En 1906, Percy Fawcett (Charlie Hunnam) lleva una vida cómoda en Cork trabajando para el ejército británico. Es un hombre respetado que ha progresado debido a su empeño y modesta educación. Sin embargo, él se siente insatisfecho con su vida militar y es incapaz de desprenderse de la mala reputación de su padre, un hombre alcohólico e imprudente. Cuando la Sociedad Geográfica Nacional le ofrece una oportunidad de demostrar su valía al dirigir una exploración en Sudamérica, él toma la oportunidad, dejando atrás a su esposa Nina (Sienna Miller) y a sus pequeños hijos. Una vez que renuncia a las comodidades de Europa, Fawcett se embarca en una misión en la selva profunda, que pone a prueba su instinto de supervivencia y su curiosidad, aprendiendo sobre una civilización no tocada por forasteros. Durante la expedición cartográfica, Fawcett y su compañero Henry Costin (Robert Pattinson) tropiezan con la evidencia de una civilización perdida, una que es anterior al descubrimiento occidental de Machu Picchu. A su regreso a Gran Bretaña, los exploradores presentan sus descubrimientos a sus compañeros y, con la ayuda financiera de un benefactor delirante llamado James Murray (Angus Macfadyen), se organiza una segunda expedición a la selva tropical; esta vez, mucho más arriesgada.
Basado en el libro de David Grann, Z, la ciudad perdida (The Lost City of Z, 2016) sigue la vida del testarudo y entusiasta explorador que desapareció junto con uno de sus hijos en 1925 mientras buscaba una legendaria civilización. James Gray (Two Lovers, 2008; The Immigrant, 2013) demuestra ser un cineasta muy paciente, un elegante artesano que toma en serio el reto de la recreación dramática. Z, la ciudad perdida presenta una verdadera prueba de coraje, ya que el director debe lidiar con personajes herméticamente cerrados no propensos a los estallidos emocionales, y asume una historia que no tiene exactamente un final, al menos no en el sentido tradicional. Manteniendo un sano equilibrio entre la ambición y la exquisita habilidad técnica, Gray confecciona una espléndida epopeya revisionista sobre las exploraciones en el Amazonas a finales del siglo XIX y principios del XX. Durante el relato, la tensión crece gradualmente; el director juega con las expectativas de la audiencia sobre los peligros que el Amazonas resguarda. Sin embargo, con el paso del tiempo se revela que el verdadero peligro es la obsesión de Fawcett. Gray adopta un enfoque metódico en la crónica de la vida del protagonista, estrategia que le permite desplegar cronológicamente la cadena de eventos. Muchos directores habrían sucumbido ante la idea de mostrar a Fawcett como un idealista defectuoso que sacrificó a su familia por fama y fortuna, o, por otra parte, como el valiente explorador que no cometió errores. Gray le da a su personaje el espacio para navegar entre ambas tendencias y ofrecer así un enfoque más pragmático, combinando el espíritu de aventura con un estilo frío y calculador, casi matemático, que obliga al público a explorar lo ocultos placeres fuera de los habituales contornos del relato de aventuras. A pesar de trabajar en un lienzo más grande, Gray sigue siendo fiel a los temas de su filmografía anterior: principalmente los vinculados a la familia, las clases sociales, el desplazamiento del individuo y la exploración de lo desconocido. La obsesión de Fawcett con encontrar Z está anclada a su incapacidad de trascender sus humildes orígenes y proporcionar una vida más cómoda para su familia. Fue una obsesión que le quitó la vida, pero Grey no la ve como una tragedia, sino que enmarca sus desapariciones como un acto de trascendencia espiritual.
Fecha de estreno en México: 29 de septiembre, 2017.