Cuando Brian Tyree Henry, quien vive en Harlem, estaba trabajando con Barry Jenkins, originario de Miami, en el set de If Beale Street Could Talk, el actor se percató de un momento irónico: si Jenkins giraba la cámara un par de grados más, podría meter al Whole Foods del vecindario en su toma. El barrio que el escritor James Baldwin describió alguna vez, había cambiado bastante desde que grandes fotógrafos como Roy DeCarava, capturaran las fotos del Harlem que Jenkins y su equipo usaron como referencias históricas.
Para cualquiera filmando una obra situada en otra época de la ciudad de Nueva York, el proceso comúnmente requiere viajar a zonas en las afueras de la ciudad para encontrar lugares que no hayan tenido un cambio urbano ultra rápido de la manera en la que Harlem lo ha experimentado en las últimas tres décadas. Jenkins se mantenía firme en querer filmar en el vecindario, pero empezó a aceptar la realidad de que la casa de la familia River – el lugar dentro del filme donde ocurren las escenas clave más largas, y las que establecen el lazo cercano que une a la familia bajo el cual la película se desarrolla – tendría que ser construida en un set.
De cualquier manera, el diseñador de producción Mark Friedberg no se rindió en su búsqueda y empezó a acercarse a las personas responsables de que existiera el desarrollo urbano de la zona.
“Mark tenía una idea increíble. Decía, ‘Podemos construir esto en un estudio de sonido,’” recuerda Jenkins. “Pero encontré esta casa y el dueño la va a derrumbar de todas maneras. Podemos remodelarla y construir ahí nuestro set”.
Era una casa donde una familia había vivido por más de 50 años. El comprador estaba a punto de empezar el proceso de derrumbarla y reconstruirla para añadir valor a su precio original pero Friedberg le preguntó si le importaría retrasar sus planes y rentarla para que la producción de Beale Street trabajara en ella un par de meses.
“Y la cereza del pastel,” cuenta Jenkins, “fue que Mark fue tan inteligente para decir: ‘Puedes decirle a la gente que una adaptación de James Baldwin fue filmada aquí’. Boom.”
Friedberg y su equipo pudieron preservar los aspectos históricos que el edificio conservaba y, al mismo tiempo, modificarla lo suficiente para que pudiera ser el set que la película requería. “El segundo piso se convirtió en nuestro set, el primero para la producción y el tercero para los actores,” dijo Jenkins. “Se convirtió en nuestra casa por un par de semanas durante la producción.”
En el podcast, Jenkins también habla sobre la enorme diferencia en el abordaje que tuvo para capturar Harlem de acuerdo con la obra de Baldwin, respecto al que tuvo en Miami cuando filmó Moonlight, creando así un lenguaje visual que está basado en una investigación histórica, pero también en melodramas de Hollywood de los años cincuenta y los desafíos particulares que forman parte de adaptar una novela de Baldwin.
Escucha el podcast abajo.
Trad. EnFilme
Fuente: IndieWire