La gran actriz, una de las mejores en activo, Cate Blanchett, le dio su merecido a un reportero australiano durante una entrevista durante la promoción de La Cenicienta, después de que él se esforzara en demostrar su enorme desinterés por la película, por el trabajo de la mujer que tenía enfrente y por el suyo propio.
Comenzó la entrevista ofreciéndole una cerveza.
"No bebo cervezas", contestó la estrella.
"¿Qué pude haber traído para ayudar a romper el hielo aquí?", inquirió él.
"Vodka de papa. Volviendo a la película... alguno de los dos tiene que hacer su trabajo".
Pero el persistente periodista insistió en su tono despreocupado y le preguntó cómo le habían hecho para ponerle una correa al gato. "He tratado de ponerle una correa al gato de mi novia y simplemente nunca me ha funcionado".
Con toda razón, sacada de onda, Blanchett replicó: "¿En serio esa es tu jodida pregunta? Gusto en conocerte" cerró mientras se levantaba y, a fuerzas, las chocó con el joven.
Parece que las malas preguntas en los junkets no son exclusivas de México.