Edgar Wright siempre ha sido generoso en sus elogios a otros directores, desde su reciente llamado a ver Roma, de Alfonso Cuarón, en los cines. Ahora, como parte de un artículo de The Guardian en el que los cineastas reflexionan sobre sus escenas de horror favoritas, Wright comparte su amor por la Suspiria original, es decir, su secuencia de apertura, que considera “una de las grandes piezas del cine de terror”.

 “La mayoría de las películas de terror comienzan con un sentido de normalidad, y luego te sumergen en el mundo del horror al final del primer acto”, escribe el director de Shaun of the Dead, Hot Fuzz y Baby Driver. “Pero en Suspiria todo es intensamente siniestro desde el principio, y no solo debido a la inquietante puntuación de la canción de cuna de Goblin, con sus cantos de 'witch, witch' (alertando al público de habla inglesa [de la película en lengua italiana] a lo que viene por las pistas)”.

Wright agrega que Dario Argento “crea la impresión de que el mismo país en el que hemos aterrizado es inherentemente malo” durante la escena, que encuentra a la heroína de la película aterrizando en Múnich, y que la secuencia de muertes que sigue es “una forma extremadamente operística de abrir una película”.

El cineasta luego revela que su último trabajo recibió un guiño de Argento. “Si miras el final de Baby Driver, donde Jon Hamm está en el auto de la policía, tienes las luces roja y azul, eso fue muy deliberado. Ese uso hiperreal del color te dice que estás entrando en una dimensión ligeramente fantástica, que es algo que tomé del trabajo de Argento”.

Trad. EnFilme 

 Fuente: IndieWire