Pierre (Stéphane De Groodt) y Penélope (Louise Bourgoin) parecen una típica pareja parisina; conversan sentados en una cafetería y, mientras hablan de belleza, él menciona lo hermosa e inteligente que es ella. La pareja se despide para comenzar sus labores del día; él es director de una empresa que se dedica a realizar tapas para botellas, ella intenta generar espacios ecológicos para la ciudad. Conforme el día avanza conocemos a Eric (Pierre-François Martin-Laval), la mano derecha de Pierre en la empresa y aquel que mantiene gran parte del orden en la oficina del protagonista. Cuando Pierre llega a su casa, lo recibe Aimee (Aure Atika), su esposa. La mujer ha planeado una comida con dos de sus amigos más cercanos, Eric y su pareja, Penélope, quienes en medio de la cena anuncian su boda. La tarde siguiente Penélope se encuentra con Pierre para explicarle que su relación no puede seguir, ya que ella busca adoptar un hijo con Eric y está a punto de casarse. Ambos acceden pero deciden pasar una última noche juntos, y tras despertar, notan que han cambiado de lugar: Ella está en su cuerpo; él, en el de ella. Ambos tendrán que buscar la manera de fingir ser el otro hasta encontrar una solución a este intercambio.
El tema del cambio de cuerpo en el género de la comedia es muy recurrente, y son pocos los directores que logran hacer un claro estudio de lo que significa estar en la piel del otro. En 1984, Carl Reiner logró que Steve Martin adoptara una personalidad femenina en All of Me, y la actuación de Martin lograba que realmente existiese una dualidad - tanto su personaje, como el de una millonaria extravagante conviviesen dentro de su cuerpo de manera creíble-. Ese no es el caso de De Groodt y Bourgoin, quienes asumen que para interpretar a una persona del sexo opuesto es necesaria la exageración de las cualidades femeninas y masculinas, dejando de lado la aplicación de los ademanes y actitudes que mostraban antes del cambio. Bruno Chiche, director del filme, anteriormente había realizado una interesante observación de sus personajes en el drama Je N’ai Rien Oublié (2011), donde visibiliza los problemas de un hombre con Alzheimer y la forma en que esto afecta a las personas a su alrededor; pero con Uno en el otro ese aspecto se vuelve superficial. El guion, también escrito por Chiche, cuenta con fallas tan simples como el origen del cambio de cuerpo; aquí no hay un envase místico ni una galleta de la fortuna con un conjuro, simplemente sucede porque sí. Por momentos la película raya en lo sexista, teniendo una línea al inicio del filme donde Pierre habla sobre lo imposible que es encontrar a una mujer que conjugue belleza e inteligencia, o que su punto de comprensión hacia el género femenino no llegue hasta el momento en que experimenta espasmos menstruales. La cinta utiliza las fórmulas que hemos visto tantas veces en pantalla sin brindarnos nada nuevo que se vuelve otro ejemplo más en este casi subgénero de intercambio de cuerpos.
Fecha de estreno en México: 27 de abril, 2018