Santi (Emiliano Aramayo) es un niño risueño, espontáneo y sincero que debe lidiar con la separación de sus padres, Rodrigo (Mauricio Ochmann) y Alejandra (Fernanda Castillo). Él, debido a sus responsabilidades como médico, invierte muchas horas en el hospital; mientras que ella está próxima a comprometerse con su nuevo novio, Enrique (Erik Hayser). Un día, Rodrigo se percata de una serie de distracciones que comete el pequeño Santi y, ante sus sospechas, decide llevarlo con su amigo y colega, Rubén (Rodrigo Cachero), un respetado oftalmólogo, para que lo revise. Luego de la consulta y los estudios, Rodrigo se entera que su hijo sufre glaucoma juvenil. Cuando la noticia llega a los oídos de Santi, éste decide elaborar una lista de todas las cosas que le gustaría hacer antes de someterse a una cirugía en la que, probablemente, pierda la vista por completo. Sin embargo, el otro deseo del niño es vivir todas esas nuevas experiencias en compañía de sus padres. Ante esta situación, Rodrigo y Alejandra deberán aprender a olvidarse de sus rencores, caprichos y errores para llevar a buen puerto los anhelos de su hijo.
Ya veremos (2018), dirigido por Pitipol Ybarra (A la mala, 2015; El que busca, encuentra, 2017), conjuga elementos de la comedia romántica y el melodrama familiar para explorar la convivencia y el reencuentro de una familia a través de un elemento trágico. Aunque el núcleo de la historia es la enfermedad del niño, el guion de Alberto Bremer (Un padre no tan padre, 2016) deposita -a lo largo del relato- elementos secundarios de comedia -casi siempre jocosos y caricaturescos, como el enfermero (Francisco Rueda) que trabaja con Rodrigo, o una serie de chistes absurdos e innecesarios que son protagonizados por personajes asiáticos- para aligerar las preocupaciones de Santi y la carga emocional de Rodrigo y Alejandra. En cuanto a forma, la puesta en escena es fríamente calculada, la fotografía es preciosista, la composición de los encuadres busca resaltar la belleza de las locaciones naturales, los close-ups captan con precisión las emociones de los rostros de los protagonistas y las tomas aéreas únicamente funcionan como transiciones entre secuencias; todos estos elementos posibilitan la elaboración de postales vacacionales y artificiales que son empleadas para ocultar la falta de argumentos en torno al conflicto primordial. A partir del personaje de Santi que comienza a perder la vista, Ya veremos pretende dar una lección sobre aprender a ver lo verdaderamente importante, lo que tenemos frente a nuestras narices, pero el director desvía su atención hacia las convenciones del melodrama romántico; el glaucoma juvenil es retomado como un vil pretexto para trazar nuevas oportunidades de arrepentimiento, confesiones, límites y reconquistas entre los padres del niño.
Fecha de estreno en México: 3 de agosto, 2018.