Entrevista con Jorge Michel Grau, Francisco Barreiro, Paulina Gaitán
Entrevista: Reneé Alegría
Edición: Daniela Tena
Con influencia de grandes directores de horror como Mario Bava, Dario Argento, Michael Haneke, Takashi Miike, Park Chan-wook, el autor de Somos lo que hay, Jorge Michel Grau, explora el género a través de una familia de caníbales que pierde al padre y al mismo tiempo al único proveedor-cazador. Ante esta situación, sus miembros se enfrentan a una serie de eventos que desafiarán su propia naturaleza descomunal.
Coincidiendo con la publicación de esta entrevista, realizada tras la presentación del filme en la octava edición del Festival Internacional de Cine en Morelia, merece la pena destacar la extraordinaria recepción que ha tenido dentro de la crítica especializada inglesa tras su estreno en el Reino Unido, hace un par de semanas. Algunos de los críticos más prestigiados dicen de Somos lo que hay (We Are What We Are, en inglés):
Aunque el crítico Carlos Bonfil no es fan de Somos lo que hay (la llamó la peor película vista en el escaparate nacional del Festival de Guadalajara), el debut de Michel Grau sigue la prescripción del crítico para una nueva ola mexicana. Sorprendentemente original en su técnica, no le presta atención a los viejos maestros del cine mexicano; con alusiones únicamente a condiciones sociales actuales, reescribe el género del horror con una premisa escandalosamente nueva: una familia caníbal escondida en el corazón de la Ciudad.
Paul Julian Smith (Sight and Sound)
Uno esperaría que una película mexicana sobre caníbales fuera más sangrienta que el intrigante esfuerzo de Jorge Michel Grau. El filme está situado en la actual Ciudad de México y, aunque tiene sus momentos de horror, está más enfocado en ofrecer una alegoría de luz crepuscular sobre el México contemporáneo.
Derek Malcolm /London Evening Standard)
(cuatro estrellas de cinco)
[Jorge Michel Grau] muestra cómo la violencia y la locura son la génesis de un ritual diseñado, no exactamente para redimirse sino, para crear una Misa Negra del desvanecimiento, uno que encierre al celebrante en un infierno de culpa y miedo. El momento más extraordinario de la película es una canción inquietantemente bella que canta una mujer en un vagón del metro. Ella se ve como una música callejera o una mendiga, pero anuncia que hace años cantaba en ese vagón para recaudar dinero para los gastos universitarios de su hijo, quien ya está graduado, y que su canción es una forma de agradecer a todo el mundo. De la nada, Grau evoca una epifanía de la bondad que de alguna manera flota libre en el turbio guiso de repulsión: un momento inteligente en una película memorable.
Peter Bradshaw (The Guardian)
(cuatro estrellas de cinco)
Somos lo que hay es un filme considerablemente promisorio realizado por un talentoso cineasta y, los más interesante del caso, es que va contracorriente a la actual tendencia por su falta de sentimentalismo y su renuencia a romantizar los caníbales. En ese sentido, difiere de la excelente cinta sueca Let the Right One In y su remake norteamericano, Let Me In, y la absurda saga de Twilight, de la que podría ser considerada como un antídoto.
Philip French (The Observer)
Ver Reseña de Somos lo que hay
RAB