Eva (Julia Louis-Dreyfus) es una masajista divorciada que se percata que está en el umbral de la soledad cuando su hija Ellen (Tracey Fairaway) se prepara para abandonar el hogar y poder realizar sus estudios universitarios. Ante la inminente casa vacía, Eva conoce a Albert (James Gandolfini), un bonachón y afable hombre que trabaja en la Biblioteca de la Televisión Americana. Ambos entran en una dinámica de cordialidad y empatía debido a que él atraviesa por una situación parecida; es un hombre divorciado con su hija Tess (Eve Hewson) – joven decidida a estudiar diseño en Nueva York–. Despreocupada por la apariencia física de él –un hombre con algunos kilos de más– Eva comienza una relación con Albert. De manera paralela, la masajista tiene una relación de amistad con una nueva cliente: Marianne (Catherine Keener), una exitosa poeta de gustos muy refinados, que con su pesimismo y desencanto envenena la condición optimista de Eva.
La realizadora neoyorquina Nicole Holofcener (Lovely & Amazing, 2001; Friends with Money, 2006) plantea un divertido escenario con dos adultos, cuyas risueñas y relajadas posturas los ayudan a florecer un cariñoso romance. No obstante, detrás del tono de comedia, se vislumbran las inseguridades, dudas e incertidumbres que llevan a los seres humanos a permanecer tristes; así como una ola de prejuicios y comentarios negativos hacia aquellos que físicamente no resultan atractivos. Mientras Eva ve el sobrepeso de Albert como reconfortante y sexy, para Marianne un hombre con esas cualidades físicas resulta sexualmente repulsivo. Una segunda oportunidad es un agudo retrato de las costumbres y de la moral de la acomodada clase media norteamericana, que se muestra decorosa y gentil, pero que esconde hipocresías y prefiere las vanidades. El filme adquiere una pequeña dosis de emotividad al ver una de las últimas actuaciones de James Gandolfini; y aún más, en el papel de un personaje noble, tierno y desinteresado.
LFG (@luisfer_crimi)