Nils Coxman (Liam Neeson), un conductor de quitanieves que trabaja en una estación de esquí cercana a Denver, es querido por su comunidad y trata, cada día, de ser un marido excepcional para Grace (Laura Dern). Cuando su hijo, Kyle (Micheál Richardson), aparece muerto por una sobredosis de drogas, Nils pierde su voluntad de vivir, pero pronto encuentra un nuevo sentido a su existencia cuando un amigo de Kyle le explica que la muerte del joven inocente fue ocasionada por un error entre consumidores y traficantes de cocaína. Enfurecido, Nils sigue el rastro de los criminales, a quienes asesina y arroja sus cuerpos a las aguas heladas. Poco a poco descubre al jefe de la mafia, un joven millonario conocido como Viking (Tom Bateman), pero no sabe como aproximarse a él. Al mismo tiempo, Viking comienza una lucha contra un grupo criminal nativo americano, liderado por White Bull (Tom Jackson), para tener el control absoluto de la región.
Basada en la película noruega Kraftidioten (In Order of Disappearance, 2014), Venganza (Cold Pursuit, 2019) es un nuevo vehículo de acción para Liam Neeson, luego de su breve “retiro” de este tipo de películas. Desde su primera aparición en Taken (2008), hace una década, el actor se ha convertido en un ícono de la acción contemporánea, convirtiéndose incluso en un subgénero por sí mismo. En este nuevo filme, Neeson y el director Hans Petter Moland (quien también dirigió la película original) intentaron mezclar la fórmula -un padre que desea vengar el daño que se le ha infligido a su familia- inyectando un humor oscuro en escenarios invernales al estilo de los hermanos Coen en Fargo (1996). Moland no dedica mucho tiempo a establecer la dinámica de la familia Coxman antes de empujar a los espectadores al núcleo de la narrativa. Por un lado, ese enfoque es afortunado, ya que el director no pierde el tiempo en cumplir la promesa de ver a Neeson eliminando a sus adversarios de maneras cada vez más brutales, pero al mismo tiempo se crea una barrera que le impide al espectador conectar con los Coxman, ya que tanto Dern como Richardson son desperdiciados y reducidos a papeles mínimos y escaza participación. En última instancia, el filme es más una exhibición de emociones superficiales que un relato con auténtico peso dramático.
Fecha de estreno en México: 22 de febrero, 2019.