1985, Borgerhout, Amberes, Bélgica
La edición del 2016 del festival de cine Distrital contó con la presencia del joven director belga, Gust van den Berghe, quien viajó a la Ciudad de México a presentar su más reciente filme, el último de su trilogía sobre la fe, Lucifer. Este fue coproducido por Bélgica y México a través de Mantarraya (Heli, Post Tenebras Lux), y fue filmado en Angahauan, un poblado visualmente atemporal situado a las faldas del volcán Paracutín, en Michoacán. Salvo el papel de Lucifer, interpretado por Gabino Rodríguez, las actuaciones son de actores naturales, pertenecientes al poblado. La filmación se llevó a cabo de manera cronológica para que pudiéramos ver un cambio en los personajes. Y, en efecto, este cambio, esta capacidad de introspección, sobre todo en el personaje de la abuela Lupita (María Acosta) es notable y sigue la tendencia de la propia narrativa de la película. Adapatada de una obra del siglo XVII, del escritor Joost Van Den Vondel, los primeros dos actos tienen una estructura didáctica en la que el bien y el mal se encuentran para dar una lección a la gente. El último acto rompe con esta convención para dar un final más abierto a la interpretación.
Durante la charla con él, hablamos sobre la intensa presencia religiosa que hay en dos de sus filmes, su ópera prima, El pequeño niño Jesús de Flandr, y ésta. Sobre el papel que la fe y la religión han tenido en su vida desde niño. También habló de cómo ha querido mostrar el encuentro de la inocencia con la maldad, y de por qué eligió lugares que apartados de la ciudades modernas para situar sus filmes.
SOR (@SofOchoa)
Lucifer estrena en cartelera comercial de la Ciudad de México el 29 de febrero.