Los críticos Zack Sharf y Emily Buder de Indiwire hicieron una lista con las películas indie y extrajeras que quizá no has visto y eso lo consideran un crimen.
Transcribimos sus críticas aquí:
1. Breathe de Mélanie Laurent
La actriz y directora Mélanie Laurent dirigió esta película basada en la novela de Anne-Sophie con el mismo nombre. El filme se enfoca en un par de colegialas francesas que se convierten en amigas rápidamente en una forma consumidora y obsesiva. Mientras su relación con la salvaje Sarah (Lou de Lagge) comienza a erosionarse, Charlie (Josephine Japy) empieza a derrumbarse espectacular e inquitantemente. Laurent retrata exitosamente la naturaleza de las amistades femeninas, de la pasión a la emoción de los parecidos recién encontrados y de la identificación a la tristeza profunda cuando las cosas van mal. Los detalles psicológicos que Laurent incluye, empujan el filme hacia un territorio muy inesperado. Lo que comienza como una amistad rápida e íntima poco a poco se convierte en una batalla psicológica por la superioridad y la directora hace un trabajo excelente trayendo a la vida los inquietantes temas de los celos y la traición a través de una sensible paleta visual y auditiva.
2. About Elly de Asghar Farhadi
Las mejores historias de misterio no son emocionantes por la proeza al resolver un crimen o por los giros en la trama. En vez de eso, un gran misterio está envestido en sus personajes; lo emocionante emerge de lo desconocido en la naturaleza humana. About Elly es la historia de una persona perdida y las preguntas alrededor de su desaparición, mientras que lo desconcertante es secundario. El director iraní Asghar Farhadi está interesado en rodear el evento impactante. El fuerte ensamble del reparto entrega unas actuaciones que dan vuelcos al mismo tiempo que los vínculos interpersonales comienzan a desbaratarse y eventualmente desmantelarse. La desaparición de Elly se convierte en un espejo fracturado de la cultura iraní, exponiendo una inherente desconfianza de las mujeres y otras feas verdades.
3. The Keeping Room de Daniel Barber
Ubicada en 1865 en el sur rural (de Estados Unidos), The keeping room muestra los momentos finales de la Guerra Civil, cuando las tropas del norte avanzaban en su victoria. Pero esos eventos toman lugar más allá de la conciencia de las tres mujeres en las que se centra la historia: Augusta (Brit Marling), su hermana adolescente Louise (Hailee Steinfeld) y su esclava Mad (Muna Otaru). Mientras todos los hombres existían sus vidas han ido desapareciendo en el campo de batalla desde hace tiempo, las mujeres permanecen en un mundo estático, esperando por la salvación que comienzan a darse cuenta nunca llegará. Dirigida tensamente por Daniel Barber (Harry Brown), The Keeping Room se desarrolla casi por completo en los confines de una granja en Carolina del Sur, pero es densa en su actividad física y sus implicaciones sobre el género, el racismo y el progreso en Estados Unidos. La acción tiene la intensidad paranoiaca de un espeluznante western de Peckinpah, sin embargo, Barber trabajó la película bajo un lente de progresión histórica que funciona como base a su originalidad.
4. The Salt of the Earth de Wim Wenders y Juliano Ribeiro Salgado
Sebastião Salgado ha dedicado gran parte de su vida a la artística documentación del sufrimiento humano en un esfuerzo para, en sus propias palabras, “dar testimonio de la condición humana". The Salt of the Earth da fe del trabajo de Salgado: impresionantes imágenes blanco y negro que atraviesan varias facetas de la humanidad, de una infernal mina de oro en Brasil a la terrible sequía de Sahel, en la cual un millón de refugiados mueren de hambre. La fotografía de Salgado evoca un sentido de culpa acechante: en medio de las impresionantes imágenes, los sujetos, muchos de los cuales se encuentran en una agonía de sufrimiento y muerte, piden ayuda con el último trozo de dignidad que les queda.
5. The boy de Craig Macneill
¿Qué hace a un asesino: la naturaleza o la crianza? Ambas, de acuerdo a este retrato profundamente perturbador de un niño mentalmente patológico abandonado a su suerte en medio de la nada, en Estados Unidos. Ted, de nueve años, deambula por los decrépitos terrenos del hotel de su padre soltero, lentamente haciendo pruebas de los límites de su aparente falta de empatía. El filme tiene un ritmo lento, pero la tensión que va en aumento es casi insoportable. No está en cuestión si el niño va a ajustarse, sino más bien cuándo y en el momento en que sucede, es mucho más horripilante de lo que se pueda imaginar.
