Desde la misteriosa Venecia y la sobrepoblada Nanjing hasta la sofisticada Nueva York y la moderna Los Ángeles; 10 emblemáticas representaciones de la ciudades en el cine, una selección realizada por el crítico Peter Bradshaw para la publicación británica, The Guardian.
Nueva York en Manhattan (Woody Allen, 1979)
Nada es más cliché que decir que una película es una “carta de amor” a determinada ciudad, pero la comedia de Woody Allen es algo parecido. Con la magnífica fotografía de Gordon Willis, Manhattan es retratada con un brillante, intenso y sofisticado blanco y negro que borra toda la pobreza y crimen de la ciudad. La secuencia de apertura es un famoso montaje: tomas exteriores estáticas de Manhattan durante el día y luego de noche con “Rhapsody in Blue” de Gershwin. Esas imágenes han casi eclipsado recuerdos de la propia historia. La cámara de Allen está en las afueras, en las calles de Nueva York, pero parece que él siempre está gloriosamente en casa.
Londres en It Always Rains On Sunday (Robert Hamer, 1947)
Hay demasiados filmes que utilizan locaciones turísticas de Londres, pero el melodrama de Robert Hamer es distinto. No sólo utilizó sets de filmación, sino también locaciones reales en una reconocible ciudad trabajadora, filmando en lugares como Stratford y Chalk Farm. Cabe destacar que la película se desarrolla fuera del centro de la ciudad. Se trata de un uso muy inteligente de la ciudad de Londres.
Belfast en Odd Man Out (Carol Reed, 1947)
Carol Reed es un brillante director al momento de capturar las ciudades en sus filmes. En Odd Man Out, la ciudad se convierte en un personaje por derecho propio. Todo el mundo recuerda la devastada y miserable Viena en su The Third Man. Esto es igual de poderoso. Situado en Belfast, el filme posee una viveza documental de la ciudad. Belfast realmente merece el título de “ciudad” –un lugar en auge antes de sus conflictos, bulliciosa, vital y próspera. Un lugar donde un tranvía lleno puede dirigirse visiblemente para el Falls Road sin temor alguno. James Mason es un hombre de la IRA encerrado en una casa de seguridad, que sale de su encierro para liderar un asalto a un banco.
Nanjing en Spring Fever (Lou Ye, 2009)
En 2009, el cineasta chino, Lou Ye, realizó un intrigante filme ‘noir’ sobre la transgresión sexual, tanto en homosexuales como en heterosexuales. Las películas ‘noir’, generalmente, se sitúan en grandes ciudades, y tienden a ser lugares de sombras y oscuros. Aquí es distinto: Esto es diferente: se trata de Nanjing, una de las ciudades de China con un crecimiento exponencial, una megaciudad, un lugar descomunal sólo superado por Beijing y Shanghái. Lou despliega imágenes fascinantes de la gran ciudad en el día: los colosales nuevos edificios y gigantescas plazas peatonales.
París en Cléo de 5 à 7 (Agnès Varda, 1962)
Los cineastas de la Nueva ola francesa fueron brillantes al evidenciar su apasionado y experto conocimiento para celebrar a París, un lugar prácticamente reinventado por la cultura popular. De hecho, la relación de este movimiento con la ciudad aún no se ha investigado y estudiado tan a fondo como podría ser. Truffaut, Godard y Rivette todos hicieron películas brillantes con París como un personaje virtual, pero el trabajo delicado, ingenioso y melancólico de Agnès Varda es de particular interés: en cierto modo, es el filme de una ciné-flâneur. Una mujer que recorre París en espera de los resultados de un examen médico, y los amantes modernos de la película pueden recrear esos traslados. La París de Varda es situada con especificidad concreta en la película.
Teherán en Fireworks Wednesday (Asghar Farhadi, 2006)
Teherán ha tendido a ser un lugar cerrado y ajeno a los medios de comunicación occidentales. Para muchos, las únicas representaciones que tienen de la ciudad son las imágenes periodísticas asociadas a rehenes, crisis, y el funeral del Ayatola. El trabajo del cineasta Asghar Farhadi nos muestra una ciudad de Teherán mucho más parecida a una ciudad europea; un lugar con gente reconocible, cuyas estresadas vidas laborales no se rigen sólo por cuestiones geopolíticas como nos lo hacen los noticieros. Fireworks Wednesday es un drama fascinante, en torno a las tradicionales celebraciones de Año Nuevo que se llevan a cabo en la ciudad con fuegos artificiales en las calles.
Los Ángeles en Heat (Michael Mann, 1995)
Heat, de Michael Mann, filme en el que un policía (Al Pacino) se enfrenta al villano (Robert De Niro), es una verdadera película de Los Ángeles. Es un filme ambientado en una amplia, compleja y poco idealizada metrópolis. Es el retrato de una ciudad donde los criminales son desarraigados; viven ahí, pero no han echado raíces en Los Ángeles; no han hecho ninguna inversión emocional. Cuando el calor está encendido, tienen que estar dispuestos a alejarse. Es una ciudad de cristal y acero –reflejo de la modernidad–, una ciudad que proporciona un brillo glamoroso debido a sus ‘sexys’ tiroteos y enfrentamientos.
Venecia en Don’t Look Now (Nicolas Roeg, 1973)
Donald Sutherland y Julie Christie interpretan a una pareja cuyo hijo ha muerto en un accidente. Llegan a Venecia y son atormentados por visiones de lo que podría ser el fantasma del niño. La Venecia del filme de Nic Roeg es misteriosa y exótica –repleta de una especie de orientalismo de estilo occidental–, pero nunca turística. Roeg no se siente atraído por los clichés visuales; no hay ninguno de la habitual plaza de San Marcos. El director prefiere evocar las vías fluviales y los pasillos de la ciudad. También están las partes más aburridas y cotidianos de Venecia, en el que uno se introduce a la idea inquietante de que toda la ciudad es una conspiración oculta, lo que lleva inexorablemente a la muerte.
Dakar en Touki Bouki (Djibril Diop Mambéty, 1973)
Es un filme bizarro y desafiante por parte del autor experimental africano, Mambéty; de muchas maneras surgen los cuestionamientos referentes a cómo vivimos en las ciudades, la forma en que las experimentamos y cómo nuestras identidades están constituidas por ellas. Las películas convencional colocan a sus personajes en las calles, plazas y espacios abiertos de una ciudad, o en sus casas y apartamentos, y los muestran en la dinámica de sus vidas cotidianas. En cambio, Mambéty inventa una pareja que vive en Dakar, en Senegal, pero ellos muestran el anhelo de escapar a París. Sus vidas son confusas y sus acciones y motivaciones oscuras. Es como si el filme ocurriera en París o en Dakar, o en una ciudad de la mente.
Roma en La grande bellezza (Paolo Sorrentino, 2013)
Una ciudad tan empapada de amor, y también de una especie de desilusión y desencanto, esa es la Roma de Sorrentino. Toni Servillo interpreta a un hombre hastiado por la ciudad, que se sorprende al oír algo acerca de una mujer de la que en el pasado estuvo profundamente enamorado. La película es, en gran medida, su despedida, su paseo final por la ciudad. La cámara de Sorrentino vira alrededor de Roma concentrándose en sus glorias históricas metropolitanas de la manera que Fellini lo hizo en La Dolce Vita. Es una película sobre lo romano, la ‘Romanità’.
Nuestra reseña de La Grande Bellezza
LFG (@luisfer_crimi)
Fuente: The Guardian