“Japón nunca ha tenido una Ley Volstead [Ley Seca] y nunca ha tenido una Prohibición, por lo tanto el país nunca ha producido un Al Capone”, escribió Tony Rayns en un ensayo para el lanzamiento del DVD The Ozu Collection: The Gangster Films, el cual incluye tres idiosincráticos filmes silenciosos de Yasujiro Ozu de la primera mitad de la década del 30: Walk Cheerfully (1930), That Night’s Wife (1930) y Dragnet Girl (1933).
Sin embargo, más allá de esas curiosidades de Ozu, Japón sí ha producido numerosas y significativas películas de gánsters. Sobre todo en la década de 1960 y con los yakuza como protagonistas.
La lista toma como punto de partida a Ozu, pero después explora grandes películas japonesas con nociones muy distintas a las de Hollywood.
Dragnet Girl (Dir. Yasujito Ozu, 1933)
Ozu, normalmente reconocido como “el más japonés” de los directores de su país, nunca mantuvo su amor por Hollywood como un secreto, especialmente durante sus primeros trabajos realizados en el estudio Schochiku’s Kamata. Su homenaje más obvio a las pandillas estadounidenses es, al igual que la cosmopolita ciudad portuaria de Yokohama donde está ambientada, un fascinante ejemplo de cuando el Este conoce al Oeste.
Youth of the Beast (Dir. Seijun Suzuki, 1963)
Realmente no puedes equivocarte con ninguna de las exuberantes y extravagantes obras de arte pop de Seijun Suzuki (Hardcover Branded to Kill, 1967). Aunque hizo muy pocas películas de gánsters durante su permanencia en los estudios Nikkatsu.
Brutal Tales of Chivalry (Dir. Kiyoshu Saeki, 1965)
La primera de 9 películas reunidas en una serie conocida como Tales of Showa Era Chivalry es un excelente punto de partida para conocer el género.
Abashiri Prison (Dir. Teruo Ishii, 1965)
Las 10 partes originales, estrenadas entre 1965 y 1967, fueron dirigidas por Teruo Ishii, mientras que las 8 subsecuentes (1968-1972) fueron dirigidas por Mashahiro Makino (Singing Lovebirds, 1939), Kiyoshi Saeki (Boshizô, 1956) y Yasuo Furuhata (Poppoya, 1999).
History of a Man’s Face (Dir. Tai Kato, 1966)
También conocida como By a Man’s Face Shall You Know Him, al igual que Brutal Tales of Chivalry¸ la película de Kato describe los conflictos que rodearon a un mercado de un pueblo pequeño el año siguiente a la guerra de 1948.
Velvet Hustler (Dir. Toshio Masuda, 1967)
Velvet Hustler es un producto del ethos del estudio Mukokuseki, el cual recurrió a fuentes cinematográficas extranjeras para sus producciones: historias, personajes, disfraces e iconografías apropiadas para crear mundos ficticios que poco tienen que ver con un Japón “real”.
Battles without Honor and Humanity (Dir. Kinji Fukasaku, 1973)
El título lo dice todo. Con este filme, Kinki Fukasaku (Graveyard of Honor, 1975) quitó los mitos y el brillo de la vieja escuela de la década de 1960, al enfocarse en las pandillas rivales de la era de la ocupación en Hiroshima.
Demon (Dir. Yasuo Furuhata, 1985)
En este filme conmovedor e impulsado por la vitalidad de los personajes, realizado durante una pausa de la popularidad del género de los yakuza, el director japonés contrasta a los personajes de la vieja escuela, con la nueva forma cruel, grosera y avariciosa de ser del hombre.
Sonatine (Dir. Takeshi Kitano, 1993)
Esta meditación existencial y minimalista, casi sin trama, sobre la violencia y la muerte, es una combinación de Waiting for Godot en la playa, con pistolas y camisas hawaianas.
The Black Society Trilogy (Dir. Takashi Miike)
El prolífico Takashi Miike (Ichi Killer, 2001) ha dirigido tantas películas en el género de los yakuza que es difícil saber por dónde comenzar. Sin embargo, este tríptico es ampliamente reconocido como uno de sus mejores trabajos.
Trad. EnFilme
Fuente: British Film Institute