Larry “Doc” Sportello (Joaquin Phoenix) es un residuo hippie que devino en detective privado. Una noche es visitado por Shasta (Katherine Waterston), su ex old-lady, quien claramente sigue produciendo en él explosiones sentimentales. Lo busca para pedirle ayuda; está en problemas, y sus habilidades de detective la podrían ayudar. Tras este encuentro, Shasta desaparece y Doc va buscando pistas viéndose cada vez más inmerso en un mundo de casos en los que todo parece estar relacionado pero poco tiene sentido. Buscando ayudar a Shasta y a otros que se aparecen en su camino, y tratando de encontrar alguna verdad, Doc se enfrenta, entre el humo de sus cigarros de marihuana, a una serie de personajes dignos de la resaca de la primavera de la contracultura hippie: un policía abusivo, un dentista que disfruta de su acceso a los estupefacientes, neonazis, prostitutas, psicodelia, meditación, músicos perdidos y más.
De los grandes escritores de la literatura contemporánea norteamericana Thomas Pynchon es tal vez uno de los menos cinematográficos en su escritura. Sin embargo, Paul Thomas Anderson atacó esta adaptación (cuyo guión recibió una nominación al Oscar) confiando tan plenamente en la novela que incluso tomó tal cual buena parte de los diálogos. Dándole seguimiento a la intención de mostrar las resquebrajaduras del sueño americano (como hizo en sus últimas dos cintas), el director nos muestra aquí una historia poco convencional dramáticamente pues se vale del género noir pero no se inserta para nada en la convención de pistas y reacciones. Más que el misterio a resolver parece importarle adentrarnos en un mundo, fotografiado estupendamente por Robert Elswit (con quien también trabajó en There Will Be Blood), lleno de personajes que reflejan con elocuencia los rezagos dejados por los años sesenta en California. Anderson se vale de nuevo de la estupenda actuación de Joaquin Phoenix pero sobre todo de su cuidadoso trabajo de los personajes secundarios para presentarnos una historia quizás menos ambiciosa que The Master o There Will Be Blood, y sobre todo menos seria (coquetea constantemente con la comedia), pero igual de certera al quitar las máscaras a la sociedad estadounidense de una época.
AVE (@AloValenzuela)
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Fecha de estreno en México: 27 de marzo, 2015.