El cine rumano ha explotado de manera espectacular en la escena internacional desde el cambio del milenio que es fácil olvidar que también existió una tradición del siglo XX. Es cierto que su producción cinematográfica nunca igualó la de otros países de Europa del Este como Polonia, Hungría o República Checa (la extrema represión cultural de Nicolae Ceauşescu, el dictador rumano de 1965 a 1989, no ayudó), pero la nueva ola rumana no surgió de la nada: las bases fueron establecidas por artistas como Lucian Pintilie (probablemente el cineasta cuya sensibilidad era más cercana a la de sus sucesores) y varios colegas más.
Sin embargo, la era cinematográfica más fuerte de Rumania se inició a principios de los años 2000 y, a diferencia de las nuevas olas anteriores, no parece haber señales de ello: el Festival de Cannes de 2016 incluyó las más recientes películas de Cristi Puiu y Cristian Mungiu en la competencia principal, con Mungiu obteniendo el premio al mejor director. Esto es tanto más impresionante si viene de un país que tradicionalmente ha demostrado poco apoyo para su cultura cinematográfica, ya sea en la financiación o la búsqueda de audiencias locales.
Por lo general, en los últimos 30 años (desde los últimos años del comunismo hasta la actualidad), las películas de la nueva ola se suman a un registro vívido de la historia del país en un momento de crisis frecuente, al tiempo que revela preocupaciones humanas universales. El primer gran filme con amplio reconocimiento internacional, La muerte del señor Lăzărescu (2005), de Cristi Puiu, podría reestablecerse casi palabra por palabra en otros contextos, incluyendo el británico o el latinoamericano.
La siguiente lista –elaborada por Michael Brooke (colaborador del British Film Institute)– es un testimonio del talento de la generación actual del cine rumano, aunque hay algunos nombres que no están presentes (incluyendo a Nae Caranfil, Marian Crişan, Tudor Giurgiu, Cătălin Mitulescu, Dan Piţa , Florin Şerban, Adrián Sitaru, Adrian Ţofei, Andrei Ujică y Călin Peter Netzer - el ganador del Oso de Berlín 2013 por Child's Pose).
Ion Popescu-Gopo
Películas esenciales:
Breve historia (1956), Una bomba fue robada (1961), El moro blanco (1965).
¿Qué tiene de especial?:
Ion Popescu-Gopo (1923-1989) pasó una década como artista gráfico y dibujante antes de incursionar en el cine de animación en 1951, ganando la Palme de Oro de Cannes en 1957 por la sardónica parábola evolutiva Breve historia (1956). Su personaje desnudo, apodado ‘Pequeño hombre Gopo’, aparece en este y muchos otros de sus cortometrajes. A partir de entonces hizo filmaciones de acción real apoyándose en la sensibilidad surrealista de un animador confeccionando el drama de espías de la Guerra Fría, Una bomba fue robada (1961), que debe mucho a la tradición de Buster Keaton y Jacques Tati y la fantasía visualmente extravagante El moro blanco (1965).
Liviu Ciulei
Película esencial:
El bosque de los ahorcados (1964).
¿Qué tiene de especial?:
En primer lugar, Liviu Ciulei (1923-2011), un distinguido director de escena, hizo una impresión indeleble en el cine rumano al ganar el premio al mejor director en Cannes por su tercer largometraje, El bosque de los ahorcados (1964), un sombrío relato ambientado en la Primera Guerra Mundial en el que un rumano enrolado en el ejército Austro-Húngaro, forma parte del Consejo de Guerra que castiga a los desertores. Los horrores de la guerra y la lucha contra su propia gente fuerzan una difícil elección entre su deber militar y sus sentimientos de humanidad. Fue el primer largometraje rumano que logró un perfil internacional fuera de los festivales, aunque también fue el último de Ciulei; además de una película para televisión en 1977, todos sus trabajos posteriores fueron para teatro en Bucarest y Minneapolis (este último fue el lugar donde vivió después del exilio que llegó con el régimen de Ceauşescu).
