10 grandes filmes ganadores de la Palma de Oro, según The Guardian - ENFILME.COM
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10 grandes filmes ganadores de la Palma de Oro, según The Guardian
Publicado el 11 - May - 2018
 
 
10 excelentes filmes que ganaron la Palma de Oro. - ENFILME.COM
 
 
 

Mientras el Festival de Cine de Cannes celebra sus 71 años, The Guardian realizó una lista con las mejores películas que han obtenido la tan preciada Palma de Oro, desde Viridiana y La Dolce Vita hasta Taxi Driver y Pulp Fiction.

 

10 Uncle Boonmee Who Can Recall His Past Lives, 2010.

Uncle Boonmee Who Can Recall His Past Lives es una película sublime, una fantasía realista que juega con la idea de lo espiritual y lo sobrenatural, pero lo hace de una manera tan notablemente tranquila y práctica que casi te convence de que estas cosas son fenómenos naturales. La película de Apichatpong Weerasethakul trata sobre el hombre moribundo que se retiró a los bosques del noreste de Tailandia para hacer las paces con el mundo, y ofrece sus visiones y conceptos de un modo tan calmado y tranquilo que es imposible rechazarlos.  

 

9 The Piano, 1993.

La película exótica y muy literaria de Jane Campion, ambientad en los primeros años de la colonización europea de Nueva Zelanda, tiene a Holly Hunter como Ada, una mujer muda cuyo cruel esposo, Sam Neill, no le permitirá conservar el piano que le sirve como comunicación con el mundo. Otro hombre, Harvey Keitel, la rescata a través de un arreglo mediante el cual puede recuperar el piano a cambio de “lecciones” cada vez más sexualizadas. El piano está fetichizado, erotizado: todo el anhelo y la frustración de Ada se vierten en él. Una película perennemente fascinante y sutil.

 

8 Pulp Fiction, 1994.

Esta Palma de Oro selló el gran prestigio de Quentin Tarantino e inició la carrera horriblemente abusiva de su productor, Harvey Weinstein. Pero la energía electrizante de esta película sacó a Cannes de lo que muchos sintieron fue un letargo artístico resultó bastante complaciente. Su capacidad insolente de conmocionar, divertir y producir infinitos y melódicos diálogos, emocionantes, seductores y únicos que coexisten con una brillante experimentación de la narrativa fracturada.

 

7 Viridiana, 1961.

Esta fue la película que Luis Buñuel hizo cuando fue invitado a regresar a España desde su exilio mexicano por el régimen de Franco y ofendió instantáneamente a algunos de los elementos más reaccionarios y pomposos del poder político español. Fernando Rey interpreta a un hombre que ha concebido una obsesión erótica con su sobrina Viridiana, Silvia Pinal, quien está a punto de tomar sus votos perpetuos como monja. Él intenta drogarla, pero la violación está más allá de él y se ahorca debido a la culpa; la sorprendida y desconcertada Viridiana invita a algunas personas sin hogar a vivir en su casa y la situación se deteriora hasta convertirse en un anti-carnaval de libertinaje y abuso. Un espeluznante espectáculo de subversión.

 

6 The White Ribbon, 2009.

El helado maestro austriaco Michael Haneke ha ganado la Palma de Oro dos veces, la segunda vez fue para Amour, su desgarrador estudio de una pareja de ancianos que enfrenta enfermedad y muerte. Pero mi mente vuelve una y otra vez a esta parábola profundamente perturbadora de Alemania en los años previos a la Primera Guerra Mundial: otro estudio sobre la disfunción grupal y el malestar de la manada envenenada. Un pueblo está plagado de extraños y maliciosos actos de violencia y rencor, y en el centro social de la comunidad está el pastor, magníficamente interpretado por Burghart Klaussner, quien es estrictamente disciplinado, haciendo que sus hijos errantes lleven una cinta blanca de contrición en el brazo: la cinta se ve extrañamente como un brazalete nazi, con una estrella amarilla.

