120 Beats per Minute (120 Battements Par Minute)
Dir. Robin Campillo
Competencia Oficial
El cuarto día de la 70 edición de Festival de Cannes comenzó con un tono más discreto, enfocándose en la historia de los luchadores de Act Up titulada 120 Beats Per Minute, del director francés, Robin Campillo, en Competencia Oficial esta vez. Campillo tenía mucha fe en este proyecto; enfrentó muchas dificultades para conseguir dinero, sin una estrella famosa y con un tema complejo. El filme se sitúa en París, a inicios de los noventa, y mientras el Sida ha cobrado vidas durante casi una década, el grupo de activistas Act Up multiplica sus acciones para crear consciencia en la sociedad y confronta a una gran corporación médica que no quiere que la cura contra el Sida esté disponible para todos. Es una película coral, con muchas historias mezcladas. La película mezcla con elegancia y estilo el debate político y las historias privadas de los personajes, y hace un relato poderoso y conmovedor del problema social que muchas veces es ignorado. Esta película es una de las fuertes contendientes por la Palma de Oro.
Campillo contó a la prensa cómo comenzó su proyecto:
Era un activista en los noventa. En ese momento no estaba listo para hacer la película, en mi cabeza no sabía cómo contar la historia. Tenía miedo de hacer esta película. Tenía amigos que murieron de Sida, y yo sentía que emocionalmente estaba muy involucrado. Solo recientemente, con más experiencia en el cine, sentí que era el momento adecuado.
¿Cómo trabajó con los actores? Son muy espontáneos, y son muchos, por lo menos 20 actores.
Para mí fue importante tener muchos actores distintos, y la cuestión iba más sobre cómo controlarlos. Decidí tener 3 cámaras para hacerlos sentir muy libres, sin preocuparse por equivocarse.
La película tiene compasión pero no es cursi. ¿Cómo encontró el balance?
Yo mismo vivo las cosas. Tuve que vestir a un amigo que había muerto de Sida. Recuerdo que en aquél momento, no explotas y te pones a llorar cuando tienes un amigo que está muriendo. Estaba más centrado en el corazón de las cosas. Las cosas son emocionantes por sí mismas, no quería añadir a eso.
¿Cómo preparaste a los actores?
Tuvimos un día de ensayo. Durante la filmación nos movíamos rápido con el fotógrafo. Cortamos los momentos en los que los actores no se sienten cómodos. Pudimos modular mucho con las tres cámaras. Pero también quería que ellos fueran totalmente ellos mismos. Quería que fueran homosexuales, que hablaran como homosexuales, sus voces eran muy importantes para mí. La sociedad es totalmente diferente. El resto de la sociedad no sabe lo que está sucediendo. Durante mi experiencia como activista, la gente estaba muy enojada. Cuando comenzamos a tomar acción y a hacer protestas, pretendimos estar enojados, pero luego, con la hipocresía de la sociedad, el enojo se tornó totalmente sincero. La gente se vuelve activa socialmente cuando tiene una razón muy personal, como el aborto o el Sida.
Abajo, el staff de EnFilme recuperó algunos fragmentos de las críticas de esta película:
120 Battements Par Minute de Robin Campillo es una película de ensamble actuada apasionadamente, sobre ACT UP, en Francia, en los ochenta tardíos, el movimiento directamente confrontacional que exigía investigación inmediata y a gran escala sobre el Sida. La película emocionantemente combina elegía, tragedia, urgencia y una euforia desafiante.
-Peter Bradshaw, The Guardian, le otorga ★★★★★
Como en Eastern Boys, el estilo de Campillo, predominantemente cándido y sin barnizar, pone en una situación violenta a los espectadores con sus manipulaciones de sonido e imagen –en este caso, un pasaje crudo y poco sutil de poesía visual que convierte al Sena en morado con la sangre de quienes han sido innecesariamente lastimados. El título oblicuo se refiere no solo a las medidas médicas del corazón, como son monitoreadas en los hospitales, sino al ritmo eufórico de la música electrónica que funciona como soundtrack de las ocasionales visitas a discotecas de ACT UP, en las que los asuntos de amor, muerte e ideología son brevemente perdidos por la fuerza de la pista de baile, y caras iluminadas por las estrobo se desvanecen en partículas de polvo y células de sangre. En una de las secuencias más suavemente cómicas de BPM, un padre bien intensionado es ridiculizado por sugerir „el Sida soy yo, el Sida eres tú, el Sida somos nosotros“ como un slogan de campaña. Al final, puedes ver de dónde vienen sus críticos: el filme sexy, perspicaz, profundamente humano de Campillo es más conmovedor con esos intervalos en los que, por un momento o dos, el Sida no es nadie en absoluto.
-Guy Lodge, Variety
The Square
Ruben Östlund
Competencia Oficial
Christian es el respetado curador de un museo contemporáneo de arte, un padre divorciado pero entregado que conduce un auto eléctrico y apoya causas positivas. Su siguiente exposición es „The Square“, una instalación que invita a los paseantes al altruismo, recordándoles su rol como humanos responsables. Pero a veces, es difícil vivir a la altura de tus ideales: La respuesta estúpida de Christian al robo de su teléfono lo arrastra a situaciones vergonzosas. Mientras tanto, contrata una agencia de relaciones públicas para publicitar la exposición. La respuesta es pomposa, lo que lleva a Christian y al museo a una crisis existencial.
La sátira expansiva y atrevidamente surrealista de Ruben Östlund, The Square, convierte un museo de arte contemporáneo en una ciudad-estado de rareza, disfuncionalidad y extrañeza ballardiana. Es un lugar donde la culpabilidad de una persona importante infecta a toda una sociedad con una descomposición nerviosa repentina, a la vez intensificada y aún camuflada por una creencia teórica en el no conformismo estético y el arte provocativo de la actuación. Esta película realmente trae un espectáculo extraño y escandaloso, con momentos de extrañeza pura. Eventualmente, pierde un poco de enfoque y falla con algunos objetivos narrativos que han sido sacrificados por aquellas piezas realmente extraordinarias. No tiene la claridad pura como arma de la película anterior de Östlund, Force Majeure. Pero se propone hacer que se te caiga la mandíbula. Y tiene éxito.
-Peter Bradshaw, The Guardian, le otorga ★★★★
The Square es una réplica elegante y escaldante para el equipo de relaciones públicas de Christian, que cree que cortar el ruido de la vida moderna requiere un choque breve y agudo. La quemadura lenta - y en casi dos horas y media, la quemadura aquí es positivamente lánguida - tiene una fuerza culminativa a la que es imposible resistírsele.
-Robbie Collin, The Telegraph, le otorga ★★★★★