Y sí, una vez más ha iniciado el que muchos consideran es el festival de cine más importante y trascendente del mundo, el Festival de Cannes, en el que se presentan anualmente los filmes con propuestas más arriesgadas, más estéticamente bellas, más desafiantes narrativamente, más logradas artísticamente, todo en conjunto. El sello de un filme ganador de la Palma de Oro es casi el equivalente al entrar al paraíso de los cineastas del mundo del arte. Este año en particular, la selección de filmes para la Sección Oficial, la que otorga la prestigiada Palma de Oro, está integrada por muchos pesos pesados del cine, y varios fuertes contendientes a formar parte de esa exclusiva élite. 

El jurado que tendrá el honor y la responsabilidad de otorgar los premios en la Sección Oficial será presidido por el director que se llevó la Palma de Oro el año pasado con su filme Triangle of Sadness (que antes ya también la había ganado con The Square), el sueco Ruben Óstlund. Y en las conversaciones, discusiones y deliberaciones será acompañado por la ya también ganadora de la Palma de Oro (gracias a su filme Titane, hace dos años), la directora francesa Julia Ducournau; el director argentino, Damián Szifrón (Relatos salvajes), el director y guionista afgano-francés, Atiq Rahimi; el actor, guionista y director estadounidense, Paul Dano; la actriz y realizadora estadounidense, Brie Larson; la actriz y realizadora de Zambia, Rungano Nyoni; el actor francés, Denis Ménochet; y la guionista y realizador marroquí, Maryam Touzani.  

Entre los aspiranes y suspirantes a la Palma de Oro se encuentran los filmes de titanes del cine (algunos ya ganadores de la Palma de Oro) como Hirokazu Kore-eda, Nanni Moretti, Nuri Bilge Ceylan, Ken Loach, Wim Wenders, Aki Kaurismaki, Tran Anh-Hùng, Catherine Breillat, Wes Anderson, Jonathan Glazer, Jessica Hausner, y algunos más que iremos repasando conforme se presenten sus filmes.

Ha iniciado ya la proyección de los filmes elegidos y, con ello también, por supuesto, las primeras reseñas y críticas que los analizan. Aquí algunos fragmentos de ellas...

Kaibutsu (Monster)

Dir. Hirokazu Kore-eda (Japón)

Hirokazu Kore-eda nos desafía con lo intrincado y complejo que es este drama familiar sobre el bullying, la homofobia, la disfunción familiar, el respeto incondicional por una autoridad viciada, y los rumores alarmistas de las redes sociales; todo trabajando en conjunto para crear un monstruo de incorrecciones. Kore-eda colabora con Yûji Sakamoto y con el recién fallecido Ryuichi Sakamoto, cuyo score construye una capa de matiz y significado. Sus tristes y quejumbrosos acordes de piano frecuentemente se añadirán de forma contraintuitiva a una escena con drama o tensión aparentes, implicando que el significado de la escena no ha sido aún consignado. Monster es un filme que no procesa sus significados de manera sencilla, en general, y su repetido diseño narrativo consiste en replicar los mismos eventos desde distintos puntos de vista; en otro tipo de película esto podría cumplir el suave y gratificante click narrativo de una reveladora vuelta de tuerca con la que todo termina acomodándose, pero en este caso más bien plantea más preguntas que respuestas. 

Monster no es sobre lo que inicialmente parece ser; la narrativa exfolia las incomprensiones divisorias hasta que arriba a su tuétano emocional de verdad, y entonces el filme nos ofrece esperanza, no desolación. Las interpretaciones de Sakura Ando, Eita Nagayami y de los chicos que también aparecen proyectan una franca calma e integridad. Y sobre la historia misma, podría decirse que es un poco artificiosa con una maraña de misterio y, quizá, podría ser menos densa. Pero este es un filme concebido con mucha inteligencia moral y humanidad. 

-Peter Bradshaw, The Guardian 4 de 5 estrellas

Trabajando bajo el guion de alguien más por vez primera desde su filme debut, Maborosi, el autor japonés, Hirokazu Kore-eda, nos entrega una historia situada en el contexto de una escuela primaria rural, una en la que una trama intrincada y una engañosa estructura temporal -diseñada tanto para hacernos trabajar para entender quién hizo qué a quién, y para jugar con nuestras oscilantes simpatías- ofrece ricos dividendos, en parte. Al final, hay algo que es un poco demasiado prolijamente construido en Monster, algo quizá un poco gastado acerca del mensaje propuesto después de tantos giros y vueltas narrativas. Empero, hay ahí una delicadeza emocional también que mantiene a raya los sentimientos, cuando menos durante gran parte del tiempo. 