6. Relatos Salvajes de Damián Szifrón
La mordaz sátira de Damián Szifrón llegó a Estados Unidos este año, llevando a cabo un ataque a la sociedad argentina contemporánea que ensarta los sesgos de género y clase por medio de una serie de cortometrajes vivos y con humor negro. Desarrollada en seis distintas historias con tramas surrealistas de caídas y revanchas, la película tiene reflejos de una mezcla entre comedia y melodrama de Pedro Almodóvar, sin embargo se desarrolla más como una comedia de Buñuel en el sentido de la velocidad, virando de un momento que provoca jadeo a otro. Cada capítulo de Relatos Salvajes evoca algún aspecto de la venganza, el único elemento constante es el excelente sentido de valor en la producción. Mientras que un considerable número de explosiones, peleas sangrientas y trabajo de dobles podría sugerir otra cosa, la película tiene mucho en mente, exponiendo subversivamente el constructo de los trasfondos sociales y los problemas burocráticos de la Argentina contemporánea. Gracias a la fluida edición y al trabajo de cámara, la calidad de la cinta mantiene en el mismo hilo sus polémicas.
7. 6 years de Hannah Fidell
Al estilo de Blue Valentine, el sensible filme de Hannah Fidell sigue la historia de dos colegiales, Dan (Ben Rosenfield) y Melanie (Taissa Farmiga) que van descubriendo las fisuras en su relación de seis años, resultando en un exhaustivo y tóxico proceso de negación. Las improvisadas actuaciones de Rosenfield y Farmigafully rompen el corazón; en cada escena, la disolución de la relación se vuelve más y más clara, pero la ubicación de la responsabilidad aumenta su complejidad. ¿Quién es el culpable cuando ninguna de las partes es suficientemente fuerte para librarse del apasionado torrente del amor joven?
8. Alleluia de Fabrice Du Welz
Inspirada en Lonely Hearts Killers de la década de 1970, la cuarta entrega del guionista y director Fabrice Du Welz desarrolla una pesadilla seductoramente visceral. La película trata sobre una solitaria mujer, Gloria (Lola Dueñas), cuyo intenso deseo por un hombre que se dedica profesionalmente a la prostitución (Laurent Lucas), la llevan a ayudar en actos de asesinato. La historia podría parecer una leyenda urbana que ya se ha escuchado, pero la ejecución del material que hace Du Welz es todo menos rutinaria. Explorando la mente de su protagonista por medio de la visualización de la psique a través de la estética, Du Welz reemplaza las emociones baratas con un calculado y experimental sentido de tortura interna que crece. Como resultado, Alleluia parece encajar más en la atmósfera de terror de los setenta que en el género hoy en día. Es de hecho una sorpresa para la buena fe.
9. What what we don in the shadows de Jemaine Clement y Taika Waititi
Es la mejor comedia del año, sin duda. La absurda promesa del programa, “Real World” pone a un vampiro en una mansión llena de compañeros de habitación cuyas edades van de los 180 a los 8 mil años. La película se adapta perfectamente al estilo de falso documental inexpresivo que da testimonio de las peleas del club de chupasangres por los platos, los hombres lobo o las damas. Los ridículos gags y las reiteraciones utilizados por Clement y Waititi se unen en una inteligente e hilarante aventura.
10. Felt de Jason Banker
Felt de Jason Banker es un thriller de horror visceral. En él, la artista Amy Everson protagonizando su propia historia como una mujer que se enfrenta a un trauma sexual del pasado creando un alter ego disfrazado grotescamente y que se reapropia de las formas masculinas. Al abrazar ese lado del empoderamiento, Amy debe ser audaz para protegerse a sí misma, pero su alter ego cobra vida propia y arremete contra ella cuando aparentemente se vuelve amiga de un buen chico. Explorado la sexualidad y combatiendo la cultura de la violación, la cinta se vuelve una poderosa proclamación feminista sobre la vulnerabilidad femenina y las maneras en las cuales es atrapada y corrompida por las agresiones y superioridad masculinas.
