El guoinista ganador del Oscar por The Social Network, Aaron Sorkin, hizo pública una carta que escribió a su hija de 15 años, Roxy, y a su madre, Julia Sorkin. Publicamos abajo la traducción íntegra.
Niñas Sorkin,
Pues el mundo cambió anoche de una manera en la que no puedo protegerlas. Ese es un sentimiento terrible para un padre. No voy a edulcorarlo –esto es realmente horrible. Es difícilmente la primera vez que mi candidato no gana (de hecho, es la sexta vez) pero es la primera vez que lo hace un cerdo totalmente incompetente con ideas peligrosas, con un serio desorden psiquiátrico, ningún conocimiento del mundo y ninguna curiosidad por aprender.
Y no solo fue Donald Trump quien ganó la noche pasada –también lo hicieron quienes lo apoyaron. El Klan ganó anoche. Los nacionalistas blancos. Sexistas, racistas y bufones. Hombres blancos enojados que piensan que el rap y el Cinco de Mayo son una amenaza para su forma de vida (o son las razones de su forma de vida) ahora tienen razones para celebrar. Hombres que no tienen derecho a llamarse así y que piensan que las mujeres que aspiran a más que verse sexys son tontas, feas y que merecen nuestro odio más que nuestra admiración, ellos envían un soplo de mierda misógina a todos lados. Se le ha dado esperanza al odio. La abyecta estupidez ha sido glamorizada como “la voz fresca de un outsider” que va a “conmocionar las cosas”. (¿Alguien se molestó en preguntar cómo? ¿Va a reorganizar las sillas en el cuarto Roosevelt?). Durante los próximos cuatro años, el Presidente de los Estados Unidos, la misma oficina que fue comandada por Washington y Jefferson, Lincoln y Teddy Roosevel, F.D.R., J.F.K y Barack Obama, va a ser liderada por un hombre-niño que pasará horas vengándose de quienes lo critican en Twitter (y esos números serán millones). Nos hemos avergonzado frente a nuestros hijos y al mundo.
Y el mundo no tardó en reaccionar. El Dow futuro cayó 7 mil puntos en una noche. Los economistas predicen una larga y profunda recesión. Nuestros aliados NATO están en un estado de miedo legítimo. Y hablando de miedo, los musulmanes americanos, los mexicanos americanos y los afroamericanos están temblando de miedo. Y estamos bien al notar que muchos de los fans de Donald Trump no son fans de los judíos. Por el otro lado, hay una fiesta en los cuarteles de ISIS. ¿Qué daríamos por poder cambiar esta pequeña porción de hombre por Richard Nixon ahora mismo?
¿Así es que, qué hacemos?
Primero que nada, recordar que no estamos solos. Cientos de millones de personas en América y un billón más alrededor del mundo se sienten exactamente igual que nosotros.
Segundo, salimos de la cama. Los trumpsters quieren ver a gente como nosotros (judíos, “élites de la costa”, educados, progresistas sociales, Hollywood…) sufriendo y lloriqueando y diciendo que nos mudaremos a Canadá. No les daré eso y tampoco ustedes. Esto es lo que haremos…
… vamos a luchar. No estamos sin poder y tenemos una voz. No tenemos mayoría en el Senado, pero tenemos representantes. Es bueno recordar que la mayoría de los miembros del partido de Trump sienten exactamente lo mismo que nosotros. Nos aseguramos de que la gente que enviamos a Washington –inlcuida Kamala Harris- vaya con nuestra fuerza y nunca se tome un día libre.
Nos involucramos. Hacemos lo que podamos para luchar contra la injusticia en cualquier lugar que la veamos –ya sea firmando un cheque o arremangándonos la camisa. Nuestra familia está suficientemente protegida de los efectos de la presidencia de Trump así es que lucharemos por las familias que no lo están. Luchamos porque la mujer tenga derecho a elegir. Luchamos por la primera enmienda y luchamos sobre todo por la igualdad –no por garantizar resultados iguales sino por las mismas oportunidades. Nos levantamos.
América no dejó de ser América la noche de ayer, y nosotros no dejamos de ser americanos y aquí hay algo sobre los americanos: Nuestros días más oscuros siempre han sido –siempre- seguidos por nuestras mejores horas.
Roxy, sé que mis predicciones te han quedado mal en el pasado, pero personalmente no creo que este hombre pueda vivir un año sin cometer un crimen censurable. Si se las arregla para ser un hablador sin romper la ley durante cuatro años, sobreviviremos esos cuatro años. Y dentro de tres años lucharemos como locos por nuestro candidato y ganaremos y ellos perderán y esta vez elegirán bien. Querida, será tu primer voto.
La batalla no ha terminado, acaba de comenzar. El abuelo peleó en la Segunda Guerra Mundial y volvió a su país con la oportunidad de darle una gran vida a su familia. No le daré a su nieta un país moldeado por hombres odiosos y estúpidos. Tus lágrimas de anoche me despertaron, y nunca más me volveré a dormir sobre ti.
Con amor,
Papá