5 filmes que juegan con los formatos, proponemos EnFilme y eyelet
5 filmes que rompen los paradigmas convencionales del cine, proponemos EnFilme y Eyelet
5 filmes de arte sobre arte, proponemos eyelet y EnFilme
EnFilme y Eyelet te permitirán ver los filmes que andas buscando
Dentro del universo que confabulan los auténticos autores de cine, además de buscar la reflexión de los espectadores respecto a su propia vida, a su sentido, a los modos que existen para intentar asimilarla y capotearla, les permiten experimentar de forma muy íntima y cercana las vidas de otros, algunas que nos son muy ajenas. Dentro de esas posibilidades, el cine nos permite acompañar a los protagonistas a lo largo de viajes a sitios que les son ajenos y que les permitirán conocer nuevas realidades que, a su vez, les permitirán descubrir aspectos de su propia persona que ignoraba o, cuando menos, no dominaba y, al hacerlo, el espectador se convierte no sólo en testigo sino en participante activo del proceso; compañero de viaje.
eyelet y EnFilme les proponemos cinco destacados filmes que en su momento, por breve espacio de tiempo estuvieron dentro de la cartelera en los cines de México y de otros países de Latinoamérica, pero que desde entonces ha sido casi imposible poder volver a verlos, y mucho menos con el nivel de calidad que aquí les ofrecemos.
A los lectores de EnFilme, les ofrecemos que puedan ver dos de estos formidables filmes de manera gratuita, dándose de alta en eyelet utilizando el código: enfilme
Paradise: Love (Dir. Ulrich Seidl, 2012)
El tiempo de descanso que se regala Teresa a sí misma tiene como destino un resort turístico en las playas de Kenia, país situado en la zona oriente del centro de África, en el que la primera incursión colonialista europea corrió por cuenta alemana. La aventura de Teresa es en solitario, pero pronto hace migas en el hotel con otras austríacas que buscan lo mismo que ella en esta costa del Índico: distanciarse de la rigidez que impera en su país (en todos los sentidos), volverse anónimas, sentir el poder que otorga el valer más y ejercer el mando, ser la protagonista única de cuanto ocurra en esos días en sus vidas y, principalmente, encontrar el amor (o, cuando menos, alguna de sus representaciones; enfáticamente, la que involucre la mayor cantidad de placer sexual posible).
Alfonso Flores-Durón y M.
Aquí puedes leer el resto de nuestra reseña de Paradise Love
Valley of Love (Dir. Guillaume Nicloux, 2015)
Desde el inicio del filme se percibe la importancia del lugar en el que se desarrolla la historia; una mezcla de emociones suspendida entre las condiciones climáticas extremas, la muerte del hijo y el amor que sentía por sus padres. El magnetismo que ejerce el Valle de la Muerte sobre los personajes –con reminiscencias a Zabriskie Point (1970) de Michelangelo Antonioni– se debe al sofocante calor que crea una atmósfera evanescente perfectamente controlada por el misterioso presagio anunciado en la carta del hijo. En el trayecto, los protagonistas se redescubren a sí mismos para comprender los aciertos y errores que cometieron con Michael. La tensión es elegantemente generada a partir de la manera en que se confrontan una mujer inclinada hacia la espiritualidad y un hombre incrédulo con los pies en la tierra. El coqueteo con los elementos paranormales se ejecuta con maestría y por fortuna el guión logra superar la inverosimilitud…
Luis Fernando Galván
Aquí puedes leer el resto de nuestra minicrítica de Valley of Love
Xenia (Dir. Panos H. Koutras, 2014)
Panos H. Koutras (Real Life, 2004; Strella, 2009) emplea un tono de tragicomedia para narrar las vicisitudes de dos hermanos en búsqueda de la identidad y del éxito. El filme transita del retrato social a la comedia musical para evidenciar el trayecto que emprenden dos jóvenes desamparados, con el riesgo de ser expulsados de su país, hacia la búsqueda de la fama realizando lo que más les gusta: interpretar, con coreografías incluidas, los temas de la cantante italiana, Patty Pravo. El exacerbado uso de la música y la inclusión de un conejo blanco –a veces como mascota; otras ocasiones, como consejero y amigo; por momentos es también una presencia misteriosa con reminiscencias a Donnie Darko (2001)– confeccionan una atmósfera onírica que representa los anhelos juveniles y los caprichos infantiles de este par de hermanos en la búsqueda de su padre.