11. People, Places, Things de Jim C. Strouse
El director Jim C. Strouse balancea elementos dramáticos con comedia inteligente en la película People Places Things, anclada con un casting espectacular y un guión hilarante. El corazón de la cinta es la actuación de Jemaine Clement (Flight of The Conchords) como Will Henry, un novelista gráfico depresivo y padre soltero que trata de ordenar su vida después de encontrar a su esposa engañándolo en el cumpleaños de sus gemelas. Filmada en locaciones íntimas a lo largo de Nueva York, la cinta mantiene una sensación personal y aterrizada. Se sostiene con su hermoso trabajo de arte que sirve como un mecanismo de confrontación para Will y una exploración de sus propios sentimientos ocultos, mientras en él crece la sensación de que entre su persona y su familia se está construyendo un muro. Entretenida, ingeniosa y sentimental al mismo tiempo, People, Places, Things habla a muchas sensibilidades a la vez.
12. Runoff de Kimberly Levin
Quizá el filme menos visto de toda la lista, el drama de Kimberly Levin encierra uno de los dilemas morales más importantes de nuestro tiempo. Betty, una joven madre que posee y opera una granja es enfrentada por un negocio que la hará abandonar su ética ambiental con la intensión de salvar su sustento. El período previo a la decisión se realiza en movimientos conmovedores y relacionables que guían al espectador en el dilema que nos enfrentamos todos de una manera u otra: ¿vivimos la vida por nosotros mismos o por nuestros nietos y el futuro del planeta? Además como un primer esfuerzo de la directora merece ser visto.
13. Five Star de Keith Miller
La película Five Star de Keith Miller se trata de los peligros de la vida de las pandillas en los proyectos habitacionales de Brooklyn. En ella se sigue un miembro de los Bloods, quien toma bajo su protección al hijo de su mentor asesinado y lo instruye en los códigos de la calle. El entorno y la historia han sido vistos desde el sensacionalismo en la gran pantalla, pero Miller ha sido aclamado por el realismo de sus procedimientos, yendo hasta el extremo de usar a ex miembros de pandillas representando sus propias vidas. El resultado es una historia con una sensación casi documental en su estructura narrativa, volviendo difusa la línea entre la ficción y la realidad en un poderoso drama sobre pandillas que se nutre de los hechos de un mundo muy real.
1. Breathe de Mélanie Laurent
La actriz y directora Mélanie Laurent dirigió esta película basada en la novela de
Anne-Sophie con el mismo nombre. El filme se enfoca en un par de colegialas francesas que se convierten en amigas rápidamente en una forma consumidora y obsesiva. Mientras su relación con la salvaje Sarah (Lou de Lagge) comienza a erosionarse, Charlie (Josephine Japy) empieza a derrumbarse espectacular e inquitantemente. Laurent retrata exitosamente la naturaleza de las amistades femeninas, de la pasión a la emoción de los parecidos recién encontrados y de la identificación a la tristeza profunda cuando las cosas van mal. Los detalles psicológicos que Laurent incluye, empujan el filme hacia un territorio muy inesperado. Lo que comienza como una amistad rápida e íntima poco a poco se convierte en una batalla psicológica por la superioridad y la directora hace un trabajo excelente trayendo a la vida los inquietantes temas de los celos y la traición a través de una sensible paleta visual y auditiva.
2. About Elly de Asghar Farhadi
Las mejores historias de misterio no son emocionantes por la proeza al resolver un crimen o por los giros en la trama. En vez de eso, un gran misterio está envestido en sus personajes; lo emocionante emerge de lo desconocido en la naturaleza humana. About Elly es la historia de una persona perdida y las preguntas alrededor de su desaparición, mientras que lo desconcertante es secundario. El director iraní Asghar Farhadi está interesado en rodear el evento impactante. El fuerte ensamble del reparto entrega unas actuaciones que dan vuelcos al mismo tiempo que los vínculos interpersonales comienzan a desbaratarse y eventualmente desmantelarse. La desaparición de Elly se convierte en un espejo fracturado de la cultura iraní, exponiendo una inherente desconfianza de las mujeres y otras feas verdades.
