Un panorama decadente, triste y sin misericordia aparece ante nuestros ojos como una profecía. Lo alarmante no son las posibilidades de llegar a experimentar un escenario como éste en un futuro cercano, sino la afirmación de que la raza humana se lo tiene merecido.
Basada en la novela homónima de Cormac McCarthy –que el autor escribió en 2009 teniendo en mente a su hijo de once años–, The Road, filme dirigido por John Hillcoat, cuenta la historia de un padre (Viggo Mortensen) que le enseña a sobrevivir a su pequeño hijo (Kodi Smit-McPhee) en un mundo devastado por una tragedia sin nombre. Ambos realizan un viaje hacia el océano que se siente eterno. ¿La razón?, quizás porque en ese lugar surgió la vida, y por lo tanto representa una esperanza. Para sobrevivir en el camino, se ven obligados a buscar comida y refugio que perteneció a aquéllos que no lograron salir con vida.
Los sobrevivientes se han convertido en vagabundos y caníbales, el sol se ha ocultado detrás de un cielo eternamente gris, la tierra se ha vuelto infértil, y el mar no es más que una gigantesca masa oscura sin horizonte. El padre padece este mundo durante el día, y en las noches piensa en la madre de su hijo, quien decidió abandonarlos para evitar la agonía que les deparaba el destino. Para el hijo, aún existe la esperanza de encontrar gente noble como ellos; para el padre, la única esperanza es el niño.
De la mañana hasta el fin de la noche, la vida se ha convertido en un obstáculo, a tal grado que en un mundo como éste encontrar un refresco puede sentirse como ganar la lotería, y cenar una lata de duraznos luego de tomar un baño es como estar en el cielo. La posesión más preciada de estos dos, sin embargo, es una pistola cargada, que llevan no tanto para protegerse de los demás –es una regla para ellos no asesinar indistintamente, como hacen todos los demás, y aferrarse de esa manera a su humanidad–, sino para terminar con sus propias vidas en caso de ser necesario. Ambos llevan el fuego de la misma forma que alguna vez Prometeo lo trajo al mundo, con la esperanza de mantener viva la llama de toda una civilización.
ESR (@RikyTravolta)