Sergiu Nicolaescu
Películas esenciales:
Dacii (1966), Michael el valiente (1970), Un inspector de policía acusa (1973).
¿Qué tiene de especial?:
El rey de las epopeyas históricas rumanas, el actor y director Sergiu Nicolaescu (1930-2013) es conocido internacionalmente por la película de 1970 Michael el valiente, una biopic de Mihai Viteazu, el hombre que unió los territorios que componen la actual Rumania. Concebido como una coproducción internacional, el proyecto terminando siendo completamente rumano, supuestamente por la insistencia personal del dictador Nicolae Ceauşescu. Nicolaescu también hizo thrillers en la primera mitad pre-comunista del siglo XX, como Un inspector de policía acusa (1973). Fue uno de los personajes públicos de la revolución rumana de 1989, pero luego lamentó su activismo político, ya que lo distrajo de su trabajo creativo.
Lucian Pintilie
Películas esenciales:
Reconstrucción (1968), Tarde de un torturador (2001), Niki y Flo (2003).
¿Qué tiene de especial?:
El director rumano más destacado de finales del siglo XX, su afición por el humor absurdo lo convierte en el vínculo más fuerte entre su compatriota teatral Eugene Ionesco y la actual generación de la nueva generación de rumanos. Lucian Pintilie (1933-) llamó la atención al principio de su carrera con dos películas que de manera sutil e indirecta criticaban el totalitarismo: Domingo a las 6 en punto (1965) y Reconstrucción (1968). La supuesta “influencia occidental” de ambos lo forzó al exilio, primero en Yugoslavia y luego en Francia. Regresó a su país después de la revolución para producir siete películas más (desde The Oak hasta Tertium no datur), la mayoría de los cuales lanzaron un ojo sarcástico y punzante sobre los aspectos más oscuros de la historia rumana que él mismo había vivido.
Cristi Puiu
Películas esenciales:
La muerte del señor Lăzărescu (2005), Aurora (2010), Sieranevada (2016).
¿Qué tiene de especial?:
Los críticos consideran la road movie Stuff and Dough (2001), el debut de Cristi Puiu (1967-) como el punto de inicio de la nueva ola rumana, aunque fue su segundo largometraje el que realmente marcó el inicio de este fascinante movimiento. La muerte del señor Lăzărescu (2005) es la primera de un sexteto prometido denominado “Cuentos de las afueras de Bucarest”, una comedia negra de alquitrán que golpea acordes mordaces con cualquier persona que haya experimentado las dificultades de un sistema de salud excesivamente burocrático y despreocupado por sus pacientes. Sus sucesores fueron Aurora (2010), sobre las consecuencias traumáticas del divorcio, y Sieranevada (2016), sobre las disputas familiares después de la muerte de su patriarca. Estos tres largometrajes se caracterizan por su larga duración (casi tres hora) y el humor tan inexpresivo e inesperado que se desliza sobre el espectador.
Cristian Mungiu
Películas esenciales:
Occidente (2002), 4 meses, 3 semanas y 2 días (2007), Graduación (2016).
¿Qué tiene de especial?:
Si La muerte del señor Lăzărescu encendió el fusible, la ganadora de la Palma de Oro de Mungiu, 4 meses, 3 semanas y 2 días (2007) fue la explosión. Una historia terriblemente emocionante sobre un aborto ilegal en Rumania durante la época de Ceauşescu; es una de las más eficaces películas en transmitir el terror de terminar accidentalmente en el lado equivocado de un régimen totalitario. Cristian Mungiu (1968-) ya había hecho Occidente (2002), un perverso relato sobre los rumanos rumbo al oeste, pero que se lamentan en el trayecto. Después de eso, supervisó la comedia inspirada en Ceauşescu, Tales from the Golden Age (2009), para posteriormente dirigir Más allá de las colinas (2012), ambientado en gran medida en un convento ortodoxo y Graduación (2016), en el que un padre cariñoso se enfrenta a un terrible dilema ético sobre los resultados del examen de su hija para que ella pueda estudiar en el extranjero.