3. The Keeping Room de Daniel Barber
Ubicada en 1865 en el sur rural (de Estados Unidos), The keeping room muestra los momentos finales de la Guerra Civil, cuando las tropas del norte avanzaban en su victoria. Pero esos eventos toman lugar más allá de la conciencia de las tres mujeres en las que se centra la historia: Augusta (Brit Marling), su hermana adolescente Louise (Hailee Steinfeld) y su esclava Mad (Muna Otaru). Mientras todos los hombres existían sus vidas han ido desapareciendo en el campo de batalla desde hace tiempo, las mujeres permanecen en un mundo estático, esperando por la salvación que comienzan a darse cuenta nunca llegará. Dirigida tensamente por Daniel Barber (Harry Brown), The Keeping Room se desarrolla casi por completo en los confines de una granja en Carolina del Sur, pero es densa en su actividad física y sus implicaciones sobre el género, el racismo y el progreso en Estados Unidos. La acción tiene la intensidad paranoiaca de un espeluznante western de Peckinpah, sin embargo, Barber trabajó la película bajo un lente de progresión histórica que funciona como base a su originalidad.
4. The Salt of the Earth de Wim Wenders y Juliano Ribeiro Salgado
Sebastião Salgado ha dedicado gran parte de su vida a la artística documentación del sufrimiento humano en un esfuerzo para, en sus propias palabras, “dar testimonio de la condición humana". The Salt of the Earth da fe del trabajo de Salgado: impresionantes imágenes blanco y negro que atraviesan varias facetas de la humanidad, de una infernal mina de oro en Brasil a la terrible sequía de Sahel, en la cual un millón de refugiados mueren de hambre. La fotografía de Salgado evoca un sentido de culpa acechante: en medio de las impresionantes imágenes, los sujetos, muchos de los cuales se encuentran en una agonía de sufrimiento y muerte, piden ayuda con el último trozo de dignidad que les queda.
5. The boy de Craig MacNeill
¿Qué hace a un asesino: la naturaleza o la crianza? Ambas, de acuerdo a este retrato profundamente perturbador de un niño mentalmente patológico abandonado a su suerte en medio de la nada, en Estados Unidos. Ted, de nueve años, deambula por los decrépitos terrenos del hotel de su padre soltero, lentamente haciendo pruebas de los límites de su aparente falta de empatía. El filme tiene un ritmo lento, pero la tensión que va en aumento es casi insoportable. No está en cuestión si el niño va a ajustarse, sino más bien cuándo y en el momento en que sucede, es mucho más horripilante de lo que se pueda imaginar.
6. Relatos Salvajes de Damián Szifrón
La mordaz sátira de Damián Szifrón llegó a Estados Unidos este año, llevando a cabo un ataque a la sociedad argentina contemporánea que ensarta los sesgos de género y clase por medio de una serie de cortometrajes vivos y con humor negro. Desarrollada en seis distintas historias con tramas surrealistas de caídas y revanchas, la película tiene reflejos de una mezcla entre comedia y melodrama de Pedro Almodóvar, sin embargo se desarrolla más como una comedia de Buñuel en el sentido de la velocidad, virando de un momento que provoca jadeo a otro. Cada capítulo de Relatos Salvajes evoca algún aspecto de la venganza, el único elemento constante es el excelente sentido de valor en la producción. Mientras que un considerable número de explosiones, peleas sangrientas y trabajo de dobles podría sugerir otra cosa, la película tiene mucho en mente, exponiendo subversivamente el constructo de los trasfondos sociales y los problemas burocráticos de la Argentina contemporánea. Gracias a la fluida edición y al trabajo de cámara, la calidad de la cinta mantiene en el mismo hilo sus polémicas.
7. 6 years de Hannah Fidell
Al estilo de Blue Valentine, el sensible filme de Hannah Fidell sigue la historia de dos colegiales, Dan (Ben Rosenfield) y Melanie (Taissa Farmiga) que van descubriendo las fisuras en su relación de seis años, resultando en un exhaustivo y tóxico proceso de negación. Las improvisadas actuaciones de Rosenfield y Farmigafully rompen el corazón; en cada escena, la disolución de la relación se vuelve más y más clara, pero la ubicación de la responsabilidad aumenta su complejidad. ¿Quién es el culpable cuando ninguna de las partes es suficientemente fuerte para librarse del apasionado torrente del amor joven?
