6 lecciones cruciales que WERNER HERZOG le dio a sus alumnos - ENFILME.COM
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6 lecciones cruciales que WERNER HERZOG le dio a sus alumnos
Publicado el 08 - Jun - 2017
 
 
Ocho estudiantes comparten las poco ortodoxas y muy prácticas lecciones que aprendieron con su Maestro. - ENFILME.COM
 
 
 

En marzo de este año, Black Factory Cinema patrocinó un taller de 10 días con Werner Herzog (Lo and Behold, 2016) en las facilidades de la Escuela Internacional de Cine y Televisión en San Antonio de los Baños, Cuba. Durante el taller, 50 estudiantes de todo el mundo hicieron cortometrajes bajo la guía y la supervisión de uno de los cineastas más interesantes y poco convencionales de esta época. IndieWire los entrevisto, y esto fue lo que averiguaron:

No lo llames Profesor (al menos no en su presencia)

Corey Hughes (Baltimore, MD). El primer día del taller, Herzog llegó a la Clase Magistral y nos dijo que no tenía nada que enseñarnos. Que nosotros teníamos que salir y descubrir las cosas solos; que en el cine y en la vida estás total y completamente solo.

Katja Lautamatti (Helsinki, Finlandia): Es un poeta. Características como su intuición y su anarquismo son cosas que no puede transmitir a sus pupilos de una manera mecánica. Y creo que es consciente de esto: no es un profesor en el sentido convencional. Supongo que no cree en este tipo de jerarquía y como ha dicho en muchas ocasiones, está en contra de las escuelas de cine. En vez de eso, trata de animarnos, de cultivar nuestra anarquía, nuestro valor y sensibilidad.

Carlos Eduardo Lesmes López (Tallin, Estonia): Salimos del auditorio y uno de mis compañeros de clase le pidió una fotografía. Él accedió, así que todos nos paramos ahí, listos para la foto. Como yo estaba parado frente a Werner, doblé mis rodillas para que él se viera claramente en la foto. Escuché su voz atrás de mí diciendo ‘Nunca te hagas más chico’. Me paré derecho y creo que arruiné la foto de mi colega, pero fue el mejor consejo que me han dado, en la vida y en el cine. Nunca te hagas más chico.

Angels Melange (Barcelona, España): Hablaba continuamente sobre ser un ‘Soldado del Cine’, lo cual en verdad se traduce a la vida. Ser capaz de sacrificar pequeñas cosas por una razón más grande, ser lo suficientemente inteligente como para olvidar tus límites e ir por lo que te da aliento para vivir.

Lautamatti: Soy un estudiante de doctorado en cine y con Herzog discutimos el problema de mezclar la teoría con el arte. Él me dijo que me alejara de la teoría y de los seminarios. Si esto no fuera posible, podía compensarlo haciendo muchas, muchas películas: 120 películas por año fue su recomendación.

La Suerte es la sangre que da vida al cine

Hughes: Herzog habló sobre la importancia que tiene para los cineastas el viajar a pie. Viajando a pie, experimentas ambientes de un modo muy diferente: te ves forzado a ser independiente y a enfrentar las cosas sólo, pero permitiendo que la crudeza de la naturaleza entre en tu vida, y con algo de suerte, en tus películas.

Max Barbakow (Los Angeles): Hablaba constantemente sobre ‘conspirar’ con los personajes e ‘inventar’ escenarios. Con un reto como el de ir a Cuba, encontrar una historia y hacer un cortometraje que fuera fiel al lugar en dos semanas, el consejo de Herzog probó su valía. Fomentó una conexión con lo que me rodeaba, y me ayudó a comprometerme con la locación. Hacer cine (en especial escribirlo) puede ser una tarea ardua y solitaria, en la que el aislamiento en búsqueda del dinamismo y la creatividad, está justificado. Pero no con Werner. En vez de trabajar de adentro para afuera, trabaja de afuera para adentro, renunciando a tener el control y estando abierto a la vida que lo rodea.

Laumatti: Habló del hecho de conspirar con los actores/protagonistas… Con respecto a los problemas de mi película, me indicó que uno de ellos era el casting, el encontrar las personas correctas que ‘participaran en el juego.’ Herzog dijo que él ‘miraba dentro de los corazones de la gente.’ Creo que se refería a estar presente y confiar en la intuición al conocer a alguien nuevo.

López: Mi película es sobre un torbellino que se lleva a todos los cerdos, dejando tan solo a uno. Me dijo que la clave para mi película era encontrar ‘un cerdo realmente inteligente, un cerdo cabronamente listo.’ 

Sobre la no-ficción: ‘Eres un cineasta, no un recolector de basura’

Hendrik Faller (Londres, Reino Unido): Me dijo que no importa si estás haciendo un documental o no, si necesitas inventar cosas para contar la historia, ¡entonces hazlo!

Barbakow: Aprendí que ser ‘la mosca en la pared’ es la idea más estúpida. Es como la cámara de un banco, que graba durante catorce años sin ver un solo robo. ‘Lo que debes ser, es el avispón que pica. Eres un cineasta, no un recolector de basura’

Laumatti: Lo que me parece desconcertante es su método para entrevistar: hace muy poca investigación y entrevistas muy cortas. Me parece que tiene un lado intuitivo muy fuerte, y no tiene miedo de usarlo. Como dijo en una sesión de preguntas y respuestas en la Cineteca Cubana: una de sus ventajas es su profunda seguridad en sí mismo.

