Cinema Planeta 2017: Programación
Cinema Planeta 2017: Las 6 imperdibles de la 9ª edición
Cinema Planeta 2017, el Festival Internacional de Cine y Medio Ambiente de México, a celebrarse del 2 al 7 de mayo en Cuernavaca, Morelos, inauguró su novena edición con la proyección del filme Nahui Ollin: sol de movimiento en el Parque Ecológico Chapultepec. Aquí te compartimos nuestras primeras impresiones.
Nahui Ollin: sol de movimiento
Dir. Carlos Armella, Antonino Isordia, Michelle Ibaven, Gustavo M. Ballesté, Eleonora Isunza, Teresa Camou, Sergio Blanco y Roberto Olivares, México, 2016.
★★★
En un intento por reforzar los ideales de Cinema Planeta –la promoción y difusión de la protección del medio ambiente–, los codirectores del Festival Internacional de Cine y Medio Ambiente de México, Eleonora Isunza y Gustavo M. Ballesté, emprendieron una nueva aventura: la producción y realización de Nahui Ollin: sol de movimiento (2016), filme que aborda, desde la perspectiva de ocho realizadores mexicanos, la manera en que el calentamiento global altera los ecosistemas y la vida de los pobladores de distintas regiones del país. El recorrido incluye un rápido vistazo a la sobrepoblación humana y la contaminación de la Ciudad de México; la manera en que la expansión del agua devora los cultivos en Tabasco; la pesca irresponsable en Baja California Sur; las sequías en Sonora y la incertidumbre de lluvias en Oaxaca; y las extremas temperaturas bajo cero en Chihuahua. La idea es loable, la información que se brinda en cada uno de los cortometrajes es oportuna y necesaria, y el documental es un terreno fértil para explorar historias de vida íntimas y reales, en donde las preocupaciones y motivaciones de los individuos son retratadas a la par de las alteraciones que sufren los paisajes que habitan. Como es común en este tipo de antologías, el filme debe batallar contra la reiteración temática y la irregularidad de la manufactura cinematográfica. El filme oscila de la perspicacia visual y elegancia narrativa de Teresa Camou (en Manglar) y Carlos Armella (en Finismare) para aproximarse de manera certera, íntima y genuina a los habitantes y permitir que ellos hablen, hasta las entrevistas con especialistas como estrategia didáctica que emplean Antonino Isordia (en Volcán de hielo eterno) y Roberto Olivares (en El valle del yaqui). No obstante, uno de los grandes méritos de Nahui Ollin es que no se ciñe a una rígida línea estética y, por lo tanto, la variedad de estilos y propuestas permiten sumergirse en el tema a partir de distintas ópticas; desde la participación de geólogos que explican la extinción de los glaciares del Pico de Orizaba y la manera en que este acontecimiento afecta la capacidad para concentrar agua potable para comunidades de Puebla y Veracruz, hasta las confesiones de un viejo pescador, quien es consciente de cómo su actividad ha puesto en riesgo el arrecife coralino de Cabo Pulmo. A pesar del tono desesperanzador ante una realidad compleja que ha rebasado a la mayoría de los habitantes, resulta motivante ver la elocuencia y creatividad de la comunidad de El Mingo para proteger los manglares. Pero esto no debería ser visto como una simple anécdota, sino como un aliciente para actuar, contribuir y buscar nuevas soluciones para reparar un daño que parece irreversible.
LFG (@luisfer_crimi)