El extraordinario director de fotografía alemán, Michael Ballhaus, no creció viendo películas. Sus padres eran actores de teatro, y él primero se enamoró del arte de la actuación. Y uno de sus muchos regalos a la historia del cine como cinefotógrafo fue la forma en que capturó los rostros de los actores y cómo su cámara encontró el ritmo apropiado con sus movimientos y emociones.
Se enamoró de las películas a los 20 años cuando visitó el set de Lola Montes de Max Ophuls. Ballhaus pasó 10 días en el set de circo y se quedó fascinado por el estilo de época, la maestría y el virtuoso movimiento de cámara del director. No fue hasta que trabajó en Hollywood –en películas como The Age of Innocence o Bram Stoker’s Dracula–, que él tuvo la oportunidad de trabajar en proyectos suntuosos con todos los “juguetes” de la cinematografía de prestigio. Sin embargo, en sus muchas colaboraciones iniciales con el director Werner Fassbinder, Ballhaus encontró formas de reflejar la elegancia de la cámara de Ophuls. Haciendo referencia a los melodramas de los años 50 de Douglas Sirk que Fassbinder amaba, creó belleza y estilo mientras trabajaba más rápido que la mayoría de las producciones digitales indie modernas.
Esa habilidad para mover elegantemente la cámara y crear un estilo distinto bajo limitaciones extremas rápidamente unió a Ballhaus con el director Martin Scorsese en su primera colaboración juntos, After Hours, una película de muy bajo presupuesto filmada por la noche en el SoHo de Nueva York. Eso generó una amistad y relación laboral de más de una década en la que Ballhaus se convirtió en una parte integral de Scorsese aprendiendo a mover la cámara en la nueva era de la steadicam y dirigiéndose primero a ambiciosos proyectos de pasión como The Last Temptation of Christ y Goodfellas.
“Siempre hay una gran diferencia en la forma en que se describe una imagen y la forma en que se convierte en realidad”, Ballhaus dijo acerca de sus colaboraciones con los directores. En ese espacio entre las visiones de los grandes autores y el producto final se puede ver el arte distinto de este genio de la fotografía
Aquí una selección de imágenes que capturan ese brillo.
Beware of the Holy Whore (Werner Fassbinder, 1971)
The Bitter Tears of Petra von Kant (Werner Fassbinder, 1972)
World on a Wire (Werner Fassbinder, 1973)
Fox and His Friends (Werner Fassbinder, 1975)
The Marriage of Maria Braun (Werner Fassbinder, 1979)
After Hours (Martin Scorsese, 1985)
Broadcast News (James L. Brooks, 1987)
The Last Temptation of Christ (Martin Scorsese, 1988)
Goodfellas (Martin Scorsese, 1990)
Bram Stoker’s Dracula (Francis Ford Coppola, 1992)
The Age of Innocence (Martin Scorsese, 1993)
LFG (@luisfer_crimi)
Fuente: IndieWire