Entrevista: Alfonso Flores-Durón (@SirPon)
Si a pesar de cargar con un nombre casi impronunciable (se necesita ardua práctica para medianamente poder balbucearlo correctamente) consigues de forma cercana a la unanimidad que lo más especializado de la crítica especializada coincida en que tu propuesta fílmica es la heredera más cercana que ha existido en años de la escuela de los grandes cineastas que formulaban con su cine las preguntas trascendentales para el hombre (Bergman, Antonioni, Tarkovski, por ejemplo), además de poseer una mirada poco, nada convencional, decididamente fresca y singular en términos fílmicos, algo debes estar haciendo bien; muy bien; excelentemente bien.
Alcanzados estos niveles de prominencia en los que se conjuga felizmente la afortunada apuesta por encontrar una voz autoral propia y la aprobación de quienes saben apreciar el cine en todo su valor, ganar la prestigiada Palma de Oro en Cannes, el premio más importante en el mundo del cine serio, el galardón por el que muchos darían su vida, pasa a segundo o tercer término; y, sin embargo, Apitchapong Weerasethakul de cualquier forma ya la ganó, este año, el pasado mayo.
Estudió arquitectura en su natal Tailandia. Después hizo una maestría en realización cinematográfica en Chicago. Es un artista que trabaja con video y haciendo instalaciones, además de cortometrajes y, obviamente, los seis largometrajes que lo han convertido en uno de los cineastas más innovadores de los últimos años, y referencia clara para muchos directores que parecen tenerlo como libro de cabecera al momento de intentar abordar el quehacer fílmico como lo hace él.
Apenas saliendo de haber presentado la cinta por la que le otorgaron la Palma de Oro, La leyenda del tío Boonmee (que forma parte de la 52 Muestra Internacional de Cine, de la Cineteca Nacional) durante su estreno británico en el London Film Festival, lo interceptamos para hablar con él. La charla se verificó en el Union Club, renombrado bar del Soho londinense, con la luz tenue propia de este tipo de sitios y el ruido de los parroquianos en el fondo. Si han visto su ópera prima, Misterious Object at Noon (2003), quizá recuerden la secuencia de los niños uniformados, ya en la parte crepuscular de la cinta.
De su peculiar forma de abordar la estructura narrativa en sus cintas, de lo complejo que suele resultarle a la gente entender su propuesta, por supuesto de su Palma de Oro, de los proyectos en los que está trabajando como productor, y de su visita a México en febrero próximo, entre algunas otras cosas, platicamos con él, copa de Chianti en mano.
Londres, Inglaterra (Octubre, 2010)
AFD
Ver nuestra entrevista con Apichatpong Weerasethakul en FICUNAM 2011