Inauguración · Día 2
En el segundo día de actividades del 31º Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG) revisamos Aquí no ha pasado nada, el más reciente filme del realizador chileno, Alejandro Fernández Almendras; Magallanes, el debut como director del actor peruano Salvador del Solar; y El milagro de Tekir, una coproducción entre Suiza (país invitado de honor en esta edición) y Rumania.
Aquí no ha pasado nada
Dir. Alejandro Fernández Almendras, Chile, 2016.
★★★
(Largometraje iberoamericano de ficción)
Vicente (Agustín Silva) es un joven extrovertido que tiene la facilidad de conocer gente y hacer nuevas amistades. Durante una noche, después de crear vínculos superficiales con otros jóvenes que fingen ser sus nuevos amigos, Vicente se emborracha, besa a varias chicas, roba fuegos artificiales y transita de una fiesta a otra. Sin embargo, en la madrugada, mientras está a bordo del automóvil con los otros jóvenes, ocurre un terrible accidente. En la mañana siguiente le notifican que un hombre, padre de tres hijos, fue atropellado; Vicente, incapaz de ordenar sus recuerdos debido a la resaca, es acusado de haber sido el conductor aquella noche. El joven comienza una lucha legal para defenderse de las acusaciones, y una lucha personal para poder reconstruir los sucesos de aquella noche. En su más reciente filme, Alejandro Fernández Almendras (Matar a un hombre, 2014) revisita un caso real que causó un gran revuelo en los medios de comunicación de su país –un accidente automovilístico ocasionado por la irresponsabilidad del hijo de un poderoso político chileno– para retratar las complejidades del concepto de justicia cuando ésta se ve acechada por el poder, el dinero, la manipulación y el tráfico de influencias. Pero este macrocosmos social es transmitido mediante el microcosmos de Vicente, un joven que, a pesar de la situación que atraviesa, parece alegremente separado del problema; un tanto indiferente y despreocupado por la resolución del juez, “Vicho” vive ensimismado en su teléfono celular, viendo videos sosos de YouTube y enviando mensajes a su novia; éstos últimos aparecen en pantalla en una intención de sugerir la manera en que esta generación vive inmersa en las redes sociales como una catarsis para desquitar sus enojos y cauterizar sus emociones.
LFG (@luisfer_crimi)
Magallanes
Dir. Salvador del Solar, Perú/Argentina/España, 2015.
★★★
(Largometraje iberoamericano de ficción)
Durante uno de sus habituales trayectos, Magallanes (Damián Alcázar), un desesperado taxista que atraviesa problemas económicos, reconoce a Celina (Magaly Solier), una enigmática mujer que despierta el sombrío pasado y los oscuros recuerdos de Magallanes, un hombre que fue militar en la década de 1980 reprimiendo las movilizaciones sociales en Ayacucho. En su debut como director, el actor peruano, Salvador del Solar (Pantaleón y las visitadoras, 2000,) se inspira en el cuento La Pasajera, del escritor Alonso Cueto, para hablar sobre las traumáticas consecuencias del pasado sangriento de Perú, específicamente las matanzas perpetradas por el ejército peruano bajo el pretexto de la lucha contra el Sendero Luminoso. Este trauma ya había sido tratado por Claudia Llosa en La teta asustada (2008), cuya protagonista, Fausta, fue encarnada por Magaly Solier; ahora, la extraordinaria actriz interpreta de manera eficaz y desgarradora un papel similar: el de la mujer víctima de los abusos armados. Por su parte, Alcázar tiene un notable desempeño como el exsoldado en busca de su propia salvación imaginando nuevas maneras de expiar sus pecados y culpas. Magallanes es una historia de redención que convoca a los fantasmas de un país y lo hace en forma de un sagaz thriller de suspenso que no está exento de caer en algunos baches dramáticos, principalmente cuando el relato se orienta a los chantajes y complicaciones en torno a una extorsión y un secuestro que, por momentos, son distractores de los dilemas centrales de los protagonistas.
LFG (@luisfer_crimi)
El milagro de Tekir
Miracolul din Tekir, Dir. Ruxandra Zenide, Rumania/Suiza, 2015.
★★★★
(País invitado: Suiza)
En un pueblo de pescadores situado en el delta del Danubio vive Mara (Dorotheea Petre), una curandera de 30 años de edad que emplea el lodo para sanar a los habitantes de la región. Cuando Mara asegura que su reciente embarazo se debe a los poderes del barro, y no a un hombre, los aldeanos la acusan de brujería y amenazan con quemarla viva. Con la ayuda del sacerdote de la comunidad, Mara abandona su hogar y se traslada a un hotel, una especie de spa para gente adinerada, situado en la zona del lago Techirghiol. Ahí conoce a Lili (Elina Löwensohn), una madura y hermosa mujer que está firmemente intentado encontrar una solución a su problema de infertilidad. Heredera de la atmósfera espiritual y piadosa de Días de ira (Carl Theodor Dreyer, 1943) y Hadewijch (Bruno Dumont, 2009), El milagro de Tekir (2015) se centra en un tema poderoso, enigmático, delicado e incómodo: la mística. La directora rumana, Ruxandra Zenide (Ryna, 2005), crea un singular y atrayente universo en el que la naturaleza, en su aspecto misterioso y creativo, es un personaje central de la película. Las bellas imágenes, capturadas por Hélène Louvart –cinefotógrafa francesa que ha trabajado con Wim Wenders, Agnès Varda, Claire Denis y Léos Carax, entre otros–, son las acompañantes de lujo de un poderoso relato donde la superstición y la religión se mezclan de la misma manera que la tierra y el agua componen el misterioso lodo de Tekir; un retrato de dos mujeres que buscan, entre la magia y el poder, la tradición y la modernidad, repetir un nuevo milagro como el de la virgen María.
LFG (@luisfer_crimi)