Directores como Scorsese, Leigh, Claire Denis, Terence Davies y Ferrara le rinden tributo a JLG - ENFILME.COM
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Directores como Scorsese, Leigh, Claire Denis, Terence Davies y Ferrara le rinden tributo a JLG
Publicado el 15 - Sep - 2022
 
 
Martin Scorsese, Mike Leigh, Terence Davies, Claire Denis, Abel Ferrara, Paul Schrader, entre otros, se despiden del genio JLG, dedicándole unas palabras y unas imágenes, de agradecimiento. - ENFILME.COM
 
 
 

Ha muerto Jean-Luc Godard: 9 puntos cruciales sobre él hombre que reinventó el cine

¿Qué es el cine? Godard y otros responden

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Jean-Luc Godard fue el explosivo talento que, como auténtico autor, cambió el cine para siempre. ¿Qué fue lo que otros grandes directores han dicho acerca de esta leyenda y, están entre el grupo de personas que consideran sus últimos filmes simplemente imposibles de ver?

 

Mike Leigh

La muerte de Jean-Luc Godard me deja anclado en una profunda tristeza nostálgica, pese a mis reticencias -compartidas por muchos- respecto a las exentricidades tardías del director. Era 1960 y Sin aliento explotó en la pantalla justo en el momento en que yo llegaba a Londres, un chico de 17 años de Salford (Manchester) obsesionado con el cine, que nunca antes había visto un filme que no fuera hablado en inglés, siendo las ofertas británicas y de Hollywood mi única dieta. La obra maestra debut de Godard sí, de hecho, lo deja a uno sin aliento. Locaciones fílmicas libres de espíritu, verosímiles y espontáneas actuaciones, momentos excéntricos conectados de forma caprichosa… teníamos un festín de desafíos revelatorios sobre lo que uno pensaba que era el cine: ¡pura bendición anárquica!

Por supuesto, hubo entonces una multiplicidad de descubrimientos del cine mundial, Truffaut uno de ellos -probablemente yo me sienta más cercano a Los 400 golpes y Jules et Jim que a cualquier cosa de Godard. Pero siendo justos, fue Godard quien dominó la contínua narrativa fílmica de la década. Nos entregaba una obra cada año y mis camaradas cinéfilos y yo los devorábamos ávidamente, siempre terminando con discusiones a media noche alrededor de cada nueva entrega. 

Mis favoritas: Vivre Sa Vie, Les Carabiniers, Bande à Part y Two or Three Things I Know About Her. Y más tarde, tuve una curiosa debilidad por Weekend.

 

Martin Scorsese

A partir de Sin aliento, Godard redefinió la idea misma sobre lo que es un filme y hacia dónde puede ir. Nadie fue tan osado como Godard. Podías ver Vivre Sa Vie o Le Mèpris o Made in USA y quedabas con la impresión de que en realidad él estaba desmontando su propia película y la reconstruía delante de tus propios ojos. Nunca sabías que esperar de un momento a otro, incluos de un cuadro a otro -así de profundo fue su involucramiento con el cine. 

Nunca hizo un filme que se asentara en un solo ritmo, o ánimo o punto de vista, y sus filmes nunca te acomodaban en un estado onírico. Te despertaban. Todavía lo hacen, y siempre lo harán. Es difícil pensar que se ha ido. Pero si hay un artista del que se pueda decir que dejó huellas de su propia presencia en el arte, ese fue Godard. Y, debo decirlo ahora, cuando tanta gente se ha acostumbrado a verse a sí mismos definidos como consumidores pasivos, sus filmes se sienten más necesarios y vivos que nunca. 

 

Claire Denis

Le he dicho a amigos que no podría imaginarme en un mundo en el que yo estuviera viva pero Jean-Luc no existiera más. Su presencia me hacía valiente. Sus filmes tenían una convicción no en el cine -porque yo ya era una creyente- sino en cómo podría yo encontrar mi propio camino, incluso con mis extramadamente limitados talentos. Él citaba -robaba, incluso- de filmes, pinturas, música y literatura de todo el mundo, pero yo creo que su espíritu residía en el centro de Europa: un continente cargado de historia. Con Le Petit Soldat, Godard reveló un costado de Francia durante la guerra de liberación de Argelia. Hoy en día hay guerra en Europa de nuevo, así que volvamos a ver Je Vous Salue, Sarajevo

 

Terence Davies

Lo que Proust y Joyce fueron para la novela, lo fue Godard para el cine. Todos ellos siguen proyectando su poder sobre nuevos escritores y directores. La influencia de Godard y su feroz pasión se levanta sobre nosotros, y nosotros que nos hemos quedado solo podemos recordar y deleitarnos en su plasmada gloria. Es difícil decir adiós cuando au revoir nos daría más consuelo. Hemos quedado empobrecidos con su partida. No lo conocí personalmente pero en alguna ocasión me halagó y por siempre lo atesoraré. Así que, damas y caballeros, quitémonos el sombrero y saludemos el paso de un genio. 

 

Paul Schrader

En el cine hay un antes y un después de Godard. Durante 15 años se dedicó a desmantelar el cine, reensablarlo, y volverlo a desarmar hasta que se convirtió en su cubo de Rubik personal. Godard y Dylan son las socarronas estrallas polares de su generación. Godard fue el mago todopoderoso de las citas, así que él mismo apreciaría lo que Tany, interpretada por Marlene Dietrich en Touch of Evil, dice acerca de Hank Quinlan: “Era un una especie de hombre. ¿Qué importa lo que digas acerca de la gente?”. 

