Con los años, la ciencia ficción se ha convertido en uno de los términos más nebulosos del cine. El género se compone de cientos, si no miles, de películas que varían en estilo, temas y alcance. Algunas obras de ciencia ficción muestran viajes en el tiempo, otras configuraciones distópicas. Algunas celebran avances científicos y tecnológicos, otras ofrecen una cosmovisión nihilista sobre la humanidad. Algunas se hacen con un presupuesto de 160 millones de dólares, otras sólo con 7000.
A menudo asociamos la ciencia ficción con éxitos de Hollywood como Star Wars, E.T., Inception y Alien: películas de grandes presupuestos con personajes cautivadores, un ritmo sin aliento, acción continua y efectos especiales extravagantes. Estas encantadoras obras canónicas nos cautivan; siguen siendo valiosos artefactos de la historia del cine; han inspirado a innumerables cineastas para hacer películas igualmente entretenidas y ambiciosas.
Pero también existe aquella ciencia ficción que mantiene un perfil más bajo. Filmes de autor que no generan el mismo nivel de reconocimiento público y moderno que, por ejemplo, The Matrix, pero iluminan la trascendencia de la ciencia ficción de sus propias convenciones y la entrada en el ámbito del cine experimental. Andrei Tarkovsky, Lars von Trier, Rainer Werner Fassbinder y otros autores incorporan tropos comunes de ciencia ficción como escenarios distópicos, realidad virtual, mutaciones y viajes en el tiempo a sus películas. Más críticamente, yuxtaponen estas concepciones normativas de la ciencia ficción con temas filosóficos, tramas enigmáticas y un ritmo lento.
Para algunos, películas amadas como 2001: A Space Odyssey y Blade Runner constituyen propuestas artísticas y autorales de ciencia ficción, incluso con sus presupuestos masivos y lanzamientos amplios. 2001 rechaza una narración lineal y digerible, despliega imágenes abstractas y ejerce metáforas ambiguas. Blade Runner, mientras tanto, explora temas existencialistas. Independientemente de su condición de cine de autor o películas convencionales de Hollywood, las obras ocupan un lugar omnipresente en la cultura pop.
La Jetée
Dir. Chris Marker, 1962
Alphaville
Dir. Jean-Luc Godard, 1965
Solaris
Dir. Andrei Tarkovsky, 1972
World on a Wire
Dir. Rainer Werner Fassbinder, 1973
Fantastic Planet
Dir. René Laloux, 1973
Stalker
Dir. Andrei Tarkovsky, 1979
Videodrome
Dir. David Cronenberg, 1983
Decoder
Dir. Muscha, 1984
Repo Man
Dir. Alex Cox, 1984
Brazil
Dir. Terry Gilliam, 1985
Morning Patrol
Dir. Nikos Nikolaidis, 1987
On the Silver Globe
Dir. Andrzej Zulawski, 1988
Tetsuo: The Iron Man
Dir. Shinya Tsukamoto, 1989
Primer
Dir. Shane Carruth, 2004
Melancholia
Dir. Lars von Trier, 2011
Under the Skin
Dir. Jonathan Glazer, 2013
Trad. EnFilme
Fuente: Film School Rejects