Una investigadora extranjera relata una serie de acontecimientos –relacionados con extraterrestres y OVNIs– que sucedieron en la Sierra Madre Oriental. De esta manera se desprenden varias historias: un padre, cuya hija fue abducida, busca venganza; un viejo guardabosques que no descansa en su retiro y que se niega a entregarle sus nietos a su nuera alcohólica; una diseñadora que debe hacerse cargo de su sobrino bebé, entre otras. Todas las historias se unen por el espacio y por los enfrentamientos con las visitas de seres provenientes de otro planeta que se dan cada año en esa zona. El escepticismo sólo desaparece cuando el miedo ocupa su lugar.

Esta apuesta por realizar un thriller de ciencia ficción se limita a sugerir la existencia de seres de otro planeta en lugar de, como sucede con las grandes cintas del género, elaborar un discurso en torno a la condición humana y su posible devenir. Los personajes son seres planos que simplemente enfrentan las consecuencias de habitar o haber visitado antes esta “zona invadida”, pero, salvo un par de excepciones, permanecen estáticos la mayor parte de la película porque no buscan nada en realidad. Si bien se supone que la narradora (de quien sabemos muy poco) es la encargada de empujar la trama, en realidad nos deja con una serie de viñetas que no tienen emoción ni sentido. Los diálogos torpes y los huecos narrativos aumentan la sensación de estar frente a una serie de retratos que no tienen otra intención que justificar las secuencias en las que cada enfrentamiento llega a un flojo intento de clímax. Los efectos especiales no están del todo mal, pero la película parece ignorar que  la ciencia ficción es mucho más que un programa de Jaime Maussan.

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Fecha de estreno en México: 14 de octubre, 2016.