La Habana, Cuba
Conocimos a Cucu Diamantes en una comida durante el IFF Panamá. Llego acompañada de Adán Perugorría, el muy joven productor de la película dirigida por su padre, Jorge, Amor crónico (2012), que juntos iban a presentar al festival. De inmediato dejó sentir su presencia de artista: una mujer observadora, segura de sí misma, dueña de la situación, con la jolgoriosa alegría de los cubanos y el cosmopolita refinamiento de los neoyorquinos. Resultó ser más carismática de lo que parecía y más sencilla de lo que su figura permitiría.
Estudiaba arte en Italia, cuando empezó a gestarse como cantante. Al terminar sus estudios se mudó a Nueva York para dedicarse a la música, fundó el grupo Yerba Mala, estuvo nominada a un Grammy por su primer disco como solista, Cuculand. En Amor crónico, que transcurre entre el documental y la ficción, el director ata una historia de amor platónico, un conflicto de dislocación de identidad, con una gira alrededor de la isla en la que de teatro en teatro, Cucu asaltaba a su público.
La entrevistamos en Panamá en tres momentos, hablamos sobre la película, sobre las peripecias para filmarla, sobre sus dos ciudades, sobre ser una mujer que navega a salvo en los bordes de la locura.
Escucha aquí su canción "Amor crónico".
SOR (@SofOchoa)