Aquí puedes leer nuestra reseña de ‘La gran apuesta’
Con motivo de las recientes cinco nominaciones al Oscar 2016, entre ellas la de Guión Adaptado, que recibió La gran apuesta (The Big Short, 2015) –película que con irreverencia y sentido crítico retrata el contexto de la crisis económica de 2008 sufrida en Estados Unidos– sostuvimos una conversación vía telefónica con Charles Randolph (The Life of David Gale, 2003; The Interpreter, 2005; Love & Other Drugs, 2010), coguionista del filme.
Randolph nos habló sobre cómo se involucró en el proyecto, en qué momento conoció el libro de Michael Lewis, las estrategias de trabajo que planteó en conjunto con los productores y con el director Adam McKay (Anchorman, 2004; Step Brothers, 2008), el proceso de adaptación, el equilibrio entre el tono sarcástico y crítico, y la responsabilidad que debe existir al interior de Hollywood para retratar temas sociales de importancia y no solo elaborar productos de entretenimiento.
EnFilme: ¿Cómo llegó a tus manos el libro de Michael Lewis? ¿Qué te motivó a escribir el guión?
Charles Randolph: El libro fue publicado en 2010; un par de años después, Plan B, la compañía productora de Brad Pitt, adquirió los derechos, y después se asociaron con Paramount para desarrollar el proyecto en cine. Fue el productor, Jeremy Kleiner, el que me contactó. Me dio el libro y decidí leerlo. Y me encontré con una historia de miedo. La historia es muy emocional; a veces muy chistosa, en otros momentos te parte el corazón. Y eso me pareció fantástico para poder adaptar la historia. Después de hablar con Adam [McKay], los dos estábamos convencidos de que preferíamos el lado de la comedia, pero no dejaríamos pasar los puntos obscuros. También decidimos que sólo nos concentraríamos en un puñado de personajes, principalmente aquellos que fueron capaces de vislumbrar el conflicto. El material que teníamos para trabajar era muy rico, así que nos entusiasmamos pensando en que podríamos hacer una gran película.
¿Cuál fue tu experiencia durante la crisis financiera de 2008? ¿Tuviste un sentimiento o un recuerdo que venía a tu mente conforme trabajas en la escritura del guión?
En aquel momento precisamente me trate de informar sobre lo que ocurrió. Había mucha gente hablando del tema, muchos especialistas escribiendo al respecto tratando de explicar la crisis financiera. Yo fui una de esas personas a las cuales la crisis nos hizo enojar. Me sentía ofendido al sentirme traicionado porque yo siempre –antes de 2008– había confiado en las instituciones financieras. Era una de esas personas que creía plenamente que los bancos se concentraban y esforzaban en sus tareas. Sentí pena y rabia cuando descubrí que no eran así. Y cuando te das cuenta de ello ya no puedes creer en una institución que pone por encima sus ambiciones, y que pierde interés en los clientes y usuarios.
¿Tuviste un sentido especial de responsabilidad cuando estabas escribiendo sobre un episodio muy importante en la historia reciente?
Sí. Definitivamente. Creo que gran parte de esa responsabilidad la dirigí hacia el lado de las víctimas –la gran mayoría nos sentíamos así en 2008– de esta muy real y reciente tragedia. Esa es una de las razones por las que la película se inicia con la sección de Florida, una señal de que bien todo pudo haber comenzado con la historia de las víctimas. Y lo más complicado al respecto es cuando te preguntas: “¿Estás siendo fiel a la experiencia real de la gente?”. Otro dilema era cómo afrontar algo que Lewis menciona en su libro: “unos pocos ganaron”. Pero no ganan porque ninguno de nosotros gana en esta situación. Al final, estos personajes se vieron obligados a darse cuenta de la falta de sentido de su victoria.
¿Tuviste alguna dificultad para equilibrar el sarcasmo con el tono crítico?
Paramount, como una corporación enorme, está interesada en hacer grandes proyectos de entretenimiento, pero también están dispuestos a realizar películas sobre la situación social y cultural de la actualidad. Paramount, los productores, los actores, el director, yo, y el resto del equipo lo queríamos así. Además, todos somos parte del mercado. Así que como artistas debemos brindar reflexiones sobre nuestros problemas para tratar de ser un mejor país.
Si fue un poco difícil encontrar un equilibrio entre los tonos que mencionas. Michael [Lewis] tiene un humor muy fino y escondido. Si lees el libro, quizá te rías un par de veces durante la lectura. Desde el principio sabíamos que tendríamos muchos momentos de comedia. Lo difícil era decidir en qué momento sería a partir del personaje o a partir de la situación. A veces yo proponía un tono más cercano a la sátira, sin dejar de lado el enojo e indignación. Adam [McKay] hizo la grandiosa tarea de ampliarlo todo en una atmósfera cercana a la farsa, pero con mucho corazón.
Hollywood es parte del sistema. ¿Por qué crees que la gente dentro de Hollywood está interesada en la representación de las perversiones de los que se han encontrado en otras secciones del mismo sistema. ¿Es todo sobre el dinero o hay una verdadera motivación en hacer de tu país un lugar más justo para vivir?
Vaya. Esa es una pregunta grandiosa. Primero, creo que debemos ser muy diligentes con la manera en que nos retratamos o narramos parte de nuestra historia. Creo que –como lo dije antes– al ser artistas también somos parte del mercado y debemos poner atención y concentrar nuestros sentidos en cualquier problema o asunto que sea de relevancia para el país. Ese es nuestro trabajo. Y eso fue, de alguna manera, lo que intentamos hacer con The Big Short. Particularmente en este caso, Hollywood ha trabajado para llamar la atención de la gente sobre este conflicto [la crisis financiera de 2008]; y esta es solo una de esas películas que ha abordado el tema. La gente, en general, no comprende las especificidades de esta crisis, pero hay filmes que retratan otras problemáticas sociales que son más fáciles de comprender. Al final del día, es muy emocionante compartir toda esta clase de información con el público y creo que nuestra película lo logra.
La gran apuesta se encuentra actualmente en cartelera mexicana.