Stephanie (Anna Kendrick) es una hiperactiva, nerviosa, alegre y responsable madre de familia. Una tarde de lluvia, ella siente una extraña fascinación por la misteriosa Emily (Blake Lively), una hermosa y misteriosa mujer cuyo hijo es el mejor amigo del hijo de Stephanie. Luego de un par de conversaciones, Stephanie queda impresionada por las maneras descaradas de Emily, una representante de relaciones públicas del mundo de la moda que hace y dice cualquier cosa que siente, dándole a su nueva amiga una muestra de libertad y evidenciando que es demasiado reservada para disfrutar de los placeres de la vida. Cuando Emily le pide a Stephanie que cuide a su hijo durante una tarde mientras lidia con problemas laborales, la recatada madre queda atónita cuando después de varias horas su amiga no se reporta y decide reportarla como desaparecida. Cuando comienza la búsqueda de la mujer, Stephanie crea un fuerte vínculo con el esposo de Emily, Sean (Henry Golding), un hombre solitario, mientras se embarca en su propia investigación del pasado de su amiga, rastreando pistas que la llevan a descubrir una serie de traumas, tragedias y engaños.
En Un simple favor (A Simple Favor, 2018), el cineasta estadounidense Paul Feig (Bridesmaids, 2011; Ghostbusters, 2016) intenta dar sentido a la novela de Darcey Bell, que se esforzó por entrar en la manía ocasionada por Gone Girl y ofrecer su propia tormenta de impulsos enigmáticos y personalidades abrasivas, mientras que el abuso de los giros de tuerca es evidente en el tramo final porque están destinados a jugar con las certezas del espectador y atar todos los eslabones sueltos. Si bien el director hace un intento por salirse del terreno de la comedia para ingresar en las dinámicas peligrosas del thriller, el filme no se sumerge en la oscuridad, la perdición y la crueldad. La misión de Feig parece ser la ligereza, o al menos cierto nivel de frivolidad para ayudar a los espectadores a adentrarse en un mundo donde el comportamiento humano normal es reemplazado por la curiosidad y la paciencia de estilo literario con personajes horribles. Para el director, esto significa recurrir constantemente a la música pop francesa para mantener el ritmo, mientras que la moda tiende a tomar la delantera en la mayoría de las escenas, ya que Emily trabaja para Nylon (Rupert Friend), un famoso y aclamado diseñador. Lively está vestida con ropas exageradamente ornamentadas durante la mayor parte de la película, aunque el arco de Emily implica una gran cantidad de secretos, por lo que su elección de vestimenta es más un recurso atractivo superficial que dramático. Después de todo, ¿es coherente que una mujer que está buscando algún tipo de anonimato para ayudar a aliviar sus problemas en la vida aparezca en un parque público con un esmoquin y guantes de cuero rojo? Al ser una mujer hostil y amargada, adicta a los martinis y poco reservada al momento de compartir los sórdidos detalles de su vida, Emily es un personaje que proyecta un nivel de mezquindad que hace que sea difícil entender por qué Stephanie está tan entusiasmada con ella. La trama necesita que Stephanie se obsesione con Emily, pero Feig no está tan seguro de cómo tejer esa conexión. Emily es tan arrogante, elegante y segura de sí misma, pero está pobremente vestida de un falso y distorsionado empoderamiento femenino por la guionista Jessica Sharzer. ¿Por qué alguien elegiría compartir tiempo con alguien tan tóxico?
Fecha de estreno en México: 28 de septiembre, 2018.
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