Radu Muntean
Películas esenciales:
Boogie (2008), Martes después de Navidad (2010), Un piso más abajo (2015).
¿Qué tiene de especial?:
Aunque menos famoso que Puiu y Mungiu, Radu Muntean (1971-) ha construido un cuerpo igualmente impresionante de trabajo, ya sea examinando la revolución rumana (El papel será azul, 2006) o las obligaciones familiares (Boogie, 2008; Martes después de Navidad, 2010). Los tres protagonizados por Dragoş Bucur, en las dos últimas películas como un hombre que intenta equilibrar las demandas y valores de la vida familiar con otras tentaciones, incluso a punto de arriesgar su matrimonio. Un dilema moral diferente alimenta el inquietante Un piso más abajo (2015), en el que un hombre escucha el asesinato de un vecino, pero está desesperado por no involucrarse.
Corneliu Porumboiu
Películas esenciales:
12:08 al este de Bucarest (2006), Policía, adjetivo (2009), El tesoro (2015).
¿Qué tiene de especial?:
Corneliu Porumboiu (1975-) hizo un impecable debut con 12:08 al este de Bucarest (2006), una comedia divertida sobre el revisionismo histórico y la auto-glorificación personal tras el levantamiento revolucionario. Policía, adjetivo (2009) construye un tratado filosófico sobre el negocio de mantener el orden, mientras que Tesoro (2015) es una película profundamente política que emplea la ironía como herramienta contundente para reflexionar sobre las implicaciones de vivir en la zona euro, las crisis económicas recientes, la memoria del pasado comunista y las presiones de las potencias extranjeras. El director rumano no necesita artificios visuales de ningún tipo; la mínima, frontal e impecable puesta en escena es congruente con la simplicidad –que nunca cae en la banalidad– de la estructura narrativa y el contenido moral del filme.
Radu Jude
Películas esenciales:
La chica más feliz del mundo (2009), Todo el mundo en nuestra familia (2012), Aferim! (2015).
¿Qué tiene de especial?:
Después de una estelar carrera como productor de cortometrajes y comerciales, Radu Jude (1977-) satirizó esta última profesión en la irónicamente titulada La chica más feliz del mundo (2009), en la que una joven de 18 años que ha ganado un coche de lujo en un concurso, debe ir a Bucarest con sus padres para hacer una grabación que demuestre que es, realmente, la ganadora. Las conversaciones que la joven mantiene con sus padres, durante la grabación, se convierten en agrias discusiones: mientras que ella quiere quedarse con el coche, sus padres, en cambio, quieren venderlo. La comedia Todo el mundo en nuestra familia (2012) fue expresada en una vena igualmente cínica, mientras que Aferim! (2015) fue un sorprendente cambio de ritmo tanto para Jude y el cine rumano en general, un drama de época sobre la búsqueda de un esclavo gitano del siglo XIX filmado en pantalla ancha en blanco y negro, lo que crea la impresión de un antiguo noticiero.
Cristian Nemescu
Películas esenciales:
Marilena de la P7 (2006), California Dreamin'(Endless) (2007).
¿Qué tiene de especial?:
El cineasta más joven citado aquí, Cristian Nemescu (1979-2006) es también, tristemente, el de más corta vida. Inicialmente atrajo la atención internacional con Marilena de la P7 (2006), una tragicomedia poco convencional sobre la obsesión de un chico de 13 años con una prostituta local. Su último largometraje, California Dreamin' (Endless) (2007), se centra en un capitán de una tropa de soldados estadounidenses que son detenidos temporalmente en un pequeño pueblo rumano con un tecnicismo burocrático. Ambas películas mostraron una gran conciencia de la vida cotidiana en las partes más alejadas de Rumania, algo que ya había atraído a Nemescu una considerable reputación crítica antes de su muerte prematura en un accidente de coche durante la postproducción de su última película.
LFG (@luisfer_crimi)
Fuente: British Film Institute