Faller: Le pregunté sobre sus técnicas para entrevistar y me dijo que el elegir cómo entrevistar a un individuo, requería que uno ‘conociera el corazón de los hombres’, luego añadió ‘pero eso no puedo enseñártelo.’ Entendí que eso significaba que tenía que usar mi instinto… si es que lo tenía. Al día siguiente, entrevisté a dos carpinteros, padre e hijo. Tenía 20 minutos para hacerlo, jamás los había conocido y tenía que hacer un filme sobre carpintería. En los primeros cinco minutos me di cuenta de que tenían una relación especial, así que en vez de preguntar ‘¿cómo construyes una silla?’, le pregunté ‘¿hace cuánto que conoces a tu hijo?’. Al principio la pregunta desconcertó al padre, pero luego sonrió, le dio una palmada a su hijo en la espalda y dijo, ‘Lo conozco desde hace 17 años. Es mi hijo… pero no pude estar allí el día que nació porque…’ Yo sabía que la pregunta había hallado una historia. Antes de conocer a Werner, habría hecho una aburrida película sobre carpintería.

Súbelos al caballo rápidamente

Faller: Werner me dijo que los subiera al caballo rápidamente. En un western, eso quiere decir que la audiencia viene a ver a personas montando a caballo, así que no hay que perder tiempo para llegar a esa escena. En general, el hacer cine implica hacer que la audiencia de interese por tu historia inmediatamente.

Matthias Günter (Suecia): En mi cortometraje, el protagonista cuenta la historia del secuestro de su hermano menor y el suicidio de su madre por esta situación. Pese a esta historia tan densa, Herzog me aconsejó no llevar a cabo largas charlas preliminares con el protagonista. Me aconsejó interrumpirlo en su trabajo y confrontarlo con su pasado de inmediato. La profundidad de la conversación a través de la inmediatez fue impresionante.

Edición: ‘No cocines de más’

Hughes: Mientras editaba, le mostré un cortes me parecía demasiado brusco. Me dijo que dejara de editar. Que ya no interfiriera el corto, que estaba terminado. ‘No pases mucho tiempo editando y re editando tu película, o perderá la vida y la energía.’

Barbakow: Herzog veía mi trabajo. Ansioso, yo le lanzaba miradas en silencio, estremeciéndome ante todas las cosas que quería cambiarle a mi filme mientras él lo veía. Cuando terminó, se quitó los lentes, me miró, tomó mi mano y me dijo, inexpresivo: ‘No cambies ni un cuadro. Si cambias alguno de los cuadros eres un cobarde, y te apuñalaré en la espalda con una pala para nieve’. Yo me reí, y le dije ‘No, por favor’. Luego le pregunté por las deficiencias en mi trabajo, pero él me calló. ‘No. Ya terminaste. Ahora la que sigue.’

El corto, en efecto, era imperfecto, pero el punto de Werner era que nunca se debía ser preciosista con el trabajo. Le encanta decir ‘no lo cocines de más’, y detesta la teoría cinematográfica y cualquier análisis excesivo del cine. Desprecia el hecho de estar a salvo, o el poner un producto finalizado por encima del proceso. Para él, el confiar en el instinto y colaborar con los elementos que te rodean (por ejemplo, las maravillas que otorga la locación y la vida humana) es primordial, y mucho más importante que cualquier distracción logística o técnica en el cine.

Angels Melange (Barcelona, España): Hice dos películas en Cuba: la primera no trataba de nada de lo que yo quería que tratara, no concreté ninguna idea de las que quería mostrar. Entonces hice otra película, con la que quedé muy satisfecha. Le dije esto a Werner y él insistió en ver la primera película. Me dio mucha pena, pero la vio. Cuando terminó, comenzó a reír con alegría, me miró y dijo, ‘¿Cómo puedes estar tan ciega? ¡¿Eres tonta?! ¡Esto es cine puro! ¡Hiciste cine puro en esta película! Y lo peor de todo es que lo ibas a tirar a la basura sin enseñárselo a  nadie.’

López: Le mencioné que planeaba dejarle mi película a un sonidista para que la editara. Werner dijo que estaba bien, mientras no le diera mucho tiempo para hacer el trabajo. Yo dije, ‘Claro. Como dos semanas.’ Él se volteó a verme, y me gritó ‘¡No! ¡Dos días! ¡En dos semanas puedes hacer otra película!’

Es un trabajo, así que trátalo de esa manera

Hughes: Tratar a la cinematografía como a un trabajo: trabajar duro y poner toda tu energía en ello, pero después, fichar la salida y salir a experimentar otras cosas. No pasar demasiado tiempo hablando de películas. Hacer películas, pero también vivir tu vida.

Nastia Korkia (Moscú, Rusia): Esta experiencia me cambió profundamente y me hizo recordar mis primeros pasos en el cine, antes de trabajar en la industria publicitaria. Me hizo pensar en una cosa realmente básica, pero la más importante de todas: sólo necesitas hacer algo, cometer errores, escribir tu propia historia, encontrar tu camino. Y tienes que hacerlo ahora, justo ahora. Con toda la urgencia que implica.

Melange: Me dio confianza. Puedo llegar a titubear sobre todo y no empezar  hacer mis películas por dudas tontas y expectativas altas. Ahora, si tengo una idea para una película, simplemente comienzo a pensar en las soluciones en vez de los problemas. Sólo hazlo y nunca, nunca te quejes.

Faller: Solía quejarme sobre el hecho de que, como director, no podía ejercer mi oficio como yo quisiera, pero Herzog me enseñó que hay historias en todas partes, todo el tiempo. Lo único que necesitas es el enfoque adecuado, un poco de descaro y sentido del humor.

Hughes: También me dijo que fumar es malo. Durante el taller, me quitó por lo menos la mitad de mi cajetilla. Werner Herzog me debe diez cigarrillos.

[Trad. Viera Khovliáguina]

Fuente. IndieWire

 
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