día 1· día 2 · día 3 · día 4 · día 5 · día 6 · día 7 · día 8 · día 9 · día 10 · día 11 · día 12
Iniciamos el día, nuevamente, visitando el May Fair Hotel; ahora para encontrarnos con Gracie Otto, la joven directora australiana de The Last Impresario (filme que ya reseñamos, sobre la vida de Michael White, notorio playboy londinense, productor teatral, amigo de todas las celebridades más importantes del mundo, eje central de la vida nocturna londinense desde los setenta hasta el día de hoy). La entrevista la realizamos en la habitación de Gracie, junto a la ventana (el resto del cuarto era un desorden absoluto), y además de contarnos que hace unos años, en otro festival, se hizo muy amiga de Gerardo Naranjo, nos platicó cómo fue que conoció a Michael (en Cannes), la forma en que realizó más de 40 entrevistas en varios países (a personalidades como John Clesse, Kate Moss, Naomi Watts, Anna Wintour, John Waters), y sobre la vida solitaria, pero todavía vibrante que lleva White (la noche anterior habían salido de fiesta y él se había metido cocaína, pese a que ha sufrido varios infartos). Pronto podrán ver la entrevista en EnFilme y, ojalá, también la película en México y Latinoamérica.
Gracie Otto durante la presentación de The Last Impresario (Fotografía tomada con un Lumia 925).
Weekend of a Champion (Dir. Frank Simon, Reino Unido, 1971)
★★★★
Llegamos a ver Weekend of a Champion cuando nos encontramos, de frente, con Simon Le Bon, vocalista y líder de Duran Duran. Nos habíamos conocido en México, así que nos saludamos y conversamos durante algunos minutos. Nos dijo que se encuentran en el estudio grabando lo que será el disco número 14 de la exitosísima banda británica, y dejó abierta la posibilidad de invitarnos la siguiente semana a la grabación. Simon se encontraba en el cine invitado por Sir Jackie Stewart, famoso campeón de la Fórmula 1, sujeto tributado en la película que veríamos. Se trata de un documental, dirigido por Frank Simon, filmado en 1971, que testimonia el encuentro entre el realizador, Roman Polanski, y el propio Stewart, durante el fin de semana del Gran Premio de Mónaco, cuando el corredor escocés era campeón del mundo. El filme nos permite adentrarnos no sólo al emocionante mundo del automovilismo (en sus prácticas, cavilaciones e instrucciones técnicas de Stewart, preparación mental, momentos íntimos con su hermosa mujer, Ellen, el glamour de Montecarlo y, por supuesto, la gran carrera), sino su relación con el director polaco, y la forma en que dos hombres exitosos, en la cima de su prestigio, conviven de forma cándida, amigable y simpática, con una cámara de por medio para dejar constancia del momento. El filme fue recientemente restaurado por Polanski, y le fue añadido una especie de epílogo, con ambos hombres sentados, hace unos meses, en la misma suite donde Stewart estuvo hospedado 41 años antes, acabando de ver aquel pietaje y, a partir de él, remembrando esos días y meditando sobre la forma en que han cambiado sus vidas, sus cuerpos, sus patillas, y la propia Fórmula 1. Concluida la proyección de la película, Sir Jackie Stewart (acompañado de su hijo, que fungió como productor de la cinta), ingenioso y muy simpático, nos compartió algunas anécdotas de su infancia, se burló de su propia dislexia y de lo tonta que es la gente de publicidad, además de transmitirnos la profunda satisfacción que le ha dejado una vida llena de fortuna, gracias –en buena medida– a un deporte que sigue amando y disfrutando.
AFD (@SirPon)
Alfonso Flores-Durón (director de EnFilme) con Simon Le Bon (vocalista de Duran Duran) durante el LFF.
Jackie Stewart previo a la presentación de Weekend of a Champion en el LFF.
Jackie Stewart durante la presentación de Weekend of a Champion en el LFF.
Exhibition (Dir. Joanna Hogg, Reino Unido, 2013)
★★★★
Un par de días antes vimos un filme turco, Lifelong, con tema y elementos sorprendentemente similares a Exhibition. La diferencia fundamental es que, en su tercera película, la directora británica Joanna Hogg termina por consolidar un estilo personalísimo, fácilmente detectable para quienes hemos seguido de cerca su carrera. Al igual que en su debut Unrelated (2007), y posteriormente en Archipelago (2010), Hogg toma una decisión que le ha resultado muy polémica en su propia tierra: retratar historias de gente de clase media-alta. Casi un pecado en un país con una rígida estratificación social, en el que los filmes suelen abordar las vidas de la clase trabajadora, o de la aristocracia, no de la insípida clase media. Hogg ha sido valiente en hacer lo que ella quiere, talentosa e inteligente para hacerlo de manera inventiva y punzante. Un matrimonio de artistas, londinense, habita un espectacular apartamento, hecho a la medida: estéticamente bellísimo, ideado para hacer de su vida una armonía permanente. En esos espacios transcurren sus días, se desenvuelve su relación, llena de afabilidad y respeto, cariño desgastado e inquietudes difíciles de asimilar y confrontar. Llevan muchos años juntos, casados y en esa casa. Aunque la adoran, deciden mudarse y al llevar a cabo el proceso, la estructura de la pareja se desequilibra. Para Joana Hogg el minimalismo es barroquismo. Apenas gestos, algunos movimientos, la idónea colación de la cámara siempre, la importancia de la luz y la compaginación que obtiene de las interpretaciones de sus protagonistas, actores no-profesionales (Ella, Viv Albertine, exguiarrista del grupo de punk, The Slits; Él, Liam Gillick, renombrado artista) se amalgaman para crear un cine muy a la Hogg (con destellos de Bresson), de incisiva auscultación psicológica. Un nuevo triunfo para esta mujer que se ha convertido en una de las voces más distintivas del cine británico.
AFD (@SirPon)