Luis Fernando Galván
Aquí puedes leer el resto de nuestra minicrítica de Xenia
Ramen Shop (Dir. Eric Khoo, 2018)
El cine que retrata la comida no se reduce sólo a la deliciosa creación, sino también al rito de aquel que lo consume, como en una escena de Tampopo (1985) donde un anciano le muestra a un camionero la forma en que debe ser comido el ramen, haciendo de esta dinámica un solemne culto hacia aquello que nutre su interior. En Recuerdos, amores y fideos (Ramen Teh, 2018), filme dirigido por Eric Khoo (Wanton Mee, 2016; In the Room, 2015), las tomas se decantan no hacia la esteticidad de la comida, sino al tiempo de preparación, a las largas jornadas y a lo demandante –y solitario- que puede ser poseer un restaurante. Desde las primeras escenas de la película, el cineasta pone énfasis en los idiomas, pues los protagonistas hablan en japonés, inglés y chino, lo cual, pese a parecer una compleja barrera idiomática, les permite tender nuevos puentes de entendimiento a través de un lenguaje universal como el de la comida. El guion, escrito por Tan Fong Cheng y Wong Kim Hoh, no sólo se inclina hacia un drama familiar contado a través de flashbacks –Masato recorre las mismas calles y los mismos lugares que su madre cuando tenía su edad-, sino que retoma lo ocurrido en un periodo histórico específico –la ocupación de Singapur por el ejército japonés durante la Segunda Guerra Mundial-, para hablar de la reticencia que puede existir hacia una figura extranjera. Y en este caso, el filme deja muy claro que el miedo no parte de la xenofobia, sino que puede tener un origen válido; cuando Masato visita un museo de guerra, en el país de origen de su madre, escucha con atención los testimonios donde algunas personas narran el horror con el que vivieron la invasión japonesa, mostrando así, que a veces es difícil llegar a eximir el peso del pasado.
Elizabeth Limón
Aquí puedes leer el resto de nuestra minicrítica de Ramen Shop
Visages Villages (Dir. Agnès Varda y JR, 2018)
Rostros y lugares (Visages villages, 2017) es un diario de viaje que ofrece un emocionante y delicado viaje entre la gente común y sus historias, convirtiéndose en una reflexión poética sobre el poder de la mirada, incluyendo los juegos de la representación de la imagen y la imaginación, los diálogos entre fotografía y cine, así como las intersecciones entre tiempo, memoria, vida y muerte. Mientras JR conduce la camioneta (decorada en forma de una gigantesca cámara fotográfica), la pequeña gran Agnès Varda es copiloto o, más bien, una verdadera brújula del viaje: sus pies cansados e inestables continúan explorando los terrenos; sus ojos, aunque afectados por la catarata, ven, descubren, sienten, recuerdan, inventan nuevas representaciones a través de lo que aún logran ver o imaginar. A pesar de la brecha generacional, ambos artistas tejen un lazo de cordialidad y amistad a lo largo del filme. La integrante de la ‘nouvelle vague’ y el ‘Banksy francés’ constituyen una pareja inesperadamente divertida. Ella con su pelo bicolor, él con eternas gafas de sol y sombrero; se burlan el uno del otro, se provocan mutuamente, pero entendemos que hay una gran armonía entre ellos. Su camaradería es tan carente de negatividad, y tan conmovedora en espíritu, que los espectadores desearían que se hubieran encontrado antes.
Luis Fernando Galván
Aquí puedes leer el resto de nuestra minicrítica de Visages Villages