 

Luca Guadagnino

El poder sublime del nombre Jean-Luc Godard o, debería decir, del eternamente legendario acrónimo JLG, arribó a mi conciencia cuando tenía 14 años. Era 1985 y en el oscuro y opresivo Palermo de mis años adolescentes me topé con un salvajemente embravecido grupo de personas gritando frente al cine en el que se proyectaba Hail Mary

¿Cómo, me preguntaba, podía una película crear una reacción tan violenta? Después ví la película y a través de su luminosa y tersa belleza comprendí por completo el poder de las ideas. Godard era una luz resplandeciente que nos mostraba el camino, filme tras filme, idea tras idea, lenguaje. Hoy nos encontramos más solos y, sin embargo, su deslumbrante cine será nuestra guía por siempre. 

 

Kelly Reichardt

Sé lo que Dave Hickey quiere decir cuando afirma que había una forma de ver el mundo antes de Andy Warhol y otra manera de verlo después de él. ¿Sucede lo mismo con Godard? Hay una forma de ver filmes antes de él y otra después. Fue tan prolífico y vivió una larga existencia. Hay una fuente profunda para todos nosotros de la que seguiremos bebiendo. 

Mark Cousins

Él fue el cardenal del sentir mal. El predicador del fuego y el azufre. Primero vi Weekend y me sentí asaltado, exaltado. No fuerza a un nivel moral superior, desdeñando el entretenimiento y el liricismo. Pero luego ví Vivre Sa Vie, que estaba inundado de sentimiento, y Two or Three Things I Know About Her. Sus filmes centrados en las mujeres fueron mejores, más compasivos para mí. El erotismo de Hail Mary era conflictuado. Para él, el cine nunca fue solamente un templo del placer. 

Su superposición de voz superpuesta, texto y montaje visual en ocasiones era demasiado para mi cerebro. Él y Anne-Marie Miéville excedían a casi cualquier otro cineasta. Les llevaban vueltas de ventaja en el maratón del cine. ¿Su legado? Hizo añicos el cine complaciente como un martillo en cristal. Fui recientemente a Rolle, en Suiza, para ver si me lo topaba o lo veía paseando a su perro. Llevaba mi cámara, pero ¿cómo podría filmar aquello?

 

Kevin Macdonald

Godard cambió el cine. Lo hizo autoconciente como nunca nadie antes; sabías siempre que estabas viendo un filme cuando veías los suyos, como un Brecht para las películas. Estás siempre atento al proceso y a los apuntalamientos de sus películas, y sus influencias (generalmente películas estadounidenses de gángsters al inicio; Vertov y los constructivistas rusos, más tarde). Sin aliento, Bande à part, Une Femme Est Une Femme: todos brillantes, con onda, filmes iconoclastas que en realidad eran sobre el quehacer cinematográfico. Él no estaba en realidad interesado en la historia, o en la gente. Estaba interesado en las influencias y en las ideas. Inició como crítico y permaneció siendo crítico toda su vida. 

Pero no es exagerado decir que Godard engendró a Richard Lester, Tarantino, Soderbergh, Céline Sciamma; en otras palabras, casi todo el cine moderno. Aquellos filmes tempranos aún conservan una audacia que me quita el aliento. Pero los filmes posteriores que he visto son, principalmente, un fastidio: altamente políticos, tremendamente confrontacionales, aunque en ocasiones formalmente inventivos. Adoraba “épater la bourgeoisie”. Eso significa que yo debo ser burgués, porque esos filmes en realidad me “épatearon”. Pero sí amé su documental sobre los Rolling Stones, One Plus One, que se compadecía de la vacuidad de la banda ensayando en contraposición a escenas de política radical en las calles. Dice más de la música rock y su rol en la sociedad que ningún otro filme de esa etapa, quizá con la excepción de Gimme Shelter.

Alguna vez trabajé con Caroline Champetier, una directora de fotografía que fue colaboradora habitual de Godard en los ochenta y noventa. Me colgaba de cada palabra que podía extraer de ella sobre “el maestro”. Quedé impresionado de las historias acerca de la filmación en Rusia de una versión conceptual de Anna Karenina, rodada dentro de una ruinosa estación de trenes del Moscú postsoviético. La cosa es que Godard no fue con ella. Él dirigió desde París, por teléfono. De alguna manera esto lo sintetiza para mí: escandalosamente robusto, y muy chingón, pero quizá careciendo del toque humano. 

 

Abel Ferrara

Estoy sentado en un taxi y en el radio se escucha Satisfaction de los Stones y la locutora la anuncia diciendo: “Soixante-cinque, 1965.” Jean-Luc se encontraba en su punto, entonces. Yo empecé a dirigir filmes en 1967 cuando tenía 16 y pronto descubrí que se hacían películas fuera de Hollywood. Solía devorar un gran director a la vez; ver todo sobre él y luego moverme a otro, pero nunca lo dejé a él. 

Como Pasolini, su escritura era tan especial como los filmes ynos invitaba a regresar a ellos, verlos a través de luces diferentes. Crecí pensando, después de la muerte de los Kennedy, Martin Luther King y Malcolm X, que el siguiente lote llegaría pronto, pero nunca ocurrió. Nadie lo siguió. Excepto Pasolini, nadie le llegó a los talones. Podía sentarme como un bebé director de cine e incluso la poesía de los créditos de sus filmes me volaban la cabeza: My Life to Live, One Plus One, A Woman Is a Woman, Alphaville, y mi favorita, All the Boys Are Called Patrick. Un día triste. 

Y aquí vean el ensayo visual: Cómo fue que Jean-Luc Godard liberó al cine, hecho para Mubi:

 

Trad. EF

Fuente: The Guardian

 
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