Después de I, Daniel Blacke, de Ken Loach, otro filme hecho por un director británico tuvo su premiere en la alfombra roja: American Honey de Andrea Arnold. La historia sigue las aventuras de una adolescente, su nombre es Star (la gran primeriza Sasha Lane), pasa el tiempo cuidando a sus dos hermanos pequeños, encontrando comida para ellos y manteniéndolos ocupados. Un día, ve un minibús blanco repleto de una docena de adolescentes alocados que se estaciona en un supermercado, el de Kmart. Uno de ellos, Jake (Shia Lebeouf) invita a Star a que se les una. Viajan de pueblo en pueblo, dice, quedándose en moteles, tocando puertas, dándole vueltas a dramonones en un intento por vender suscripciones de revistas. Próxima parada: la ciudad de Kansas. Atraída por este canalla hablador, y por la oportunidad de cambiar su destino, Star se trepa. A pesar de los tatuajes de gangsters, las peleas juguetonas, resulta que no están llevando a Star a una vida criminal.
Inspirada por un artículo de revista, American Honey se siente como un documental inteligentemente filmado sobre un Estados Unidos pocas veces visto en el cine.
American Honey es un viaje exhilarante, poco convencional y sentencioso. Tiene imágenes nítidas de pueblos que están siendo construidos o que están destruyéndose. Muestra a estadounidenses de la clase trabajadora con autenticidad. Para hacer esta película, Andrea Arnold pasó mucho tiempo en Estados Unidos. Le dijo a la prensa en Cannes sobre su experiencia: “Pude ver muchísimo mientras viajaba. Algunos de los pueblos a los que viaje que desconcertaron mucho. Me parecía muy diferente a lo que había visto en el Reino Unido. Cuando la gente no tiene dinero, no tienen acceso a asistencia médica y no pueden hacer cosas como ir al dentista, y ese tipo de cosas me conmocionaron. Una vez estábamos en el Oeste de Virginia en un pequeño pueblo y tenía una tienda de a dólar, una funeraria y tres farmacias, en un pequeño pueblo. Fuimos a una y había cinco personas detrás del mostrador haciendo prescripciones. En el Reino Unido vas a Boots y solo hay una persona ahí atrás. Pregunté que qué prescribían y me dijeron que estaban repartiendo calmantes para los ancianos y antidepresivos para los más jóvenes. Era un pueblo pequeñito y dijeron que había un montón de adicción a esas dos cosas. Ese es el tipo de cosas que encontré”.