Sin un buen guión es prácticamente imposible hacer una buena película. Pero, en ocasiones, desviarse de lo previamente escrito sobre el papel, permite generar escenas especialmente memorables. Muchas de las ociasiones tendemos a concebir los grandes momentos de la historia del cine como el fruto de un pasaje de clarividencia del director en turno o como el resultado de la inventiva mente de los guionistas pero, frecuentemente, los actores juegan un papel clave. Frases de culto como: “Aquí está Johnny” de Jack Torrance en El Resplandor (1980) de Stanley Kubrick o el “¿Hablas conmigo?” de Travis Bickle en Taxi Driver (1976) de Martin Scorsese no hubieran sido posibles si Jack Nicholson o Robert De Niro no hubiesen decidido crearlas por su propia cuenta.
A continuación unos cuantos ejemplos de escenas especialmente icónicas que nunca estuvieron en el guión original de la película en cuestión y que surgieron a través de la improvisación:
A Clockwork Orange (La Naranja Mecánica, 1971)
La escena: Alex DeLarge y sus drugos asaltan la casa de un escritor, lo golpean y violan a su esposa, mientras Alex entona la melodía de “Singin In The Rain” cínicamente.
La improvisación: Kubrick había repetido la escena en numerosas ocasiones, pero seguía sin estar convencido. Para probar algo distinto, le pidió a Malcolm McDowell (DeLarge) que hiciera algo espontáneo. Este respondió entonando la melodía durante toda la escena, dándole un sello macabro.
The Godfather (El Padrino, 1972)
La escena: Peter Clemenza se dispone a matar a Paulie Gatto en medio de un trayecto de coche. Antes de subirse al vehículo, la mujer de Clemenza le recuerda que no “se olvide de los cannoli”, lo que hace que, antes del asesinato, el capo mafioso se detenga a comprar el típico dulce siciliano. Una vez que han disparado a Gatto, Clemenza y su cómplice abandonan el coche, no sin antes recoger los cannoli.
La improvisación: El guión original indicaba que Clemenza solo tenía que decir “Deja la pistola...”, pero el actor Richard Castellano decidió hacer un guiño a la escena anterior en la que su mujer le encarga el recado, agregando el mítico “...y coge los cannoli”.
Taxi Driver (1976)
La escena: En la cumbre de su deriva sociopática, Travis Bickle se dirige a sí mismo como si estuviera hablando con el político que planea asesinar. Mientras observa su reflejo, repite “You talkin' to me?” con mirada desafiante.
La historia: Es una de las frases más recordadas -y recreadas- de la historia del cine y, como muchos monólogos, fue improvisada al momento por Robert De Niro. Lo único que el guión decía, en realidad, era “Travis habla consigo mismo en el espejo”.
The Shinning (El Resplandor, 1980)
La escena: Huyendo de su desiquilibrado marido, Wendy Torrance y su hijo Danny se esconden en un cuarto de baño del hotel. El niño logra huir por la ventana, pero la madre queda atrapada. Jack se acerca parsimoniosamente y empieza a derribar la puerta con un hacha. Cuando el agujero es lo suficientemente grande como para meter su cabeza por él, Jack suelta el escalofriante: "Here's Johnny!" con un inigualable rostro de maníaco.
La historia: Jack Nicholson escogió esa frase porque era el modo en que se introducía al presentador Johnny Carson en el mítico programa "The Johnny Carson Show", pionero de los late-night shows en la televisión estadounidense.
Raiders of the Lost Ark (En Busca del Arca Perdida, 1981)
La escena: En búsqueda de Marion Ravenwood por un mercado de El Cairo, Indiana Jones se topa con un facineroso que maneja una espada de grandes dimensiones. En un primero momento Indy se queda estupefacto ante la habilidad del espadachín, pero instantes después saca una pistola y lo liquida fácilmente.
La historia: Este gag, uno de los más icónicos de la historia del cine, surgió a raíz de que Harrison Ford tenía diarrea. En un principio estaba planeado que la escena fuese una elaborada batalla entre la espada contra el látigo de Indiana Jones. Los dos actores habían ensayado la escena durante horas pero, la noche antes de rodarla, Ford comió algo en mal estado. El actor pasó el día siguiente yendo y viniendo del baño, lo que le llevó a sugerir a Steven Spielberg que substituyera la escena por algo más rápido de filmar, proponiendo la idea de la pistola.
Full Metal Jacket (Nacido para matar, 1987)
La escena: El sargento Hartman recibe a un nuevo pelotón de reclutas con una lista de insultos y amenazas con el objetivo de prepararlos para el día a día en la milicia.
La historia: El sargento es interpretado por Ronald Lee Ermey, un sargento instructor de los Marines retirado. En un principio, Stanley Kubrick le había contratado como asesor para enseñar al actor que originalmente debía interpretar a Hartman. Cuando el director vio una prueba donde Ermey instruía al actor, se dio cuenta que éste era capaz de decir obscenidades durante quince minutos sin repetir una sola palabra y automáticamente le dio el papel. En la famosa escena, Ermey improvisó la mayor parte del dialogo.
Goodfellas (Uno de los Nuestros, 1990)
La escena: Henry y Tommy beben relajadamente en compañia de algunos amigos. Tommy cuenta una anécdota y Henry le dice que es “muy gracioso”. Tommy toma a mal el comentario, la tensión va en aumento pero, al final, Tommy descubre que sólo está bromeando.
La historia: Durante el rodaje de la película, Martin Scorsese solía invitar a los actores a que improvisaran. A Joe Pesci se le ocurrió la idea del “funny how?” y el resultado es una de las escenas que mejor definen el personaje de Tommy DeVito.
The Silence of the Lambs (El silencio de los inocentes, 1991)
La escena: La primera vez que Clarice Starling conoce a Hannibal Lecter, este le cuenta como se comió el hígado de un encuestador del censo con “habas y una botella de Chianti”. Al terminar la frase, Lecter emite un escalofriante sonido a medio camino entre el siseo y el sorbido.
La historia: El célebre sonido era, en realidad, una broma que había ideado Anthony Hopkins para asustar a Jodie Foster durante los ensayos. A Jonathan Demme le gustó y decidió conservalo para incrementar el impacto de la escena.
Dumb and Dumber (Dos Tontos Muy Tontos, 1994)
La escena: Lloyd y Harry recogen a un autoestopista sin saber que se trata de Joe Mentalino, un matón contratado para liquidarlos. Los amigos comienzan a bromear con él, hasta que Mentalino les grita para que lo dejen. Parece que la todo se calma pero, a continuación, Lloyd le pregunta si quiere oír el sonido más molesto del mundo y procede a gritarle en la oreja.
La historia: El guión original indicaba que los dos amigos pusieran de los nervios al asesino con una discusión sobre caramelos, pero Jim Carrey y Jeff Daniels decidieron sustituirlo por una serie de tonterías improvisadas. El resultado es uno de los momentos más hilarantes de una película.
JAR (@franzkie_)
FUENTE: ElDía