Entrevista: Robin Aubert, director del filme de terror canadiense 'Los hambrientos' - ENFILME.COM
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Entrevista: Robin Aubert, director del filme de terror canadiense 'Los hambrientos'
Publicado el 15 - Feb - 2018
 
 
En Los hambrientos (Les affamés, 2017), su segunda incursión en el género de terror, el cineasta canadiense, Robin Aubert, logra conjugar los tropos del relato de zombis con una perspectiva muy personal a partir de un estilo contempla - ENFILME.COM
 
 
 
por Luis Fernando Galván

Quebecine MX2018. Programación de la 4ª edición de la Muestra de Cine de Quebec

En Los hambrientos (Les affamés, 2017), su segunda incursión en el género de terror, el cineasta canadiense, Robin Aubert, logra conjugar los tropos del relato de zombis con una perspectiva muy personal a partir de un estilo contemplativo con dimensiones filosóficas que cuestionan las dinámicas del miedo y el comportamiento humano. Filmado en gran parte durante el día y en paisajes naturales de un bosque situado al norte de Quebec, Aubert subvierte los espacios cerrados, claustrofóbicos y nocturnos habituales del género, para colocar a un grupo de pobladores que deben armarse y tomar medidas extremas de precaución debido a la presencia de feroces y agresivas criaturas que merodean el lugar.  Empleando planos abiertos y tomas prolongadas, Aubert le permite al espectador que haga una revisión del espacio en busca de cualquier signo de alarma y movimiento sospechoso; una vez que aparecen los zombis el tono siniestro y funesto se apodera de la pantalla. No obstante, el director posee un malvado sentido del humor y una mano ágil para orquestar momentos surrealistas e inquietantes.

En el marco de la 4ª edición de la Muestra de Cine de Quebec, QUEBECINE MX 2018, tuvimos la oportunidad de conversar con el director sobre su fascinación por el cine de terror y la manera en que las imágenes de un Jesucristo crucificado lo marcaron desde su infancia. Aubert nos compartió el método que empleó para que sus ideales estéticos del cine contemplativo convivieran de manera efectiva con un relato de zombis; también detalló el proceso de trabajo con sus actores y la importancia que tienen las locaciones naturales en Los hambrientos, así como su postura respecto al manejo de los tiempos en el cine de terror.

 

¿Cómo surgió la idea de hacer Los hambrientos?

Es un sueño que tuve desde niño, desde adolescente. Siempre quise hacer una película de zombis. Un sueño que para desarrollarlo tuve muchas dificultades provenientes del exterior; un sueño en el que en algún momento dejé de creer porque en Quebec no hay una cultura del cine de género. En Quebec prácticamente no se hacen películas de este género, pero al final triunfo la voluntad, el deseo y el placer de hacer cine.

¿De dónde proviene tu fascinación por las películas de terror y los relatos de zombis?

Tiene mucho que ver con las películas que me asustaron y me impresionaron cuando vi de niño y que no necesariamente eran de terror. Estas películas sobre Jesús de Nazareth me impactaron mucho, ver su sufrimiento, su sangre, su crucifixión. Me daba mucho miedo ver a Jesús en la cruz. Y luego está la película Dawn of the Dead, de George A. Romero, sobre esta plaga de zombis agresivos y devoradores que acechan a un grupo de personas en un gigantesco comercial. Estas referencias las asocié con el placer de seguir siendo un niño, y el mismo temor que sentía en aquellos tiempos.

Uno de los elementos más destacados de tu filme es que le brindas el espacio suficiente a tus personajes para que razonen las situaciones que están experimentado. ¿Esto lo planteaste desde el guion, surgió durante el trabajo con los actores o fue durante el proceso de edición?

De inicio puedo comentarte que, para mí, una película de zombis es un pretexto para hablar del comportamiento humano, de la condición humana y de la manera en qué pensamos y actuamos. Esto traté de dejarlo muy en claro a mis actores, ya que el miedo es una emoción que no podemos ensayar y dirigir tanto, eso depende del trabajo interno de cada uno de ellos. Así que debía darles el tiempo necesario a cada uno de ellos para que se transmitiera esa sensación de angustia, pesadumbre o terror, dependiendo de cada personaje y, por supuesto, de cada actor.

La mayoría de los filmes de terror suceden en espacios cerrados durante la noche, pero Los hambrientos acontece, en su gran mayoría, en exteriores y durante el día. ¿Cuáles fueron los mayores retos al subvertir este rasgo distintivo del cine de horror?

