A mediados de los años ochenta, Saroo (Sunny Pawar) es un entusiasta niño indio que vive con su familia en un pequeño pueblo llamado “Ganestalay”. Una noche, él decide acompañar a su hermano mayor (Abhishek Bharate) para trabajar, pero se queda dormido y le pierde la pista a su acompañante. Desesperado, el pequeño comienza una frenética búsqueda, pero toma el tren equivocado y termina en Calcuta a más de 16 mil kilómetros de casa. Completamente solo, Saroo persiste en su intento por volver con su familia, pero termina en un orfanato que poco después lo da en adopción a una pareja australiana (Nicole Kidman y David Wenham). Ellos le dan la bienvenida con los brazos abiertos, llenándolo de amor, cariño, educación y cuidado. Años más tarde, Saroo (Dev Patel) decide trasladarse a Melbourne para darle continuidad a sus estudios universitarios y durante una cena con algunos amigos de origen indio comienza a tener varios recuerdos de su infancia. Alentado por su joven novia (Rooney Mara), Saroo comienza a utilizar Google Earth para descubrir exactamente donde se ubica su antiguo pueblo reconstruyendo el largo viaje que hizo cuando era niño.
Un camino a casa (Lion, 2016) es un drama biográfico basado en el libro de memorias del australiano de origen indio, Saroo Brierley, que serpentea por los complejos caminos del crecimiento de este personaje, su identidad, la búsqueda de sí mismo y el redescubrimiento de sus orígenes. Articulado a lo largo de tres décadas y suspendido entre dos continentes, el filme tiene los elementos suficientes para potencializarlos y exponer un arriesgado relato sobre el poder y las trampas de la memoria, sin embargo, el guion le inyecta un didactismo incisivo a la narrativa y no logra ir más allá de sus buenas intenciones. De inmediato se percibe el destacado sello visual que el director Garth Davis (Top of the Lake, serie) y el cinefotógrafo Greig Fraser (Foxcatcher, 2014) retoman del mundo de la publicidad. Ambos se preocupan por la cuidadosa puesta en escena de cada cuadro y recurren constantemente a la iluminación artificial para intensificar las expresiones faciales de los personajes; pero en muchos otros momentos parece que el fondo es lo primordial en lugar de ponerle atención a lo significativo de las acciones. Los inmensos paisajes de las regiones rurales de la India pronto dan paso a los de las metrópolis urbanas de Calcuta; ambos escenarios –contrastantes entre sí– reciben el mismo tratamiento visual que sólo pretende acentuar el aislamiento del joven protagonista. Y la parte de la película que se desarrolla en Australia está llena de fragmentos de recuerdos y sueños, reunidos de formas predecibles y encaminadas explícitamente a reiterar la sensación de exilio y el deseo de volver a la tierra natal de Saroo. Dev Patel hace todo lo posible para dar profundidad y fuerza a un personaje dramático que le pide al espectador, sin ofrecer mucho a cambio, la adhesión incondicional a sus emociones.
Fecha de estreno en México: 17 de febrero, 2017.