La audiencia de Kore-eda es más amplia que nunca y, más allá de tener un distintivo sentido de que se le está tomando el pelo, los espectadores responderán a los conmovedores acordes del drama que es acerca de cómo los monstruos -de la especie humana- solo lo suelen ser dependiendo de la perspectiva. En el filme encontramos algunas excelentes interpretaciones, incluyendo la de Sakura Ando, quien fue una gran revelación en Shoplifters, el filme que le ganó la Palma de Oro al director, en 2018. 

El entorno a las orillas de un lago -la ciudad de Suwa, en la prefectura de Nagano- también es utilizado de forma inventiva. El desarrollo urbano, que es tan difícil para ser navegado emocional y éticamente tanto para adultos como para niños, es contrastado con el mundo suspendido entre la naturaleza y el cuento de hadas en el que los dos niños que son el corazón de la historia se refugian. El vagón de tren abandonado, rodeado de exuberante vegetación al final de un tunel húmedo, frío y oscuro es el lugar seguro donde estos niños averiguan sus sentimientos, lejos de la interferencia de los adultos, se siente como un homenaje a Miyazaki, particularmente en El viaje de Chihiro. Hay en este filme un serio mensaje alrededor de la tolerancia y la forma de nutrir las diferencias en una conclusión que deja a la historia posicionada entre la separación y la despedida. 

-Lee Marshall, ScreenDaily

Le Retour (Homecoming)

Dir. Catherine Corsini (Francia)

Pese a algunas interpretaciones cálidas y compasiva, y una bella cinematografía, hay algo extrañamente falso en el nuevo filme de la directora y coguionista, Catherine Corsini, en el que un verano de drama nos brinda supuestamente trágicos descubrimientos personales que inquietantemente coexisten con unos romances vacacionales casi salidos de un álbum fotográfico. 

Para mí, el filme nunca llega realmente a cumplir la tácita promesa de mostrarnos la vida interior del personaje principal, y lo que el lugar en el que se desarrolla la acción y su vuelta a casa representan para ella. Lo que hace en cambio es darnos bastante acción incidental con registro melodramático: interludios románticos por todos lados, un intento de suicidio francamente peculiar, la prolongada secuencia de una fiesta en la que la tomadera de tachas inevitablemente desembocan en la aparición de una ambulancia y enfurruñados paramédicos. Las actuaciones son muy sólidas, y existe un gran relación fraternal entre los personajes femeninos; ellas merecen una historia más sustancial. 

-Peter Bradshaw, The Guardian 2 de 5 estrellas

Las películas de Catherine Corsini tienden a ser asuntos íntimos sustentados en un sólido reparto, pero algunas funcionan mejor que otras. Filmes tempranos como La Répétition o Les Ambitieux le inyectaron sangre nueva a los dramas y comedias del cine francés, respectivamente, mientras que trabajos más recientes como Three Worlds y The Divide se sintieron sobreescritos y muy obviamente políticos, machacando su mensaje de modos poco sutiles. 

Pese a estar inmerso en la controversia previo a su selección para la Sección Oficial de Cannes, el onceavo largometrajes de la directora de sesenta y seis años, Homecoming (Le Retour), resulta ser uno de sus mejores en mucho tiempo. En él tenemos a Corsini haciendo lo que mejor hace: guiar a los actores hasta conseguir intensas y conmovedoras interpretaciones, contando historias que pueden ser oscuras y ligeras simultáneamente, de un modo que se siente casi como si lo hiciera sin esforzarse. Y es impulsado por dos espléndidos talentos emergentes, Suzy Bemba (Drift) y Esther Gohourou (Cuties), interpretando a unas hermanas que regresan a su Corica nativa tras una larga ausencia, aprendiendo mucho de ellas mismas en el proceso. 

Corsini perfecciona un estilo fluido, naturalístico en Homecoming -el filme fue fotografiado por su DP habitual, Jeanne Lapoirie, que explota los escenarios de la isla en su totalidad- que no sobredimensiona los asuntos, trazando las emociones de manera orgánica. Esto es debido en buena medida a las dos protagonistas, que pueden ser desenfadadas y devastadoras al mismo tiempo, así como a la excelsa Diallo Sagna, interpretando a una madre que no siempre ha hecho lo que es mejor para sus hijas, pese a que siempre lo ha hecho con amor. Las tres animan una película que, a fin de cuentas, no descubre nada nuevo bajo el sol, pero se siente como un nuevo comienzo. 

-Jordan Mintzer, The Hollywood Reporter

Trad. EF