Más que la idea de monstruos tenebrosos quería que mis zombis fueran hombres locos, maniáticos, desquiciados. Este tipo de hombres, al no distinguir normas ni reglas, se vuelven peligrosos. Y me interesaba trabajar las sensaciones de miedo a partir de ellos, y no a partir de la noche. La oscuridad no me resulta sofocante, la noche no me da miedo. Durante el periodo en el que escribí el guion, yo caminaba mucho en el bosque -que es el mismo bosque en el que filmé la película- y a veces el lugar me resultaba misterioso y me daba un poco de miedo, aunque fuera de día. Esa fue la razón que me llevó a establecer el filme ahí. Sin embargo, el color verde nunca me ha gustado verlo en pantalla, entonces decidí que las tonalidades fueran hacía el grisáceo, un tono más irritante. Esta idea también me ayudo a imprimirle cierto simbolismo al filme, principalmente cuando uno piensa que la naturaleza puede llegar a apoderarse de todo esto.

En una escena particular, el personaje de Tania le dispara en el rostro a un zombi en la parte trasera de la camioneta, y ella queda traumatizada. Aunque se trata de un filme de zombis, orquestas la secuencia de una manera plausible y verosímil. ¿Te interesaba generar tensión en la audiencia mediante estrategias realistas?

Creo que cuando en una película mantienes el tono gore y exageras el uso de la sangre paulatinamente pierde su impacto. Así que conscientemente tomé la decisión de no hacer tantas escenas sangrientas, y las que hicimos tienen este halo de realismo con la intención de generar un fuerte impacto en el ojo del espectador.

¿Tu película pretende hacer eco de los miedos culturales de Quebec, es decir, ser invadidos por un grupo minoritario que pretenda instaurar sus tradiciones?

No eres el primero que menciona eso. En otra provincia de Canadá, en Ontario, elaboraron una lectura muy similar a lo que preguntas. Lo que puedo decir es que esa interpretación no es la respuesta consciente de la película. Si yo hubiera elaborado esa lectura y la coloco de manera consciente en la película, sería un acto irresponsable de mi parte, ya que no estoy interesado en el miedo al otro, es decir, en el miedo a otro tipo de culturas o en el miedo a los grupos minoritarios. Más bien yo estaba más preocupado en preguntarme ¿por qué estos zombis están interesados en construir estas pirámides? ¿por están interesados en acumular objetos y colocarlos como si fueran ofrendas o templos? Una respuesta podría ser que ellos están construyendo una nueva civilización, pero eso es algo que el ser humano lleva miles de años haciendo: edificar torres, templos y palacios para instaurar un nuevo orden. Y esa es la idea que más me interesaba, resaltar la importancia de los vestigios, más allá del miedo a una tribu que vendría a invadir.

Para el diseño de las pirámides y esta especie de instalaciones que construyen los zombis, ¿tuviste algún referente artístico que te inspiró?

Mi tía tenía una tienda de antigüedades en un pueblo de Quebec. Cuando ella falleció, mi primo tuvo que vender todos los objetos que se habían acumulado al interior de la tienda. Organizó una ‘venta de garage’, y yo fui; al ver sillas y muebles vacíos pensé en la cantidad de historias que pasaron frente a esos objetos. Así que me dieron ganas de hacer algo con las sillas y los muebles. En un sueño, me surgió la idea de cómo colocarlos en la película: los objetos representarían una especie de dios que ‘los hambrientos’ adorarían y venerarían. Ellos saben que tienen hambre de algo, y necesitan creer en algo superior a ellos.

Tomando en cuenta la importancia de los paisajes en el filme, ¿cómo desarrollaste el estilo contemplativo dentro de un filme de género?

Yo vengo de un lugar muy bucólico. Es tan bonito que hasta da miedo. En el horror es muy importante que haya tiempos suspendidos; no siempre debe haber acción, debe existir el tiempo para pensar, tener el tiempo de ‘ver pasar el tiempo’. Todo esto permite crear la atmósfera de la película. De alguna manera, ese estilo contemplativo es un homenaje al lugar donde se escribió y se filmó la película; a veces, me levantaba a las 5 de la mañana y comenzaba a escribir y veía toda esta niebla que de alguna manera me atormentaba. Pero darme el tiempo de ver estas atmósferas, me permitió trasladarlas al filme.

Tienes la habilidad para transitar de un estado de ánimo a otro. ¿Qué tan complicado fue introducir elementos de comedia negra en el filme?

La vida no sólo es drama. Aún en el terror hay humor. Eso nos diferencia de los animales; tenemos la capacidad de transitar de un estado de ánimo a otro, buscamos reír, aunque estemos sumergidos en la peor situación. Y es una forma de catarsis, una forma de aliviar. Un ejemplo de ello es cuando vas a un funeral, y después de un rato te vas al rincón a platicar con el tío y salen los chistes y las bromas. Por lo tanto, no podría hacer una película de horror sin esos momentos de humor, ya que se representa mejor cómo es la vida humana en el mundo real.

 

Los hambrientos forma parte de la  4ª edición de la Muestra de Cine de Quebec, QUEBECINE MX 2018, y se exhibirá:

-Viernes 16 de febrero, a las 21:00 hrs. en Cineteca Nacional

-Sábado 17 de febrero, a las 20:30 hrs. en Cineteca Nacional

 
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