La semana pasada se anunció que la cinefotógrafa Rachel Morrison (Mudbound, 2017) se convirtió en la primera mujer en ser nominada en la categoría a Mejor Fotografía de los premios Oscar; sin duda un reconocimiento merecido. Sin embargo, Morrison no es, ni remotamente, la primera mujer en merecer dicho honor. Mientras que este es un gran paso para la Academia, lo cierto es que el dato refuerza el hecho de que Hollywood ha estado mirando en direcciones opuestas durante mucho tiempo.
Aquí hay 7 mujeres que debieron de haber sido, mínimo, nominadas al Oscar. Sin duda no son las únicas, pero llamamos la atención sobre su trabajo con la esperanza de que nadie sienta la necesidad de marginarlas como casos extraños por mucho más tiempo (y también porque su trabajo es increíble).
Maryse Alberti
Ryan Coogler (Creed, 2015) nunca ha colaborado con un cinefotógrafo (masculino) y, considerando su trayectoria, ¿por qué comenzar ahora? Además de colaborar con Rachel Morrison (Fruitvale Station y Black Panther), Coogler ha trabajado con Maryse Alberti (Creed, 2015). Alberti ha estado siempre en la punta de su lista por su naturalismo físico, mismo que demostró en la película The Wrestler (Dir. Darren Aronofsky, 2008).
Una vez dicho esto, la historia de Alberti comienza mucho. Mientras se encontraba trabajando como fotógrafa de series porno en los 80, la productora Christine Vachon la reclutó para rodar Poison (Dir. Todd Haynes, 1991). Al establecerse rápidamente como una maestra de 16 mm., Alberti adquirió un valor incalculable para los cineastas de ficción y documentales. Sin embargo, en una carrera llena de colaboraciones, su mayor logro / mayor decepción, es, quizá, Velvet Goldmine (Dir. Todd Haynes, 1998).
Caroline Champetier
La primera película que Caroline Champetier (Hanna Arendt, 2012) filmó fue para el gran Jacques Rivette (Le Pont du Nord, 1981), y desde entonces su carrera ha sido impresionante. Una leyenda del cine francés que ha colaborado casi exclusivamente con leyendas del cine francés (Téchiné, Godard y Straub-Huillet, por nombrar solo algunas), Champetier ha alcanzado un nuevo nivel de reconocimiento internacional en los últimos 10 años, con películas como Of Gods and Men (Dir. Xavier Beauvois, 2011) y Holy Motors (Dir. Léos Carax, 2012). La última película, en particular, es una muestra notable de su talento, ya que cada uno de los nueve capítulos de la obra se basa en una estética completamente diferente.
Autumn Durald
Palo Alto (Dir. Gia Coppola, 2013) nunca obtuvo la atención que merecía, pero su increíble drama de la escuela secundaria ha demostrado ser un momento importante para una nueva generación de artistas Desde los actores hasta la diseñadora de vestuario, muchas de las personas a quienes se les dio la oportunidad de brillar en este proyecto se han establecido como grandes talentos en el negocio del cine. Sin embargo, ninguna de las estrellas de la película tiene más potencial que la directora de fotografía Autumn Durald (One & Two, 2015), cuya suave iluminación unió un puñado de historias sueltas en un todo coherente y las hizo sentir mucho más fuertes. Sensualmente sintonizado con el brillo romántico de las farolas y la agonía silenciosa de los adolescentes que se esfuerzan por parecer interesantes para que nadie vea lo invisibles que se sienten, Durald pinta a Palo Alto en nuestros propios recuerdos de aquella edad. Banal y hermosa a la vez, su cinematografía te transporta a esas noches en las pensabas que serías joven para siempre.
Agnès Godard
Incluso si ese otro Godard nunca hubiera nacido, el apellido se habría convertido en sinónimo de cine. A través de sus frecuentes colaboraciones con la gran Claire Denis (Les Salauds, 2013), Agnès Godard (L’enfant d’en haut, 2012) ha creado algunas de las imágenes más extáticas que jamás se hayan proyectado en una pantalla de cine. Desde la robustez espartana de Beau Travail (Dir. Claire Denis, 1999) hasta la flexible intimidad de 35 Shots of Rum (Dir. Claire Denis, 2009), la cámara de Godard se ha sintonizado singularmente con el potencial bruto y el poder del reposo del cuerpo humano. Logra percibir cada músculo, iluminando a cada personaje de Denis para que todos parezcan redes enredadas de ansiedad y deseo. Nadie hace que la energía se sienta tan palpable.
Kirsten Johnson
No había un precedente más grande para la nominación al Oscar de Morrison que Cameraperson (Dir. Kirsten Johnson, 2016), un documental de viaje con un título perfecto. Johnson seleccionó un grupo de imágenes que recopiló en rodajes de películas a lo largo de los años. Entre muchas otras cosas, la película es un testamento elípticamente conmovedor de la idea de que las personas necesitan ver el mundo a través de los ojos de una mujer. La carrera nómada de Johnson es una clase magistral en el arte de filmar la vida tal como sucede.
Ellen Kuras
Tal vez la más exitosa directora de fotografía en esta lista, la gran Ellen Kuras tiene un currículum que haría enojar a Roger Deakins (Blade Runner 2049). Ella filmó un trabajo formativo de New Queer Cinema (Swoon, 1992), trabajó con Jim Jarmusch (Coffee and Cigarettes, 2005) y estuvo detrás de la cámara para las dos películas más subestimadas de Spike Lee (Summer of Sam y Bamboozled). Además, está su trabajo en Eternal Sunshine of the Spotless Mind (Dir. Michel Gondry, 2004). Kuras podría haber sido nominada para cualquiera de esas películas, pero su único reconocimiento de la Academia sigue siendo la nominación a Mejor Documental por su debut como directora en 2008, The Betrayal.
Reed Morano
Puede haberse establecido recientemente como una directora impresionante por The Handmaid's Tale, pero sigue siendo una de las mejores cinefotógrafas del negocio, filmando mejor que cualquiera. I Think We're Alone Now (Dir. Reed Morano, 2018) no es necesariamente muy destacable dentro de la cosecha de Sundance de este año, pero contiene algunas de las tomas más evocadoras que se verán este 2018. Con unas pocas imágenes, Morano crea un mundo post-apocalíptico convincente, sombrío, pero no del todo triste.
Trad. EnFilme
Fuente: IndieWire