Ambientada en una localidad de Pittsburgh, Greg (Thomas Mann) es un adolescente de 17 años que vive el último año de la preparatoria. Junto con su colaborador de toda la vida, Earl (RJ Cyler) realiza una serie de películas amateurs para rendirle tributo a las grandes obras de la historia del cine. Su pasatiempo es una especie de arma para evadir a los demás y permanecer indiferente, manteniendo un bajo perfil, ante sus compañeros de clase. Un vuelco viene en su vida cuando el joven es obligado por su madre (Connie Britton) a pasar el tiempo con Rachel (Olivia Cooke), una adolescente recientemente diagnosticada con cáncer.
Dirigido por Alfonso Gomez-Rejon, con un guión de Jesse Andrews, basado en su propio best seller, Yo, él y Raquel (Me and Earl and the Dying Girl, 2015) es una historia de amistad adolescente sobre cómo los lazos humanos inspiran a un joven a crecer como persona y mirar los sucesos de la vida desde una óptica distinta. El filme retrata hábilmente las dificultades de un depresivo adolescente que se resiste a la implicación emocional al grado de ni siquiera admitir que su mejor amigo desde la infancia es Earl, y se limita a nombrarlo “compañero de trabajo”. La etapa de la adolescencia, aquella que se caracteriza por la rebeldía, los amores frustrados, el rechazo a la vida adulta y la incertidumbre del futuro, es capturada convenientemente por la lente del cinefotógrafo coreano, Chung-hoon Chung (Oldboy, 2003; Stoker, 2013), para confeccionar una atmósfera de sensaciones turbulentas que agobian y confunden al personaje principal. En términos visuales el filme es una concesión para los amantes del cine al mostrar constantemente una serie de referencias cinematográficas que incluyen a Werner Herzog, François Truffaut, Taxi Driver, A Clockwork Orange, entre otros; es un regalo bellamente envuelto y construido a partir de encuadres simétricos y locaciones coloridas que recuerdan el diseño de arte de los filmes de Wes Anderson. El tono general del filme es muy ligero, dirigido a un público adolescente, dejando pocas oportunidades para la sorpresa y el descubrimiento, y con una narrativa manipuladora ejercida desde el punto de vista de Greg. Los momentos de ironía le corresponde ejecutarlos a Thomas Mann, un actor de 24 dando vida a un personaje de 17 años, y esa diferencia de edad deriva en la actuación exagerada y poco convincente de Mann, quien constantemente luce exasperado por interpretar a un chico menor que él. A pesar de la mala ejecución histriónica del protagonista, Gómez-Rejon logra representar acertadamente el efecto que una enferma terminal tiene en el personaje principal, consolidando una conexión sincera entre Rachel y Greg, prescindiendo de recursos habituales en este tipo de relatos adolescentes como el enamoramiento o la atracción sexual.
Fecha de estreno en México: 30 de octubre, 2015.