 

5 La Dolce Vita, 1960.

La brillante y alucinatoria película de Federico Fellini inventó la palabra “paparazzo” y tal vez también inventó la propia Italia moderna, al menos la Italia que el resto del mundo amaba idealizar. Marcelo Mastroianni es un columnista de chismes hastiado y melancólico, inmerso en la sociedad intelectual de Roma: demasiado bueno para este trabajo, demasiado perezoso para escribir su novela. El mismo Fellini amaba los circos, y este era el circo mediático, el circo del mundo del espectáculo y quizás el circo de la vanidad mundana.

 

4 La stanza del figlio, 2001.

Esta es una hermosa película que induce unas especie de éxtasis de tristeza. Nanni Moretti llevó su trabajo al siguiente nivel: dirigió y protagonizó a un terapeuta que está empezando a tener dudas sobre su vocación. Debido a su sentido del deber, hace una visita domiciliaria a un paciente exigente, lo que significa que tiene que cancelar un viaje de excursión con su hijo, quien decide ir a nadar y muere ahogado. Moretti muestra el efecto que esta tragedia impensable tiene en toda la familia.  

 

3 Taxi Driver, 1976.

El horror y la exaltación extraña y desesperada del clásico de 1976 de Martin Scorsese todavía tiene el poder de sacarte de tu asiento de cine. Las drogas, la misoginia, el miedo y la desesperación son brutales. El joven Robert De Niro interpreta a Travis Bickle, un veterano de Vietnam traumatizado que, como Macbeth, ha perdido la capacidad de dormir y ahora está condenado a una noche eterna de vigilia, navegando por la ciudad infernal en su taxi amarillo, encontrando almas perdidas y vengativas. Finalmente, se obsesiona con rescatar a una joven prostituta, una actuación inolvidable de Jodie Foster, y así redimirse. Las escenas diurnas en la oficina electorales también son soberbias, con una actuación excelente y subestimada de Albert Brooks.

 

2 Taste of Cherry, 1997.

Podría decirse que es la obra maestra de uno de los grandes poetas del cine, Abbas Kiarostami, una parábola extraña, bella y desgarradora que incluso ahora elude una interpretación precisa. Un hombre profundamente deprimido tiene la intención de matarse, por lo que contrata a un joven para que rellene la tumba que él ha cavado. Es sorprendente, absurdo e impactante y molesto. Habla del aspecto más oscuro y menos discutido de este tema: el deseo de que el acto mismo del suicidio puede ser ocultado. Pero alguien trata de disuadirlo, recordándole la dulzura y las alegrías de esta vida, como el sabor de una cereza.

 

1 The Third Man, 1949.

El clásico noir metafísico fue escrito por Graham Greene, dirigido por Carol Reed y protagonizado por Orson Welles, que interpreta al enigmático fugitivo Harry Lime, un traficante de penicilina robada en la Viena de la posguerra; habiendo fingido su muerte, se ha ido al submundo. El escritor hollywoodense Holly Martins, interpretado por Joseph Cotten, debe descifrar el misterio de por qué su antiguo amigo, Lime, lo ha atraído a Viena con la oferta de un trabajo. El jurado de Cannes, bajo la presidencia del historiador y cofundador del festival George Huisman, eligió a The Third Man sobre competidores tales como Passionate Friends de David Lean y The Queen of Spades de Thorold Dickinson. Fue la elección correcta, y la película resuena cada vez más a lo largo de los años. ¿Está Lime en el purgatorio? ¿O en el infierno? ¿O acaso Lime, extrañamente insolente e impenitente, podría ser el instrumento de la gracia para todos los demás: esas personas imperfectas, desaliñadas y desesperadas que de alguna manera han sobrevivido la guerra? Lime podría ser un martirizado Judas Iscariote, alguien que ha absorbido los pecados de los demás.  

Trad. EnFilme

Fuente:  The Guardian

 
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