Con las fiestas decembrinas en puerta, parece buen momento para revisar estos cinco sensacionales filmes, todos estrenados, por cierto, en el Festival de Cannes, que desde distintos ángulos, en contextos diferentes y de modos disímiles retratan encuentros íntimos entre personas que son cercanas pero que son incapaces de gestionar de manera adecuada conflictos que se han enquistado en sus relaciones y que amenazan con destruirlas. Artísticas advertencias que viene bien tener en cuenta en estos días para que los encuentros no se conviertan en desencuentros.
eyelet y EnFilme les proponemos cinco destacados filmes que en su momento, por breve espacio de tiempo estuvieron dentro de la cartelera en los cines de México y de otros países de Latinoamérica, pero que desde entonces ha sido casi imposible poder volver a verlos, y mucho menos con el nivel de calidad que aquí les ofrecemos.
A los lectores de EnFilme, les ofrecemos que puedan ver dos de estos formidables filmes de manera gratuita, dándose de alta en eyelet utilizando el código: enfilme
Leviathan (Dir. Andrey Zvyagintsev, 2014)
Kolya (Aleksey Serbriakov), un hosco mecánico que oxigena su vida permanentemente con vodka, vive con su hermosa y joven esposa, Lilya (Elena Lyadova), y con Roman (Sergey Pokhodaev), su adolescente hijo –de la primera esposa, que lo dejó viudo-, en una vetusta y desvencijada casa que por generaciones le ha pertenecido a su familia, en un vasto terreno, al pie de la montaña, con privilegiada vista al Mar de Barents. Su localización estratégica hace que Vadim (Roman Madyanov), el alcalde de la zona (un tipo corrupto, sin escrúpulos y también aficionado pertinaz al vodka), se obsesione con la propiedad y emita una resolución judicial obligando a Kolya a vendérsela por un puñado de rublos. Dimitri (Vladimir Vdovichenkov), amigo de Kolya de sus días en el Ejército, ahora es un abogado de los círculos influyentes de Moscú que viaja para intentar defenderlo contra la arbitrariedad que el Estado le quiere infligir. Dimitri es un tipo apuesto, ateo confeso (sólo cree en los hechos) que tolera los exabruptos de Kolya, comparte sus recuerdos, posee la capacidad, contactos y mañas para poner en jaque a Vadim, y el atractivo para mover el tapete de Lilya.
Alfonso Flores-Durón y M.
Aquí puedes leer completa la reseña de Leviathan
No es más que el fin del mundo (Dir. Xavier Dolan, 2016)
Inspirado en la obra de teatro del dramaturgo francés, Jean-Luc Lagarce, el filme se centra en Louis (Gaspard Ulliel), un joven escritor que padece una enfermedad terminal y decide, luego de 12 años de ausencia, regresar a su pueblo natal para decirle a su familia que pronto morirá. Este núcleo esta conformado por la rebelde hermana menor (Léa Seydoux) que tiene poco margen de maniobra y que lucha constantemente contra la opresión de sus mayores; una madre (Nathalie Baye) amorosa y aparentemente comprensiva; un hermano mayor (Vincent Cassel) egoísta, acomplejado y que se siente traicionado por los demás porque él no ha podido sobresalir; y la cuñada mansa y delicada (Marion Cotillard). Dada la naturaleza disfuncional de los familiares, Louis descubre que hubiera sido mejor mantenerse alejado… El recurso visual resulta apasionante porque logra transmitir su mensaje: el fin del mundo es la imposibilidad de recuperar las oportunidades perdidas para entablar un diálogo con el otro, con la familia.
