En estos días son muy comunes las fiestas de disfraces; pero también, otros se reúnen para hacer maratones con películas de terror; otros, simplemente, las ven porque es lo que más abunda en la programación. Tanto los disfraces, la selección de películas o el surtido rico televisivo del horror, por lo general siguen una pauta muy canónica, a veces hasta repetitiva, de los clásicos más espeluznantes. Sin embargo, todos conocemos –alguna vez hemos escuchado o nos hemos reído con alguna caricatura que tuviera referencias a– esas películas, sin gran presupuesto, que no dan miedo, que a veces su intención es causar risa, y otras que sobresalen por la genialidad de su humor involuntario.
Preparar una lista de todo estos “churros” terroríficos del séptimo arte llevaría bastantes o muy pocos ítems dependiendo a los diversos criterios, por eso nos hemos acotado a estos que en nuestro parecer son los más conocidos:
Plan 9 del espacio exterior
(Plan 9 From Other Space, Edward D. Wood Jr., 1959)
Para detener a los humanos en su violenta carrera armamentistas, la cual ya ha dado la bomba atómica y ahora planean construir una con la capacidad para destruir al sol, unos alienígenas ponen en marcha el plan 9. Éste consiste en volver zombis y vampiros a todos los cadáveres del planeta.
Considerada por muchos críticos como la peor película de la historia –porque debido a su bajo presupuesto, literalmente se le ven los hilos. Plan 9 se ha convertido en una verdadera pieza de culto para los aficionados al sci-fi y al horror, entre otras cosas, porque es la última película de Béla Lugosi.
The Rocky Horror Picture Show
(Jim Sharman, 1975)
Una pareja que acaba de comprometerse sufre una avería en el auto, por lo que se ven obligados a pasar la noche en una extraña mansión. En el interior, su anfitrión el Dr. Frank-N-Furte ha logrado crear al hombre perfecto, Rocky Horror.
Esta adaptación de la obra musical de Richard O’Brien es, quizá, en esta lista la película que mayor éxito ha tenido. Pues es tanto velada como conocida, para sus proyecciones se arman verdaderas fiestas, con actores, alaridos del público –que también lanza cosas–; en fin, la extraña mezcla de géneros, su pícara sonrisa burlona y su abierta sexualidad, han hecho de esta cinta toda una joya.
El ataque de los tomates asesinos
(Attack of the killer tomatoes, John de Bello, 1978)
Uno grupo de jitomates alterados genéticamente cobran vida para atacar a la población. El gobierno crea un equipo elite para acabar con ellos.
Una película memorable, que se filmó con menos de cien mil dólares, ha generado diversos spin-offs (series animadas, una novela, videojuegos, etc), muchos gags y sketches, además de un par de secuelas, a pesar de que verdaderamente es muy mala; quizá por eso la cultura pop ha sabido recibirla como uno de sus referentes obligados, ya no de ver, sino de por lo menos conocer su existencia.
El vengador tóxico
(The Toxic Avenger, Michael Herz, Lloyd Kaufman, 1984)
Otra película que originó varias secuelas. En esencia es una ridiculización de los superhéroes Marvel, quienes al tener contacto con sustancias radioactivas suelen adquirir poderes. El protagonista es el clásico chico geek al que nadie quiere, entonces alguien lo lanza o cae en un tambo con desperdicios radioactivos. No se vuelve más guapo —más bien luce como el Nemesis de Resident Evil— pero la premisa es la misma, ahora luchará contra el crimen y demás.
Sobra decir que la crítica destroza a El Vengador Tóxico, sin embargo, su director Lloy Kaufman es respetado, admirado y protegido por directores como Quentin Tarantino.
El regreso de los muertos vivientes
(The Return of the Living Dead, Dan O'Bannon, 1985)
Diría Claudio Magris que la parodia es otra forma de hacer homenajes.
Un incidente real pudo haber inspirado a César Romero para Day of the Living Dead, dos trabajadores de un almacén descubren una sustancia hecha por el ejército de Estados Unidos que devuelve la vida a los cadáveres.
Esta cinta de horror comedia podría considerarse la Zombieland de su tiempo, pues retoma cada uno de los elementos clásicos del cine de muertos vivientes para subvertirlos (por ejemplo el clásico disparo en la cabeza no funciona).
Tu madre se ha comido a mi perro
(Braindead, Peter Jackson, 1992)
Antes de que Tolkien cambiará la vida de Peter Jackson, antes de que tan siquiera pensaran en darle un Oscar, Jackson fue un joven muy freak que hizo algunas películas gore como Meet The Feebles (1989) y Bad Taste(1987).
En Nueva Zelanda alrededor de 1950, un chico vive con su madre. Ella no quiere que él siga siendo novio de esa “chica experimentada”, él desobedece. Mientras está con su novia, su madre es mordida por un animal, esto la convierte en una zombie. El hijo intenta ocultar la situación de la madre, lo cual únicamente provoca que la infección se propague y haya más muertos vivientes. Esta cinta tiene una de las escenas fun-gore más memorables: una podadora destruyendo zombies.
Mars Attacks
(Tim Burton, 1996)
La pregunta sería ¿quién no es una estrella en esta película? Jack Nicholson, Pierce Brosnan, Natalie Portman, Danny DeVito y muchos más. En fin, esta comedia revive tantos y tantos clichés de los años 50, respecto a lo que de ataques alienígenas se refiere, que quizá no debería sorprendernos; sin embargo, los invasores de Tim Burton sobresalen por su falta de solemnidad, ellos asesinaban, destruían, acababan con todo lo que creemos importante, y lo hacían riendo.
Lo interesante es que en ese mismo año se estrenó Independece Day, cuyo intento de regresar a los ataques extraterrestres era similar, sólo que abordado desde un tono más serio. Burton negó cualquier relación entre ambas películas. De cualquier forma, mientras Will Smith les metía un virus de computadora, los personajes de Burton eran más brutales, les explotaban la cabeza con la canción Indian Love Call de Slim Whitman.
AS (@albertosandel)
Fuente: IMDB