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En una entrevista con el sitio de internet, Catholic365, el realizador mexicano, Alejandro Monteverde, habló sobre las experiencias que lo motivaron a escribir, junto con Pepe Portillo, el guión de El gran pequeño (Little Boy, 2015). Primero, el cineasta explica que su principal motivación era narrar la historia de un perdedor y de cómo en algún momento de la vida, cualquier ser humano se siente muy pequeño ante los demás y ante cualquier desafío, Monteverde pensó en varios personajes y decidió que un niño podría ser una figura interesante para explorar su idea. El niño con limitaciones, el niño perdedor, el niño que depende de las decisiones de los adultos. ¿Qué hace un niño cuando debe enfrentar enormes retos en su vida? ¿Cómo reacciona un niño cuando pierde a su mejor amigo o a su padre? ¿Cómo se acerca un niño al concepto de la guerra?
Posteriormente, el director descubrió las ilustraciones del pintor norteamericano, Norman Rockwell (1894-1978).
Cuando Pepe y yo crecimos en México no sabíamos nada sobre el trabajo de Norman Rockwell, y cuando vi sus obras, realmente me entusiasmaron e inspiraron porque su trabajo era capaz de capturar el estilo yo estaba realmente inspirados por su trabajo porque era capaz de capturar el coloquial estilo de vida de Estados Unidos, sobre todo en los años 40. Quería contar una historia que se sintiera más como cuento, sí, como un cuento de hadas, pero sin las hadas, como un cuento mágico. Ahí fue cuando comencé a desarrollar una historia simple y que me llevó unos 3 meses para escribirla.
Por su parte, Eduardo Verástegui, productor del filme, en entrevista para Hollywood in Toto, indicó que el aspecto visual de la película –una intensa atmósfera brillante– fue construido tomando como referencias las pinturas de Rockwell:
Las pinturas de Rockwell construyen una visión muy especial del pasado. El filme da la impresión de ser un conjunto de recuerdos visuales de alguien; las obras de Rockwell son cálidas y queríamos que esa calidez estuviera presente en nuestra película.
El responsable de capturar el mundo visual de El gran pequeño fue el cinefotógrafo estadounidense, Andrew Cadelago, quien forma parte del departamento de animación de Pixar y ha colaborado en filmes como Ratatouille (2007), WALL·E (2008), Up (2009), Toy Story 3 (2010) y Monsters University (2013). A continuación te presentamos algunas obras de Norman Rockwell, la inspiración y referente visual de El gran pequeño:
Little boy writing a letter (Niño pequeño escribe una carta, 1920)
Little Boy holding Chalkboard (Niño pequeño sostiene un pizarrón, 1927)
Cuando tenía nueve años, Rockwell y su familia se trasladaron a la pequeña localidad de Mamaroneck, en Nueva York. Era un muchacho delgado y no muy deportivo, por lo que eligió el dibujo como su afición. A los 18 años se convirtió en editor de Boy’s Life, la revista oficial de los Boy Scouts de América. Cuando Rockwell tenía 22 años, uno de sus cuadros apareció en la portada de The Saturday Evening Post, publicación que se encargaba de mostrar el trabajo de los mejores ilustradores de la época. Cabe señalar que durante 47 años, 321 de sus pinturas aparecieron en la portada de la publicación, por lo que lo convirtió en uno de los más famosos pintores e ilustradores del siglo XX en Estados Unidos. Mientras muchos artistas producían pinturas y esculturas para los coleccionistas privados, Norman Rockwell creó ilustraciones y pinturas para que fueran vistas y disfrutadas por todo el público. El trabajo de Rockwell fue reproducido ampliamente y apareció en portadas de libros, anuncios publicitarios, revistas populares y calendarios.
Couple (Pareja, 1935)
Marble Champion (Campeón de mármol, 1939)
Back to Civvies (De regreso a la ropa civil, 1945)
At the Doctor's (Con el doctor, 1958)
“No es exagerado decir simplemente que Norman Rockwell es el más popular, el más amado, de todos los artistas contemporáneos ... Él mismo es como una galería de pinturas; es amigable, humano, profundamente americano, su obra es variada en el estado de ánimo, pero siempre llena de vida”.
-Ben Hibbs, editor del Saturday Evening Post
Going and Coming (Ir y venir, 1947)
Rockwell evoca momentos de placer, de descubrimiento, del recuerdo de las realizaciones juveniles que marcan el paso de la infancia a la vida adulta. Rockwell era un agudo observador del mundo que capturó las realidades de la vida de los individuos inmersos en el estilo de vida de Norteamérica, sus costumbres y sus dinámicas sociales.
War News (Noticias de guerra, 1945)
Sus motivos generalmente eran los niños, las familias, las muchachas bonitas, los conductores de los automóviles y los vendedores de supermercados. A Rockwell le interesaba retratar los sucesos de la vida ordinaria; pero sus cuadros son mucho más que viñetas rápidas de recuerdos fugaces o construcciones que proyectan el ideal en lo cotidiano. Dentro de ellos se incrustan ideas acerca de la responsabilidad, el heroísmo, patriotismo, la equidad de género, y, más tarde, la integración racial, que aprovechó los cimientos de la cultura estadounidense, así como las creencias evanescentes de una sociedad en constante cambio. Así como lo manifestó el cineasta y creador de Star Wars, George Lucas: “Rockwell registró nuestras fantasías e ideales y nos dio un sentido de lo que estaba en nuestras cabezas y en nuestros corazones”.
The Circus Barker (Anunciando el circo, 1916)
Tiny Tim and Bob Cratchit (1934)
Spring Tonic (1936)
Rockwell también fue un humorista y poseía un fuerte e infalible sentido del momento dramático. Él determinaba las poses y expresiones faciales de cada uno de los personajes pose y contralaba los espacios para producir el máximo efecto escénico. Sus primeros trabajos que aparecieron en las portadas de revistas parecían fotogramas de cine mudo, en la que los gags visuales destacaban. George Lucas reconoce, acertadamente, que la obra de Rockwell fue en constante evolución. Sus cuadros durante 1910 y 1920 son más simples que los de 1940 y 1950 en cuanto a la profundidad y amplitud de su contenido emocional, así como en la complejidad de sus composiciones y la naturaleza de sus narrativas. En los cuarenta, sus historias de una sola imagen representaban episodios culminantes en permanentes parcelas que implicaban los momentos previos y posteriores de la escena central y se presentaban como escenarios cada vez más elaborados.
And the Symbol of Welcome is Light (Luz, símbolo de bienvenida, 1920)
What a Difference Light Makes (La diferencia que hace la luz, 1925)
Good Housekeeping (Buen mantenimiento del hogar, 1925)
Las imágenes de Rockwell tocaron a millones de estadounidenses. Sus cuadros, como los escritos de Sinclair Lewis, la poesía de Robert Frost, y las películas de Frank Capra y William Wyler en las décadas de 1930 y 1940, o los filmes de George Lucas y Steven Spielberg desde la década de 1970, capturaron las esperanzas y sueños, y también las ansiedades, de la vida cotidiana estadounidense del siglo XX.
Homecoming Marine (Llegada a casa de un Marine, 1945)
TEXTOS CONSULTADOS:
- Norman Rockwell, escrito por Kara Marling (1997).
- The Best of Norman Rockwell, escrito por Thomas Rockwell (2005).
- American Mirror: The Life and Art of Norman Rockwell, escrito por Deborah Solomon (2013).