Siete años después de Tron (1982), Kevin Flynn es socio mayoritario de ENCOM, tiene un hijo, Sam (Garrett Hedlund), y continúa alimentando su fascinación —cada vez más obsesiva— por La Red (el mundo del software). Un día, inesperadamente, desaparece. Años después, su hijo, ya un joven adulto, recibe un mensaje que lo guía hasta la central de videojuegos, Arcade, desde donde se transporta a La Red para reencontrarse con su padre. Si en Tron, el enemigo era un ladrón de ideas, en este episodio, mucho más sofisticado visual, narrativa y musicalmente, Kevin Flynn lucha contra una versión maligna de sí mismo. El legado será lo mejor que él pueda sacar de esta batalla para el futuro de Sam.
Aunque este es el primer largometraje que Joseph Kosinski dirige, Disney tuvo la confianza de poner en manos de un director de comerciales un presupuesto de 170 millones de dólares, la última tecnología 3D y una campaña en medios de tres años, después de entregar un clip de tres minutos de lo que imaginaba podría ser el mundo de Tron.
SOR