompetencia mediante tres anuncios que paga para colocar en la carretera hacia su pueblo. Ese simple acto provocará que se desate la hostilidad de la policía y de gran parte de la población, orillándola a defender su causa sin importar quién resulte herido.
Del teatro de la crueldad a la comedia cruel. Martin McDonagh (In Bruges, 2008), dramaturgo y cineasta, se mantiene fiel al estilo que ha trabajado desde su época teatral, pero entregando una obra más compleja, más madura; conserva la brutalidad de sus escenarios, pero la mezcla con una violencia emocional que raya en lo poético mediante un realismo hiperbólico que no hace más que reflejar lo que es la realidad misma: lo real siempre ha rebasado los límites del realismo. Tres anuncios por un crimen (Tree Billboards Outside Ebbing, Missouri, 2017) es una desalmada tragedia cómica, un retrato de la crueldad y de la compasión, concentrada en la fragilidad de uno de los personajes más duros del cine contemporáneo: una madre interpretada por Francis McDormand (Fargo, 1996) que, si bien está inspirada y es paralela a los personajes ásperos que John Wayne (The Shootist, 1976) hiciera famosos, lo cierto es que también encontramos sus raíces en lo mejor del movimiento de literatura norteamericana mal denominado “gótico sureño” (¿quién no ve ahí a los personajes femeninos de Carson McCullers?). McDonagh no es estadounidense y Missouri no está precisamente al sur de Estados Unidos, pero el director irlandés se las ha ingeniado para entregarnos una destacada obra de corte norteamericano que desentraña y desnuda las complejidades del ser humano: su torpeza, su tosquedad, su idiotez, su odio, su dolor, su vergüenza, su fealdad, su debilidad. En otras palabras, McDonagh retrata lo que significa ser lanzados al mundo: la realidad nos despedaza. Sin duda son otros tres elementos los que destacan: primero, Francis McDormand, quien realizó la difícil tarea de engendrar a un personaje vulgar, cruel que, sin perder la dureza del gesto, nos hizo comprender que se trata de un ser delicado; dura por fuera y quebrantada por dentro; cínica y compasiva a la vez. Segundo, el guión; más allá de la resolución del filme que peca, irónicamente, de lo mismo que peca la obra de McCullers, al buscar el modo más simple para concluir; la narración, los diálogos inteligentes y orgánicos, el ritmo, la tensión están excelentemente logrados. McDonagh desafía la inteligencia, la moralidad y las emociones del espectador. Tercero, el elenco; no es de extrañar que el filme ya haya obtenido premios al respecto, pues reunió a los actores perfectos para cada papel; cada uno de ellos (Woody Harrelson, Caleb Landry Jones, Sam Rockwell) entregaron la dosis justa de comicidad y seriedad que el filme demandaba. Y un punto extra; es de aplaudir que el filme de McDonagh nos haya hecho entender que no es necesario el melodrama ni la tragedia oscura para retratar lo insoportable que es la existencia humana. Del humor, del ridículo, de la ironía, de lo torpe, del cinismo, se pueden obtener bellos resultados.
Fecha de estreno en México: 26 de enero, 2018.
Consulta horarios en: Cinépolis, Cinemex, Cineteca Nacional