Luis Fernando Galván
Aquí puedes leer completa la minicrítica de No es más que el fin del mundo
Sieranevada (Dir. Cristi Puiu, 2016)
Una pareja de esposos (Lary y Sandra) se dirige a casa de la madre de él, en el departamento de un conjunto multifamiliar, a asistir a una ceremonia en la que se conmemorará un mes de la muerte de su padre. Al llegar, ya hay varios miembros de la familia congregados y, paulatinamente, irán llegando otros. Se alistan los preparativos, se entablan conversaciones, se discute, se comparte y se cruzan ideas, convicciones, caminos mientras esperan la llegada del sacerdote que celebrará la ceremonia. Teorías de la conspiración sobre el 9-11, debates sobre el papel de Ceaucescu y los comunistas en la historia reciente del país, el papel de la iglesia ortodoxa respecto a las posiciones gubernamentales, y de pronto aparece una joven serbia (alcoholizada, quizá drogada, pero a quien nunca se le ve el rostro), amiga de una sobrina de Gary, presentada como elemento que manifiesta, en sociedades cerradas, aún en pleno 2017, la desconfianza por lo ajeno, lo extranjero. Y, finalmente, la llegada del tío Tony (Sorin Medeleni) como factor explosivo en el ya de por sí caos imperante en la casa, al que sus hijos no quieren ver y su esposa acusa de maltratos e infidelidades. El retrato completo, en clave cercana al absurdo, de la Rumania contemporánea al interior de un ajustado departamento en una tarde solemne de invierno.
Alfonso Flores-Durón y M.
Aquí puedes leer completa la minicrítica de Sieranevada
Despegando a la vida (Dir. Rúnar Rúnarsson)
Ari (Atli Oskar Fjalarsson), un adolescente de 16 años, es hijo de padres divorciados y vive en Reikiavik con su madre, pero ella está a punto de salir por motivos de trabajo hacia Uganda. El joven se ve obligado a permanecer con su padre, Gunnar (Ingvar Eggert Sigurðsson), durante varios días en el pequeño pueblo del norte de Islandia donde vivió su infancia. Devastado por el fracaso de su matrimonio, la pérdida de su casa y de su barco, Gunnar pasa sus días en una bodega en ruinas bebiendo y divirtiéndose con sus amigos, y ocasionalmente visita a su madre anciana para saber cómo se encuentra. Ante este desolador escenario, el joven comienza a trabajar en la planta de procesamiento de pescado y por las tardes pasa el tiempo lentamente a la deriva angustiado ante la posibilidad de repetir los errores y el estilo de vida de su padre.
Luis Fernando Galván
Aquí puedes leer completa la minicrítica de Despegando a la vida
Sueño de invierno (Dir. Nuri Bilge Ceylan, 2014)
En el sitio donde se desarrolla la historia (Anatolia), las casas están construidas dentro de cuevas, por lo que la extraña belleza de ese peculiar rincón geográfico ofrece el primer impacto sensible para el espectador. Ahí vive Aydin (Haluk Bilginer), dueño de un hotel para turistas, con su bella y joven esposa, Nihal (Melisa Sözen), y su recientemente divorciada hermana, Necla (Demet Akbag). Las grutas que habitan están empotradas en un sector rural muy pobre de Turquía y Aydin, actor retirado aficionado a la reflexión y con ambiciones de escritor, posee varias propiedades en la región, que heredó de su padre y renta a los lugareños. Uno de los conflictos del filme tiene que ver con una familia del pueblo, integrada por un irritante pastor musulmán, su exconvicto hermano, su esposa e hijo, a quienes los hombres de Aydin intentaron desalojar de forma violenta por incumplir con sus pagos y a él, responsable último del acto, le guardan profundo rencor (particularmente el niño, cuya mirada parece sintetizar los resentimientos del Islam hacia Occidente). Los otros los tiene Aydin más cerca, en su propia casa: su hermana, incapaz de lidiar con sus propios demonios, lo confronta cuestionándole el paternalismo con que escribe su columna semanal en el diario local; su mujer, harta de su hipocresía y el poco espacio que le ofrece para desenvolverse, asfixiada, parece querer poner tierra de por medio entre los dos. Hay, pues, una desconexión abismal entre la forma en que Aydin se ve a sí mismo (gentil, compasivo, inteligente, sofisticado incluso) y como es visto por los demás.
Alfonso Flores-Durón y M.
Aquí puedes leer completa la minicrítica de Sueño de invierno
EF