Un grupo de activistas en pro de los derechos animales libera a un grupo de primates de un lúgubre laboratorio; es aquí donde el conteo para el fin de la raza humana inicia. Los monos se infectan de un virus mortal de la rabia, y pronto infectan a sus liberadores, lo que hace que la enfermedad se extienda por todo Londres. 28 días después de que comenzó la epidemia, un hombre despierta del estado de coma en que había permanecido los últimos meses; lo hará en mundo silencioso, desconocido, fantasmagórico. Lo primero que hace es aprovechar la oportunidad de recoger el dinero que se encuentra en el suelo, pero pronto se da cuenta que las prioridades han cambiado. El virus causante de la aparente desaparición de la humanidad en realidad ha convertido a la gente en algo que dista de ser un zombie. Las personas no han muerto; han sido llevados a un estado de extrema ira que solo se calma ingiriendo carne humana.
El filme más allá de mostrar un mundo en total pánico, nos muestra el caos interior que provoca el hecho de perder a un familiar, de ver morir a tu padre y al mismo tiempo verlo nacer como una bestia; de despertar y permanecer solo. Danny Boyle dirige este apabullante filme que expone al hombre como exterminador de su raza y de su propio hogar; lo hace con una historia humana, sensible y existencialista.
28 Days Later nos hace reflexionar sobre la soledad, sobre el fin de nuestros días y la manera en que el destino de la sociedad se encuentra inevitablemente encaminado hacia ese objetivo.
EBS (@edgarAllanys)