8. Alleluia de Fabrice Du Welz
Inspirada en Lonely Hearts Killers de la década de 1970, la cuarta entrega del guionista y director Fabrice Du Welz desarrolla una pesadilla seductoramente visceral. La película trata sobre una solitaria mujer, Gloria (Lola Dueñas), cuyo intenso deseo por un hombre que se dedica profesionalmente a la prostitución (Laurent Lucas), la llevan a ayudar en actos de asesinato. La historia podría parecer una leyenda urbana que ya se ha escuchado, pero la ejecución del material que hace Du Welz es todo menos rutinaria. Explorando la mente de su protagonista por medio de la visualización de la psique a través de la estética, Du Welz reemplaza las emociones baratas con un calculado y experimental sentido de tortura interna que crece. Como resultado, Alleluia parece encajar más en la atmósfera de terror de los setenta que en el género hoy en día. Es de hecho una sorpresa para la buena fe.
9. What what we don in the shadows de Jemaine Clement y Taika Waititi
Es la mejor comedia del año, sin duda. La absurda promesa del programa, “Real World” pone a un vampiro en una mansión llena de compañeros de habitación cuyas edades van de los 180 a los 8 mil años. La película se adapta perfectamente al estilo de falso documental inexpresivo que da testimonio de las peleas del club de chupasangres por los platos, los hombres lobo o las damas. Los ridículos gags y las reiteraciones utilizados por Clement y Waititi se unen en una inteligente e hilarante aventura.
10. Felt de Jason Banker
Felt de Jason Banker es un thriller de horror visceral. En él, la artista Amy Everson protagonizando su propia historia como una mujer que se enfrenta a un trauma sexual del pasado creando un alter ego disfrazado grotescamente y que se reapropia de las formas masculinas. Al abrazar ese lado del empoderamiento, Amy debe ser audaz para protegerse a sí misma, pero su alter ego cobra vida propia y arremete contra ella cuando aparentemente se vuelve amiga de un buen chico. Explorado la sexualidad y combatiendo la cultura de la violación, la cinta se vuelve una poderosa proclamación feminista sobre la vulnerabilidad femenina y las maneras en las cuales es atrapada y corrompida por las agresiones y superioridad masculinas.
11. People Places Things de Jim C. Strouse
El director Jim C. Strouse balancea elementos dramáticos con comedia inteligente en la película People Places Things, anclada con un casting espectacular y un guión hilarante. El corazón de la cinta es la actuación de Jemaine Clement (Flight of The Conchords) como Will Henry, un novelista gráfico depresivo y padre soltero que trata de ordenar su vida después de encontrar a su esposa engañándolo en el cumpleaños de sus gemelas. Filmada en locaciones íntimas a lo largo de Nueva York, la cinta mantiene una sensación personal y aterrizada. Se sostiene con su hermoso trabajo de arte que sirve como un mecanismo de confrontación para Will y una exploración de sus propios sentimientos ocultos, mientras en él crece la sensación de que entre su persona y su familia se está construyendo un muro. Entretenida, ingeniosa y sentimental al mismo tiempo, People, Places, Things habla a muchas sensibilidades a la vez.
12. Runoff de Kimberly Levin
Quizá el filme menos visto de toda la lista, el drama de Kimberly Levin encierra uno de los dilemas morales más importantes de nuestro tiempo. Betty, una joven madre que posee y opera una granja es enfrentada por un negocio que la hará abandonar su ética ambiental con la intensión de salvar su sustento. El período previo a la decisión se realiza en movimientos conmovedores y relacionables que guían al espectador en el dilema que nos enfrentamos todos de una manera u otra: ¿vivimos la vida por nosotros mismos o por nuestros nietos y el futuro del planeta? Además como un primer esfuerzo de la directora merece ser visto.
13. Five Star de Keith Miller
La película Five Star de Keith Miller se trata de los peligros de la vida de las pandillas en los proyectos habitacionales de Brooklyn. En ella se sigue un miembro de los Bloods, quien toma bajo su protección al hijo de su mentor asesinado y lo instruye en los códigos de la calle. El entorno y la historia han sido vistos desde el sensacionalismo en la gran pantalla, pero Miller ha sido aclamado por el realismo de sus procedimientos, yendo hasta el extremo de usar a ex miembros de pandillas representando sus propias vidas. El resultado es una historia con una sensación casi documental en su estructura narrativa, volviendo difusa la línea entre la ficción y la realidad en un poderoso drama sobre pandillas que se nutre de los hechos de un mundo muy real.
Fuente: Indiwire
NVL (@Natmond22)