Escucha el soundtrack de Una señal en la tormenta
Al inicio del filme, cual personaje de Murakami, Eve (Eva Green), la madre de Kat (Shailene Woodley), nuestra narradora omnisciente, desaparece, se esfuma como niebla ante el calor. Su padre, Brock (Christopher Meloni), parece no poder explicárselo. Y Kat dice no sentir nada. Está en un estado de shock similar a una ensoñación en la que nada puede verse ni entenderse con claridad. La primera hipótesis es que la madre huyó por el aburrimiento y sofocamiento que le producía ser una ama de casa, a la que su esposo casi ni tocaba y cuya actividad principal consistía en hacer la cena todos los días. Eso y los celos que le producía ver a su hija, ya convertida en mujer, en pleno despertar sexual, parecen –a los ojos de su hija– razones suficientes para explicar su depresión y su posterior desvanecimiento. Pero el paso de los años permite que la mirada de la protagonista se aclare poco a poco, que aprenda a escuchar su intuición que se le aparece en forma de sueños, y que esto le permita hacer a un lado los prejuicios sobre sus padres para aprender a conocerlos mejor y reentender así los hechos del pasado que la marcaron para siempre.
Una señal en la tormenta (White Bird in a Blizzard, 2014) ostenta el sello de su director, el californiano Gregg Araki (The Doom Generation, 1995; Mysterious Skin, 2004): la historia se enfoca en una adolescente, la música es esencial para comprender al personaje y la época (California a finales de los ochenta), la imagen es hiperrealista, estilizada y premeditada, la realidad se mezcla con un estado similar al de los sueños, la narrativa oscila entre una visión autoral con la fórmula hollywoodense de tres actos, incluso el tema de la homosexualidad aparece. El punto de vista protagónico está hábilmente establecido durante los primeros dos tercios de la película. Shailene Woodley (Divergente, 2014; Bajo la misma estrella, 2014) hace un gran papel matizando su inexperiencia, su inmadurez, su coraje frente a la madre, su frialdad frente a su familia, su deseo frente a los hombres con sus deseos de parecer segura, de ganar experiencia en la vida, de encontrar su lugar en el mundo, de estar totalmente arraigada a una familia que no era perfecta, pero que ahora se ha destruido por completo. Es decir, Araki es sagaz al involucrarnos con su personaje principal, y, a través de ella, con el resto del elenco, principalmente con Eva Green, una presencia seductora y fantasmagórica, ausente en su omnipresencia, que además, a través de la caracterización, guarda un parecido genético con Woodley, haciendo de este hecho un motivo tétrico. Conforme avanza, la trama va tornándose film noir, con dos mujeres fatales que además son madre hija. Pero hacia el final, toda esta montaña construida con evidente pasión se derrumba con una conclusión totalmente impuesta, nada trabajada y ridícula.
Fecha de estreno en México: 11 de diciembre, 2015.